Historias
De San Francisco a abanderada mundial del feminismo
Se trata casi con seguridad de la persona nacida en nuestra región con mayor proyección y trascendencia a nivel mundial.
Por Manuel Montali | LVSJ
Fanny Jabcovsky nació en San Francisco el 27 de febrero de 1911. Era hija de inmigrantes rusos y rumanos radicados en la provincia de Córdoba. Su padre era empleado de un molino harinero. Vivieron solo hasta sus 10 años en esta ciudad. Aunque incluso en sus últimos días recordaba su hogar, “modestísima casa, pero con un parral maravilloso”.
Se trasladó con su familia a General Belgrano, Buenos Aires. En entrevista realizada por Mariela Canali, Silvana Luverá y Adriana Echezuri contó que su juventud estuvo sometida a reglas clásicas patriarcales. Siendo la mayor de tres hermanos, no tuvo formación superior. Autodidacta, vio como sus hermanos varones menores sí recibían educación y podían llegar a la universidad. Fanny, en cambio, estudió y se recibió en el Conservatorio Nacional. Se desempeñó como maestra de piano durante varios años.
De la década infame a la resistencia española
En los primeros años de 1930, la “década infame” post golpe de Estado a Hipólito Yrigoyen, Jabcovsky empezó a militar dentro de una corriente de protofeminismo, siguiendo la huella de anarquistas y socialistas que ya levantaban la bandera de “Ni marido ni patrón”, de amor libre.
Alrededor de 1933 empezó su trabajo para Socorro Rojo (una institución internacional creada por la Internacional Comunista, que tenía por actividad concreta la ayuda a los presos políticos y gremiales), luego se afiliaría al Partido Comunista.
Trabó amistad con el grabador uruguayo Guillermo Facio Hébequer, anarquista, con su esposa y su círculo, vinculado a Lino Spilimbergo, Leónidas Barletta, entre otros. En sus tertulias conoció a quien se convertiría en su marido en 1936, el periodista y militante socialista Bernardo Edelman.
Este último se vio obligado a abandonar su puesto en “La Vanguardia” e ingresó como periodista a la Federación Nacional de la Construcción, donde lideró una histórica huelga de albañiles. Allí le surgió la posibilidad de ir a colaborar con las brigadas mixtas que luchaban contra Francisco Franco en la guerra civil española. Se lo propuso a Fanny y ella aceptó acompañarlo.
Viajaron en barco con otros voluntarios argentinos, quienes entraban a España al límite de la ilegalidad, en ocasiones falsificando documentos, y poniendo en riesgo su vida.
En la resistencia contra Franco, Bernardo fue corresponsal de guerra y ella dirigió una campaña convocada por el poeta Antonio Machado para enviar donaciones a los combatientes del bando republicano.
Figura internacional
Ante el avance del fascismo en España y Europa, el matrimonio regresó a Argentina en 1938. Fanny ya era una militante femenina reconocida a nivel internacional. En la continuidad de sus actividades, fue una de las organizadoras de la Junta de la Victoria de 1941 y en toda la lucha antifascista ya en años de Segunda Guerra Mundial.
Colaboró asimismo en la creación de la Unión Argentina de Mujeres (1947) y recorrió el mundo acompañando experiencias revolucionarias y socialistas: Mongolia, Tanzania, China, Portugal, Cuba, Nicaragua, Chile, Vietnam, Angola, Congo, Senegal, Mauritania, entre otros.
Hasta los últimos días de su prolífica vida podía recordar con precisión los lugares en los que había trabajado, la gente con la que había interactuado, las actividades desarrolladas.
Por su trayectoria, en 1972 asumió como secretaria general de la Federación Internacional Democrática de Mujeres. Impulsó el “Año Internacional de la Mujer” en 1975 y logró llevar diversas problemáticas de género a la agenda de las Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La dictadura argentina de 1976 la tuvo como denunciante de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno de facto, presentando pruebas y testimonios ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
Fue, hasta sus últimos años, presidenta honoraria del Partido Comunista Argentino, y continuó siempre colaborando con la visibilización de problemáticas de género y diversidad sexual, así como cualquier explotación y subyugación humana. Hija de judíos, aunque atea, no le fue ajena la disputa Israel-Palestina, y en diversas oportunidades se manifestó anti sionista en cuanto a su política (sobre todo a la apoyada por Estados Unidos y al sometimiento de Palestina).
Al cumplir cien años de vida, recibió diferentes homenajes, entre ellos en el Teatro Nacional Cervantes de Buenos Aires, junto a menciones destacadas en diferentes órganos legislativos.
Falleció pocos meses después, el 1 de noviembre de 2011.
Una calle de San Francisco, de cuatro cuadras en barrio Independencia, con el apellido mal escrito, recuerda a su hija más ilustre.