Retinopatía del prematuro
Dos oftalmólogos locales integran red nacional para prevenir la ceguera
Realizan un importante trabajo en equipo que permite que disminuyan los casos ceguera por retinopatía del prematuro.
Por Isabel Fernández|LVSJ
Una de las secuelas de la prematurez puede ser la ceguera, si no se trata a tiempo la retinopatía del prematuro, (ROP, por sus siglas en inglés), una enfermedad ocular que puede afectar a los bebés que nacen antes de tiempo o que pesan menos de 1.500 gramos.
El control constante de los médicos oftalmólogos en la neonatología y después también, es fundamental para prevenir y asegurar que los niños no sufran esa secuela. Los oftalmólogos de la ciudad, Julio Kohan Boc y Mariana Di Lella forman parte del grupo ORopAR (oftalmOROPARgentina-Proyecto E-Rop Argentina) integrado por más de 260 profesionales de todo el país que realiza controles en las neonatologías, intercambiando información y saberes, capacitándose aún más. Un importante trabajo en equipo para prevenir la ceguera.
Esta organización en red de médicos oftalmólogos expertos permite en todo el país, la detección precoz y el tratamiento oportuno de esta enfermedad. “El objetivo del grupo es prevenir la principal causa de ceguera infantil que tenemos en el país que es la retinopatía de prematuro, brindando un tratamiento precoz ya que hay distintos grados de retinopatía, desde los más leves hasta los agudos, que pueden llevar a un desprendimiento de retina. Los bebés que nacen antes del término y tienen menos de 1.500 gramos de peso son los que más riesgo tienen y también los que nacen antes de las 32 semanas de edad gestacional”, aseguraron Kohan y Di Lella.
Los médicos trabajan en equipo y cubren las necesidades tanto del sector público como privado en las neonatologías del Hospital “J. B. Iturraspe” y de la Clínica de Especialidades “Enrique J. Carrá (h)”. “Los pediatras nos llaman cuando hay bebés que hay que controlar, para realizar estos controles es fundamental el trabajo en equipo, por suerte somos dos oftalmólogos que podemos complementarnos. No queda ningún bebé sin controlarse”, destacó Kohan.
Aseguraron que según su experiencia en San Francisco no hay casos de niños con secuela de ceguera por ROP. “No tenemos casos de chicos ciegos, porque fueron diagnosticados y tratados a tiempo y los que no pudimos tratar lo supimos derivar. Hoy con los avances en esa área, además del estudio de las causas y factores de riesgo, fueron disminuyendo mucho los casos de ROP, hay menos casos graves porque se detecta a tiempo”, aseguró Kohan.
“Trabajamos para prevenir la ceguera y en estos años lo estamos logrando –destacó-. En general en todo el país, ha bajado mucho la incidencia de ceguera por retinopatía del prematuro, no tenemos ningún caso de un niño ciego en la ciudad desde hace más de 20 años. Esto tiene que ver con la capacitación y el esfuerzo ya que no es lo mismo trabajar con bebés que con adultos”.
En tanto la doctora Di Lella agregó que “a los bebés se los controla todo el tiempo en la neonatología y después cuando se va de alta también se lo sigue controlando, dependiendo de la gravedad del caso. A los bebés con ROP se los controla de por vida, pero hay casos en los que se normaliza hacia la edad del término del embarazo, las cuarenta semanas”.
“Hay bebés a los que les lleva varias semanas más normalizarse y que requieren tratamiento, por lo tanto, los controles son más largos, pero es importante ese control, estar encima del bebé, no descuidarlo porque un bebé que avanza hacia una retinopatía del prematuro grave puede empeorar su cuadro en pocas horas. No pueden pasar más de 72 horas de del diagnóstico para realizar el tratamiento que se hace, según el caso, inyectando medicamentos intraoculares, drogas intraoculares o bien haciendo una foto coagulación con láser”, agregó el doctor Kohan.
Una capacitación constante
Ambos médicos destacaron que integrar el grupo es “un orgullo, estamos en una capacitación permanente porque nos comunicamos por WhatsApp si tenemos algún caso desafiante o una duda y podemos intercambiar opiniones, con cualquier profesor de primer nivel del país e incluso de otros lugares del mundo. Es un ejemplo de compromiso, sin mezquindades”.
Al trabajar en los dos sectores, tanto público como privado, “todos los bebés tienen acceso a los controles, ninguno se queda sin controles. Se hacen en la neonatología y en el caso de los prematuros toda la vida, porque después puede aparecer estrabismo, miopía y otros problemas de retina que hay que vigilar”.
Por qué se produce la retinopatía del prematuro
La retinopatía del prematuro hace que los vasos sanguíneos crezcan de una forma anormal dentro del ojo que tiene una lente interna (el cristalino) que enfoca las imágenes en una membrana sensible (la retina).
La retina envía esas imágenes a través del nervio óptico hacia el centro de la visión en el cerebro. La retina es una delicada membrana con células sensibles a la luz y vasos sanguíneos que la nutren. Esta membrana tapiza el interior del ojo como el empapelado de las paredes.
Cuando un niño nace prematuramente, su retina aún no tiene vasos sanguíneos en determinados sectores y a esas áreas se las denomina “zona avascular”. En los prematuros, los vasos sanguíneos deben completar su crecimiento luego del nacimiento en esas zonas avasculares de la retina.
La vascularización de la retina comienza en la semana 16 de la gestación y avanza de manera centrífuga desde el nervio óptico (ubicado cerca del centro de la retina) hacia la retina periférica. Los vasos sanguíneos de la retina terminan su desarrollo al final del embarazo.
Los vasos pueden dejar de crecer o crecen de manera anormal desde la retina hacia la parte posterior del ojo. Debido a que los vasos son frágiles, pueden tener derrames y causar sangrado en el ojo.
Se puede desarrollar tejido cicatricial y desprender la retina de la superficie interior del ojo (desprendimiento de retina). En casos graves, esto puede ocasionar ceguera.
En el pasado, el uso de oxígeno en exceso para tratar a los bebés prematuros provocaba el crecimiento vascular anormal. En la actualidad, existen mejores métodos disponibles para controlar el oxígeno. Como resultado, el problema es menos común, especialmente en países en vías de desarrollo. Sin embargo, sigue existiendo incertidumbre acerca del nivel adecuado de oxígeno para los bebés prematuros en diferentes edades.
Hoy, el riesgo de desarrollar ROP depende del grado de la prematuridad, el mayor riesgo lo corren los bebés más pequeños y con más problemas de salud. Casi a todos los bebés que nacen antes de 30 semanas de gestación o que pesan menos de 1500 gramos o 1.5 kg al nacer son examinados en búsqueda de esta afección. Algunos bebés en alto riesgo que pesen de 1.5 a 2 kg o que nazcan después de 30 semanas también deben ser evaluados.
Además de la prematuridad y el oxígeno, otros factores de riesgo pueden incluir: Paro respiratorio breve (apnea), cardiopatía, nivel alto de dióxido de carbono (CO2) en la sangre, infección, acidez baja en la sangre (pH), bajo nivel de oxígeno en la sangre, dificultad para respirar, frecuencia cardíaca lenta (bradicardia), transfusiones.
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Cinco etapas
Hay 5 tipos diferentes de etapas de la retinopatía de prematuridad. Los médicos usan estas etapas para hacer un seguimiento de la gravedad de la retinopatía de prematuridad. Estas fluctúan entre la etapa 1 (leve) y la etapa 5 (grave):
• Etapas 1 y 2: los bebés en estas etapas generalmente mejoran sin tratamiento y logran tener una visión sana. Los médicos observarán cuidadosamente a los bebés para ver si la retinopatía de prematuridad empeora.
• Etapa 3: algunos bebés que desarrollan la etapa 3 mejoran sin tratamiento y logran tener una visión sana. Sin embargo, otros necesitan tratamiento para evitar que los vasos sanguíneos anormales dañen la retina y causen su desprendimiento (un problema ocular que puede causar pérdida de visión).
• Etapa 4: los bebés en esta etapa tienen retinas parcialmente desprendidas y necesitan tratamiento.
• Etapa 5: la retina se desprende completamente. Incluso con tratamiento, los bebés pueden tener pérdida de visión o ceguera.
Las etapas 4 y 5 son muy graves. Los bebés en estas etapas generalmente necesitan cirugía, pero incluso con tratamiento podrían tener pérdida de visión. Por eso los médicos generalmente comienzan el tratamiento en la etapa 3.
También es posible que en cualquier etapa los bebés empeoren rápidamente y necesiten tratamiento. Por eso es tan importante controlar a los bebés con esta enfermedad.