Se cumplen 90 años de la fecha en que fue habilitado
El edificio de la Normal aún aguarda ser declarado Monumento Histórico Nacional
El 21 de marzo de 1934 finalizaba el traslado de los muebles al icónico inmueble que es patrimonio de la ciudad. Pese a que se presentaron numerosos proyectos, el Congreso de la Nación sigue demorando una nominación sustentada en sólidos argumentos culturales, educativos, sociales y arquitectónicos.
Por Fernando Quaglia | LVSJ
“Ayer quedó virtualmente terminado el traslado del moblaje del viejo edificio de nuestra Escuela Normal a las aulas de la flamante construcción parcialmente habilitada, con lo que cristaliza un viejo anhelo de profesores y educando. El moderno edificio constituye, aparte de la satisfacción de necesidades hondamente sentidas, un motivo de estética edilicia y de orgullo para el progreso de nuestra urbe”.
La imagen que acompaña esta nota y el texto del párrafo anterior se publicaron en la edición del 21 de marzo de 1934. Es decir, hace 90 años que la Escuela Normal Superior Dr. Nicolás Avellaneda funciona en el hoy tradicional e histórico inmueble que ocupa toda la manzana comprendida por las calles Rivadavia, Córdoba, Gerónimo del Barco y el bulevar Sáenz Peña.
En aquel mes de marzo hace 9 décadas quedaba habilitada la obra y comenzaron las actividades escolares allí. Por cierto, todavía no estaba finalizada. Meses después, la escuela recibió una partida económica proveniente de la Nación y pudo concluirse el edificio.
Se trataba, como señaló LA VOZ DE SAN JUSTO en su edición del 21 de marzo de 1934, de un anhelo ferviente de una comunidad educativa que fue creciendo año tras año desde su creación en tiempos de la presidencia de Roque Sáenz Peña y gracias a las ingentes gestiones que lideró el entonces diputado nacional por Córdoba, Gerónimo del Barco.
El primer inmueble de nuestra Escuela Normal fue cedido en calidad de préstamo por la Provincia de Córdoba. Allí, bajo la tutela de su primer director, Pascual Bailón Sosa, comenzó sus actividades el 26 de agosto de 1912. Tres años después, se cedió la manzana que ocupa el edificio actual. Debieron transcurrir casi dos décadas para que esta construcción recibiera a profesores y estudiantes y comenzara a convertirse en uno de los patrimonios más valiosos de San Francisco.
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Monumento histórico
El edificio de la Escuela Normal es un emblema la ciudad. Por sus aulas y pasillos transitaron generaciones de sanfrancisqueños que recibieron educación de calidad. El prestigio ganado por esta institución educativa es innegable. Sigue siendo hoy un faro de la educación regional, tanto en los niveles obligatorios como en la tradicional formación de docentes, a la que se agregó la de técnicos en varias especialidades.
El inmueble que está funcionando desde hace 90 años fue declarado de interés municipal en 2016 luego de una campaña lanzada por alumnos de sexto año de la orientación en Ciencias Sociales, quienes plantearon la necesidad de incorporar el edificio al patrimonio histórico de San Francisco, la provincia y el país. Fueron estos jóvenes los que utilizaron la banca del vecino en el Concejo Deliberante para presentar un proyecto de ordenanza que tuvo una amplia difusión mediática y también en las redes sociales. El éxito de esta acción estudiantil tuvo sus frutos cuando se aprobó la Ordenanza Municipal Nº 6776, del 27 de octubre de 2016, Posteriormente, el ex gobernador Juan Schiaretti firmó un decreto el 4 de diciembre de 2017 por el que se declaró a la escuela como Monumento Histórico Provincial por “su valor histórico, arquitectónico, cultural y social”.
Sin embargo, la declaración de Monumento Histórico Nacional sigue pendiente, pese a varios intentos de diputados nacionales para que se aprobasen proyectos de ley en ese sentido. Vale, entonces, reseñar el trámite parlamentario de las iniciativas presentadas con este fin.
El 20 de noviembre de 2019, la Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción al proyecto de ley que declaraba a la Escuela Normal como parte del patrimonio histórico nacional. En su artículo 2° se ordenaba a "la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, dependiente de la Secretaría de Cultura del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación, instrumentar todo lo atinente al cumplimiento de la presente ley y tomar las medidas pertinentes a los efectos de asegurar la custodia, conservación, refacción y restauración del monumento histórico nacional que se declara en el artículo 1° de la presente ley".
El 9 de diciembre de 2019, el proyecto ingresó al Senado y se lo derivó de inmediato a la Comisión de Cultura y Educación. Allí quedó cajoneado. No se lo trató. Se ignoró aquella pretensión legítima de la comunidad de nuestra Escuela Normal y de toda la ciudad. Finalmente, el proyecto caducó. Así lo dispone la Ley 13640, modificada por la Ley 23821, que señala que todo proyecto de ley sometido a la consideración del Congreso que no obtenga sanción en una de sus Cámaras durante el año parlamentario en que tuvo entrada en el cuerpo o en el siguiente, se tendrá por caducado. De acuerdo a lo que figura en el sitio oficial del Senado de la Nación, esta iniciativa caducó el 28 de febrero de 2021.
El pedido para que el edificio pase a formar parte del patrimonio histórico nacional volvió a presentarse en Diputados el 14 de febrero de 2022 y tuvo dictamen favorable de la Comisión de Cultura, pero no fue tratado en el recinto. Por ello, varios legisladores cordobeses volvieron a presentarlo el 15 de mayo del año pasado. El texto fue derivado a las comisiones de Cultura y Presupuesto y Hacienda. Sin embargo, tampoco alcanzó a ser debatido en la Cámara baja. Casi con seguridad, otra vez perderá estado parlamentario.
Esto constituye una injusticia flagrante para con una escuela que, hace 9 décadas, llenó de vida y pasión por el conocimiento a una construcción que, con los años, se convirtió en el ícono representativo de la educación sanfrancisqueña y de toda la región. Sus características arquitectónicas y su función social han sido y son trascendentes para la vida de nuestra comunidad. Como afirmaba aquella campaña de hace algún tiempo, “la ENA es historia”. Sería hora de que el Congreso Nacional lo comprenda y actúe en consecuencia.