Descansar, ver el Mundial y esperar 2023
Pasó un nuevo Federal A para Sportivo Belgrano, el sueño del ascenso quedó bastante lejos. Fue una temporada con sobresaltos e imponderables, como en cada año deportivo que no se termina coronando de la manera esperada.
Se terminó la
temporada para Sportivo de la manera menos esperada. Es que la goleada en Bahía
Blanca dejó un sinsabor muy grande, porque además de quedar muy lejos del
ascenso, el equipo no dejó la imagen que se esperaba.
Será tiempo de hacer un análisis de todo lo sucedido, tanto en el campo de juego como en el contexto general de la institución en la parte de fútbol profesional. Ni todo es tan bueno o tan malo, el balance final dejará diferentes criterios, pero por el momento no queda más que descansar, ver el Mundial y esperar 2023.
Lo positivo
Con la sangre todavía caliente y la desilusión de la eliminación, quedan algunas cosas por rescatar, que servirán de cara al futuro, tratando de apostar y repetir lo que se hizo bien.
Desde los resultados, la reacción que tuvo el equipo en la segunda ronda fue muy buena. Tuvo la presión de estar cerca de la zona roja y en el momento que tuvo que dar la cara, lo hizo.
Previo a eso, la elección de Raúl Armando como cabeza del cuerpo técnico fue muy buena. La "Pepa", que ya conocía la entidad desde una función similar, aportó tranquilidad. Su calma se transmitió al menos para afuera. El equipo tuvo una identidad, en la mayoría de los partidos intentó ser protagonista y tuvo pasajes de buen fútbol.
En cuanto a nombres específicos, la vuelta de Enzo Avaro luego de su paso por Rafaela fue lo más destacado. Es que el sanfrancisqueño fue el goleador del torneo para el "verde", siempre dejó claro su amor por los colores y la mayoría de sus goles sirvieron para sumar tres puntos.
Otro que sube al podio es Leonardo Martina. Cuando el barco se estaba "hundiendo" y Quinteros se fue al exterior, el de Luxardo se hizo cargo del arco y brindó seguridad. Hasta su llegada, la primera aproximación del rival muchas veces fue gol y por eso el equipo tenía que pelear desde atrás. Pero Martina cortó con esa racha y cerró el torneo en un buen nivel.
La apuesta por Jeremías Giménez. El volante venía de estar en las inferiores de Talleres de Córdoba y al tratarse de un jugador nacido en San Francisco, se pensó que sería una buena opción. Fue titular en la mayoría de los partidos y cumplió.
Hubo buenos aportes de jugadores por los cuáles Sportivo debería hacer un esfuerzo para que continúen y tratar de sentar las bases: Federico López, Mauro Orué, Brian Flores y Tomás Attis.
Lo negativo
Fue un camino con turbulencias. Desde ya que ser el referente máximo a nivel deportivo de una ciudad amerita que todos apoyen y traten siempre de resaltar las cosas buenas mientras todo se desarrolla, pero a lo largo del torneo, en lo deportivo, no fue lo esperado.
La presentación del plantel fue con una magnífica cena, donde la palabra ascenso estaba en boca de todos. Ya había quedado atrás el año de transición, era momento de ser protagonista, un plantel a la altura de las circunstancias, ya sin una base de chicos del club y sí con experiencia, por lo cual había que luchar bien arriba.
Pasaron solo 5 fechas y llegó el primer sacudón. Tras una derrota en casa, Bruno Martelotto renunció a su cargo de entrenador. La llegada de Raúl Armando fue tomada de buena manera, pero en la primera rueda el equipo estuvo más cerca del descenso que de la zona de clasificación.
A esto se le sumó la salida de varios jugadores, algunos que venían siendo titulares y otros que tuvieron pocos minutos, pero que decidieron dejar la institución por diferentes motivos.
Además, cerca del final de la primera fase, el entrenador en conferencia de prensa resaltaba que tenía un plantel muy corto, pero al mismo tiempo se anunciaron varios préstamos de jugadores que podían ser alternativa, algo que como mínimo fue llamativo.
Luego de buenos resultados llegó la clasificación. Si bien fue celebrada, demás está decir que no fue en la posición esperada. El protagonismo del equipo en la Zona Norte nunca estuvo, quedó lejísimos del líder Racing o de un puesto de vanguardia y eso lo obligó a tener un duro cruce en octavos de final.
La última parte de la historia es conocida. Derrota por goleada en Bahía Blanca, la llave más despareja de todas las que se jugaron, una pobre imagen desde los futbolístico y una despedida que trajo tristeza.
Ya no sorprende
Esto no es algo que atañe solo a Sportivo como sí todo lo antes mencionado, pero en definitiva lo termina tocando. En algo hay que ser claros y quizás sí desde este punto se pueda muchas veces justificar el resultado final, solo eso, no el camino recorrido. No existieron ni van a existir pruebas, pero para ganar el Torneo Federal A y lograr un ascenso, no alcanza solo con jugar bien o tener un buen plantel. La sospecha sigue siendo moneda corriente. Pasan los años y la credibilidad de los árbitros y del Consejo Federal va en marcado descenso.
Fin de semana tras fin de semana, los mismos nombres, tienen actuaciones polémicas, que dejan bronca en jugadores e hinchas. Pareciera que el hecho de que este torneo no tenga la trascendencia de otros en los medios de comunicación a nivel nacional, da lugar a cualquier cosa.
En el caso de Sportivo, quizás el cotejo más recordado será la noche en el "Miguel Sancho". El de Salto, Bruno Amiconi, hizo y sancionó cosas insólitas. Impropias para un encuentro de fútbol profesional. Desde ya que nunca se podrá comprobar nada, solo hay lugar para la impotencia, pasan los días y todo queda en el olvido. Pasó y pasa, desearíamos no tener que escribirlo, pero no hay lugar para pensar otra cosa: pasará. Mientras no haya un cambio radical, seguirá pasando.
El propio Claudio Verino luego del partido en Bahía Blanca y por la tarea de Franklin, lo comentó: "Algún día esto va a terminar mal, se lo dije al árbitro. Incluso estuve muy cerca de que sea así, estas cosas tienen que cortar porque no dejan solamente a un jugador y a una familia sin trabajo, dejan a una ciudad, un equipo y una hinchada desilusionada. Se tiene que cortar un poco, creo que tiene que volver la honestidad, la gente buena. Sé que yo no voy a cambiar nada, pero no voy a ser el eslabón malo de esa cadena". Por ahora es solo remar contra la corriente.