Llega el festival que celebra lo que nos une

La 21° edición del Festival de la Buena Mesa, el Humor y la Canción promete convertirse en un relevante éxito de convocatoria. Pese a las restricciones de la crisis, se aguarda que la presencia popular masiva vuelva a darle el marco que corresponde a esta tradicional celebración en el amplio predio de la Sociedad Rural. 

Será una ocasión propicia para confirmar la trascendencia de un acontecimiento ya clásico en la ciudad, que la distingue en el concierto extenso de los festivales de nuestra Córdoba y que permite bucear en las costumbres bien propias para redescubrir una identidad moldeada sobre la base del esfuerzo común y surgida a partir de la diversidad cultural de todos nuestros antepasados que llegaron desde muy lejos a poblar estas tierras.

Debe afirmarse que son los pueblos los que generan, ratifican y mantienen esa identidad cultural que otorga valor y sentido a los objetos, situaciones o hechos de la vida cotidiana. Aquella forja inmensa que significó poblar esta vasta región de la pampa tuvo una faceta inicial que sigue manifestándose en cada ocasión propicia. Son las comidas que trajeron nuestros abuelos y sus modos de elaboración, elementos que identifican a los sanfrancisqueños. No son los únicos, por cierto. Pero a la hora de otorgar sentido a la existencia de nuestra comunidad adquieren una fuerza singular. En el mundo entero no se discute hoy que la gastronomía permite identificar una raigambre cultural propia que conforma el paisaje de usos y costumbres en el que desarrollamos nuestras vidas. En el caso de San Francisco esta faceta adquiere connotaciones muy especiales, que son admiradas y reconocibles. 

Es verdad que los hábitos han cambiado. Que los modos de socializar son distintos. Pero las historias de nuestras vidas continúan estando marcadas por el disfrute de las buenas compañías en torno a una mesa. El placer de saborear el alimento junto a los demás reafirma el sentido comunitario y solidifica los valores compartidos. Se vive una época agitada en la que la imposición de modos de vida ajenos se impone a través de sofisticados métodos de penetración cultural. Pero se hace preciso remarcar que esta pretensión de dominio no se concretará si existe la convicción, la fuerza y el valor para reafirmar la existencia de las pautas culturales propias que determinan un estilo de vida. 

En definitiva, el Festival de la Buena Mesa, el Humor y la Canción es la manifestación de la madurez de una comunidad que preserva con ahínco sus manifestaciones culturales, ésas que la distinguen, manifestadas en la sana costumbre de compartir el pan nuestro de cada día, hacerlo con alegría y acompañados de la música que eleva el espíritu. 

Tomen nota quienes nos visitan para disfrutar de los espectáculos que albergará el predio ruralista este fin de semana. Porque, como sucede desde hace más de dos décadas, además de ofrecerles espectáculos de primer nivel, los sanfrancisqueños nos aprestamos, una vez más, a celebrar lo que nos une.