Campaña 2022/2023
Donde quedó sin sembrar trigo, entusiasma el maíz
La superficie destinada a trigo es la más baja en ocho años. Gran parte de esas hectáreas en la zona núcleo "pasarían a maíz"
La superficie destinada a trigo en la región núcleo registra su guarismo más bajo en los últimos ocho años, al destinarse a este cultivo 1,3 millones de hectáreas, 300 mil menos que la temporada pasada, gran parte de las cuales "pasarían a hacerse con maíz", explica la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Al inicio de la siembra, la necesidad financiera del sector tras la sequía obligaba a muchos a sembrar el trigo aún sin disponer del agua mínima requerida en los suelos, ya que el otoño dejó un déficit de 50 a 85 milímetros en el oeste.
En principio, la intención es volver a sembrar en fechas tempranas y apuntar a máximos potenciales; sin embargo, tanto productores cordobeses como del noroeste bonaerense no se resignan a rotar con cereales.
Según los resultados de las encuestas sobre la intención de siembra maicera de esta semana, la principal variable es el clima: “Es un factor determinante. Lo que suceda con las lluvias entre fines de agosto y principios de septiembre será crucial en la toma de decisiones”, señalan en la franja oeste.
Desde Corral de Bustos advierten que “los perfiles están sequísimos, se necesitan casi 300 milímetros para optimizar reservas”.
En General Villegas la situación es similar e indican que “debería llover bastante a inicios de la primavera”; allí, estiman que 50% de la superficie que no pudo hacerse con trigo pasaría a maíz.
En Bigand, donde hay mejores condiciones, las expectativas de siembra son más certeras, pero también más limitadas: esperan una suba de 10%.
Por ahora, la estrategia productiva del oeste para no cerrarle la puerta al maíz es hacer barbechos abiertos: “se están haciendo barbechos con residuales que no limiten la posibilidad de cambiar”, explican los técnicos.
Trigo: el área cierra con un 23% menos que el año pasado
Se trata de la superficie triguera más baja de los últimos ocho años en la región núcleo. Al inicio de la siembra, la necesidad financiera del sector tras la sequía obligaba a muchos a sembrar el trigo aún sin disponer del agua mínima requerida en los suelos. Pero hacia fines de abril el 80% de los suelos de la región estaban entre sequía y escasez hídrica. En ese entonces se habla de que la intención triguera podría caer entre un 15% a un 60%.
Las lluvias de fines de mayo recargaron de humedad solo la mitad este de la región. Allí, pudo concretarse la siembra de todo lo intencionado e incluso sumar algunos lotes más. Sin embargo, el otoño dejo un déficit de 50 a 85 milímetros en el oeste. Y finalmente, quedaron afuera las 100.000 hectáreas que esperaban concretarse en la última semana. De esta manera, el área de trigo en la región cierra con 1 millón de hectáreas: 300.000 hectáreas menos que en la campaña anterior y 100.000 menos de lo que se esperaba hasta hace una semana.