Espectáculos
De la fábrica a cantar con Euge Quevedo: “¡No lo puedo creer!”
Lucía Farías tiene 28 años, es operaria en la autopartista Lear en San Francisco y cumplió el sueño de todo cantante popular que recién comienza: subirse al escenario del Gigante de Bomberos junto a La Banda de Carlitos. También, grabó su primer tema.
Por Stefanía Musso | LVSJ
Cada vez que toma su turno en la fábrica Lear, sus compañeros se preparan para escucharla cantar por los pasillos. De repente, una voz femenina invade el gran espacio de trabajo y trasmite alegría a tofos.
Ella, que se imagina que está en el complejo cordobés Forja, canta con todas sus fuerzas. Y si piensa que está en el Gigante de Bomberos Voluntarios en San Francisco, su garganta vibra como nunca.
Un poco por suerte, otro por talento y destino, la voz dulce de Lucía Farías, de 28 años, trascendió y aunque está en pleno crecimiento con su grupo de cuarteto Alok2, cumplió el sueño de muchos artistas de la música popular: subirse al escenario del Gigante bailable y cantar con una de las voces del momento, Eugenia Quevedo, o la “Muela”, de La Banda de Carlitos, el pasado 15 de junio.
Con entradas agotadas, la joven la “rompió” cantando con Euge y en entrevista con AM 1050 Radio San Francisco tras el show, confesó: “¡No lo puedo creer!”.
Tanto fue la repercusión que iban a ser los teloneros de Magui Olave el 12 de julio en Antártida Argentina pero lamentablemente el show se suspendió. Eso no quita las ganas y la garra de Luci de hacer música, lo que más le gusta.
Entre la maternidad, la música y el trabajo
“Hace poquito que me animé a hacer esto de la música, a cantar y a sacarme la vergüenza. Apenas me animaba a cantar por los pasillos de la fábrica porque desde que entro hasta que me voy, estoy cantando cuarteto. Siempre cuarteto, siempre música”, contó Lucía.
Con su banda Alok2, se subió a escenarios y grabó un tema pero nunca se imaginó que eso que empezó como un pasatiempo durante la pandemia se convertiría en el inicio de una carrera musical. “Empecé a tocar la guitarra, siempre cantaba, pero nunca profesionalmente hasta que llegó la invitación de los chicos para amar el grupo”, recordó.
Sobre la experiencia de cantar junto a Euge Quevedo, prefiere verlo como un guiño del destino. “Llevé unas cartulinas al baile que decían que quería cantar con Euge, que era mi sueño. Algo me dijo que tenía que llevarlas. Entre el público las levanté, las mostré y ella me invitó a cantar. Increíble”.
“El cuarteto es un género de música muy motivador y si hablamos de Euge Quevedo, ella lo es todo. Me veo muy representada en ella por su forma de ser, en su humildad”, dijo.
Lucía es mamá del corazón de Valentina, de 5 años. “Tengo un vínculo hermoso. Estoy presente en casa acto del jardín, en fútbol, en patín... Estoy orgullosa de ser mamá”, afirmó la joven, que ahora reparte su tiempo entre las obligaciones laborales, la familia y la música.
Sobre su presente, Lucía manifestó que “soy una persona que me fijo en las energías y siento que si se están dando estas cosas bonitas, es porque en algún momento hice las cosas bien”. Y espera que “el universo” la “sorprenda” porque tiene “ganas de hacer y aprender, pero también soñar con crecer en la carrera como artista”.
Trabajadora incansable, no abandona nunca sus sueños y sigue adelante. Lucía es un ejemplo del poder de la voluntad. “Hay que trabajar, darle lo mejor a Vale en cuanto a valores y crianza y disfrutar de la música”, concluyó.