El altruismo vale la pena
La comunidad toda acompaña a sus bomberos en este nuevo aniversario. Porque son ellos los depositarios de un legado que no puede desaparecer. De una misión fundamental para la vida en sociedad. De una conducta profundamente imbuida de los mejores valores.
Domingo de festejo en la ciudad. No se trata de acontecimientos deportivos o de espectáculos en este caso. Sí de una celebración encarnada en la virtud del altruismo. Esto es, la tendencia en el obrar humano a procurar el bien de las personas de manera desinteresada, incluso a costa del interés propio.
¿Quiénes si no los bomberos son los depositarios primeros de la lección de integridad y humanidad que se manifiesta en el servicio a los demás, especialmente a los que sufren emergencias que ponen en riesgo vidas y bienes? Vaya, entonces, si existe motivo para festejar 8 décadas de existencia de un cuerpo bomberil que es orgullo de la ciudad y la región.
Al cumplir 80 años la Sociedad Bomberos Voluntarios, LA VOZ DE SAN JUSTO, cumpliendo con su misión periodística, tiene la obligación de reconocer la significación social del servicio que cumple. Abnegación, compromiso, vocación de servicio, son -aunque parezcan lugares comunes- palabras que describen la actitud y la obra de nuestros bomberos, forjados en el ejemplo mayúsculo del recordado Juan Baggio Ferrazzi, al que siguieron numerosos otros hombres de bien que se compenetraron de la filosofía solidaria bajo la cual nació esta institución.
Hace algunos años, en ocasión de otro aniversario de los bomberos sanfrancisqueños se remarcó en esta columna una paradoja que enaltece aún más a estos servidores públicos. Son voluntarios. Y también profesionales. Voluntarios porque experimentan un mismo sentimiento, más allá de las condiciones individuales: son conscientes de que recorren un mismo camino. El del servicio sin pausas, el de buscar alivio ante las situaciones más dolorosas, convencidos de que su accionar vale la pena. Profesionales porque se capacitan, se esfuerzan, estudian, rinden exámenes, practican para brindar un servicio de ayuda a los demás, reconocido en todo el país. Muchos son los integrantes del cuerpo activo que viajan por la Argentina y naciones vecinas en condición de instructores, hecho que es ejemplo de la profesionalidad y el liderazgo forjado en estos 80 años.
La comunidad toda acompaña a sus bomberos en este nuevo aniversario. Porque son ellos los depositarios de un legado que no puede desaparecer. De una misión fundamental para la vida en sociedad. De una conducta profundamente imbuida de los mejores valores. La solidaridad, la cooperación con los demás -en especial con el que sufre-, la inteligencia puesta en práctica al servicio de los demás es lo que distingue a los seres humanos de las demás especies. Esta capacidad de entrega se llama altruismo, nos hace mejores personas, construye mejores sociedades. Y son nuestros bomberos su ícono más destacado.