Salud
El celular en la mesa, un mal hábito que trae consecuencias en la salud
El celular o cualquier pantalla no están invitados a comer. Desde malestares estomacales por comer rápido, ansiedad y hasta obesidad son algunas de las consecuencias que provoca el almorzar o cenar mirando el celular. Qué hacer para desterrar este mal hábito.
Por Isabel Fernández
Las pantallas están interfiriendo significativamente en todo lo que hacemos en la vida. En la comunicación entre padres e hijos, en las relaciones y hasta en nuestra alimentación. Cada vez es más frecuente que a la hora de sentarnos a la mesa a almorzar o cenar, al lado de nuestro plato tengamos el celular.
Ese hábito nos lleva al phubbing - una combinación de las palabras en inglés phone (teléfono) y snubbing (hacer un desprecio)-, que es ignorar a una persona por prestar atención al teléfono celular, si compartimos la mesa con otros, pero también puede afectar seriamente nuestra alimentación, nuestra relación con la comida, causando consecuencias en la salud.
Nutricionistas advierten que actualmente es frecuente escuchar que gran parte de los adultos, adolescentes y niños, comen frente al celular. ¿Cómo influye eso en la alimentación? ¿Puede causar obesidad y otros trastornos alimenticios? ¿Qué debemos hacer los padres para que el celular no se siente a la mesa?.
La licenciada en Nutrición, Paula Marson (MP- 3414) aseguró a LA VOZ DE SAN JUSTO que comer mirando el celular “influye negativamente porque no percibimos bien las señales de saciedad y nos hace comer más rápido. Además, recibir determinadas noticias viendo el celular o la TV puede provocar mayor ansiedad y por ende aumento en la velocidad de ingesta”.
La nutricionista agregó que esta costumbre “puede causar también problemas digestivos como la aerofagia -ingesta de aire generada por comer rápido y no masticar bien, y que provoca hinchazón, eructos, gases o dolor- o digestiones más pesadas”.
Marson advirtió que actualmente “muchos niños y adolescentes ingieren alimentos de manera inconsciente, sin prestar atención a lo que comen ni a la cantidad. Esto podría conducir a un aumento de peso y asociarse en algunos casos a problemas como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial y problemas articulares”.
El rol de los padres
Los niños no dejan las pantallas para comer, pero muchos adultos tampoco y no dan el ejemplo. ¿qué debemos cambiar como adultos para evitar que ese mal hábito se instale?. La nutricionista remarcó que para cambiar “todos debemos entender que el acto de comer, es también un momento para socializar y compartir en familia o con amigos”.
Afirmó que en estos casos “el rol que juegan los padres en es sumamente importante. El poder establecer límites de horarios en cuanto a la utilización de los celulares y ser también ejemplo ello es fundamental para evitar que las pantallas nos distraigan a la hora de comer”.
Las pantallas en datos
Un reciente informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), llamado “Uso y distribución del tiempo libre”, mostró que ocho de cada 10 argentinos miran televisión en sus ratos de ocio y más del 40% se entretiene con el celular.
El informe reveló que menos del 10% de las personas lee libros en su tiempo libre. Los mayores de 65 años dedican más tiempo a ver la televisión, aunque en general es algo que hacemos casi ocho de cada 10 argentinos. Más del 40% se entretiene con el celular, escucha música el 22% y realiza deportes menos de un 20%. Cuatro de cada 10 encuestados usaron sus ratos de ocio para reunirse con sus amistades.
Por otro lado, según el informe anual de la plataforma de control parental española Qustodio, más de la mitad de los padres (52%) confiesa que las pantallas reducen el tiempo de vida en familia; un 16% admite que generan problemas diarios en su hogar y un tercio (34%), que crean conflictos más de una vez a la semana.
Algunos consejos
La licenciada Marson brindó algunos consejos para poner límites en el uso de las pantallas a la hora de comer:
- Charlar y establecer reglas en el hogar, por ejemplo:
- No utilizar el celular en horarios de las comidas.
- Regular su uso estableciendo tiempo, por ejemplo, una hora por día.
- Realizar otras actividades para socializar, como salidas a una plaza, actividad física, juegos lúdicos, entre otros.