Editorial: Celebrar el fervor "verde"

Por Fernando Quaglia | La Voz Deportiva

Cientos de clubes nacieron en una Argentina que se proyectaba pujante a principios del siglo XX. Fueron miles las voluntades que imaginaron un futuro henchido de logros deportivos y pusieron manos a la obra para construir canchitas que luego se transformaron en estadios, para congregar a sus vecinos en torno a la institución que fundaron, para conformar una causa común en derredor de lo que significa el sentido de pertenencia, para abrazar una pasión por determinados colores y defenderla siempre, para verse identificados en cada competencia.

Desde hace más de un siglo, aquellas aventuras iniciales navegaron con más luces que sombras, arraigaron el sentimiento y disfrutaron cuando la pelota entraba en el arco contrario. Esto ocurrió en todos los rincones del país. Sonaría extraño hallar alguna comunidad que no se referencie en un club determinado. En esa institución que trascendió las fronteras del lugar y se proyectó como representativa del pueblo. Tanto, que su nombre terminó asociado siempre a esa población.

Cuando se lo menciona en otras latitudes es Sportivo Belgrano de San Francisco. La entidad que cumple hoy, 15 de abril, 110 años de existencia. Nacida en 1914, del entusiasmo emprendedor de un grupo de jóvenes, fue convirtiéndose en un emblema de la ciudad. Por eso, este aniversario no pasa inadvertido para quienes durante casi toda la vida disfrutamos de lo que no es otra cosa que un fervor de color verde.

El fútbol fue siempre su estandarte. Sus logros, a lo largo de estas once décadas, son tantos y tan variados que sería extenso enumerar. No solo en fútbol. Otras disciplinas también supieron de victorias resonantes. Hubo períodos de esplendor. Otros, de ostracismo. De graves dificultades que hasta pusieron en peligro su existencia. Sin embargo, el amor a los colores pudo más. Resurgió con más fuerza, enfrentó los problemas y fue retornando a los planos más destacados.

Su presente es auspicioso. La participación en los torneos de la Asociación del Fútbol Argentino ha colocado a Sportivo Belgrano en el sitial que se merece, al menos dentro del ámbito futbolístico. Sin embargo, la vida del club tiene hoy otras aristas: novedosas propuestas recreativas y deportivas se han sumado para otorgarle la fisonomía de antaño. Niños y jóvenes pueblan hoy sus instalaciones para practicar varios otros deportes. Solo restaría el básquetbol para completar aquellos recordados tiempos. Incluso la idea de crear su propia escuela ya está tomando forma.

Sportivo Belgrano reverdece en cada partido. El verde puebla las calles de la ciudad. Es símbolo de pertenencia. Ese gran poeta que fue Eduardo Galeano escribió que “si el fútbol estuviera limitado a los países que pagan más dinero por él, no tendrían explicación los fervores que desata en el mundo entero”. Vaya, entonces, si vale la pena celebrar estos 110 años de fervor “verde”.