Entrevista
Danza, ingeniería y sueños: el multifacético recorrido de Serena Ludueña
La bailarina del Ballet Municipal Patria y profesora de danza combina su pasión por la estilización folclórica con sus estudios de Ingeniería en Sistemas. A los 20 años, su historia es reflejo de disciplina, esfuerzo y del valor del apoyo familiar. “Soy muy exigente conmigo misma”, confiesa.
Serena Valentina Ludueña, con solo 20 años, ya ha logrado conjugar dos mundos aparentemente disímiles: la danza y la ingeniería. Actualmente cursa el tercer año de la carrera de Ingeniería en Sistemas de Información en la UTN, mientras se destaca como bailarina y profesora de danza clásica y jazz. Forma parte del Ballet Municipal Patria, un elenco que la vio crecer desde su primera participación en el Festival del Humor, la Buena Mesa y la Canción. Su historia es un claro ejemplo de dedicación y perseverancia, en la que la disciplina se convierte en la base de todo lo que hace.
Para Serena, todo comenzó en 2019, cuando fue invitada a participar en la apertura del Festival junto al elenco local. “Desde ese primer momento quedé fascinada con el mundo de la estilización folclórica”, recordó en diálogo con Posta/ LA VOZ DE SAN JUSTO. Decidió entonces no quedarse con las ganas y comenzó a estudiar en la Escuela Municipal de Danzas Folclóricas. Sin embargo, el destino tenía algo más para ella. Un día de ensayo, el director del Ballet Patria, José Bollea, la invitó a formar parte de los ensayos. "El primer sentimiento fue emoción, y luego llegó el temor. Sabía que el camino para estar a la altura del Ballet era largo, pero con el apoyo de mi familia y mis directores me animé a dar el primer paso", compartió.
Para Serena, estar en el prestigioso Ballet Patria significa mucho más que ser parte de un grupo de danza. "Es sinónimo de satisfacción", afirmó. “Ser bailarina y profesora de Técnica Clásica dentro del Ballet conlleva mucho esfuerzo, dedicación y disciplina”, explicó. A lo largo de los años, Serena ha tenido que superar prejuicios y desafíos, especialmente porque no comenzó desde pequeña en el mundo del folclore. "Muchos pensaban que no merecía estar en el grupo, pero siempre encontré personas que me incentivaron a aprovechar lo que me había brindado las danzas clásica y jazz para crear una fusión", contó, destacando su objetivo de convertirse en una bailarina integral.
De la pasión al trabajo
La danza fue una constante en la vida de Serena desde que era una niña. "Desde los 5 años comencé a bailar, primero como un juego, luego como una pasión, y con el tiempo se convirtió en parte de mi esencia", recordó. En su camino, no solo ha explorado la parte práctica, sino que también se formó académicamente. Tras años de sacrificio, obtuvo dos títulos: Profesora de Danzas Clásicas y Profesora de Danza Jazz. "Nunca imaginé que sería capaz de ser profesora, pero hoy me emociona ver cómo crezco en cada clase que doy", reflexionó Serena, quien también tiene el honor de haber sido coreógrafa de “Las Patrias”, la primera compañía de mujeres de la ciudad.
A pesar de haber logrado grandes cosas, ella sigue soñando. Su objetivo para el futuro cercano es seguir creciendo como bailarina y como profesora. “Mi sueño es seguir dirigiendo grupos, transmitirles todo el amor que siento por la danza y seguir aprendiendo para poder compartir más conocimientos”, confesó. En 2025, su desafío es continuar equilibrando sus estudios de ingeniería con la danza. "La organización es clave para poder desempeñar ambas cosas. Mi objetivo es seguir trabajando en mi creatividad y en el crecimiento de los grupos que tengo a cargo", destacó.
Uno de los momentos más esperados por el Ballet Municipal Patria es el Festival de la Buena Mesa, una cita anual que genera gran entusiasmo. "Es mucho trabajo, tanto para los bailarines como para el staff. La emoción previa es indescriptible", dijo Serena. Asegura que los ensayos previos son los más exigentes, pero también los más divertidos. "Siempre tratamos de superar la propuesta del año anterior, con nuevas coreografías, vestuarios e incorporando nuevos elementos. Eso es lo que mantiene viva la chispa en el grupo", compartió.
El arte y los referentes de Serena
Si bien no tiene un solo referente en la danza, Serena valora profundamente a todos los maestros que tuvo a lo largo de su camino. "Ellos me brindaron sus conocimientos y me motivaron a seguir creciendo", aseguró. En cuanto a sus referentes en la vida, no duda en mencionar a su madre, quien siempre la apoyó incondicionalmente. "Mi mamá fue mi mano derecha en cada decisión, y me enseñó que la mejor manera de afrontar los problemas es con una sonrisa", señaló.
Por otra parte, Serena tiene una visión clara sobre el talento en su ciudad. "En San Francisco, el talento en las artes es abundante", consideró. Destaca que San Francisco cuenta con grandes maestros y espacios para aquellos interesados en seguir sus pasiones, ya sea en la danza, la música, el teatro o la pintura. "Es importante seguir apostando por el sector cultural y abrir más posibilidades para los que quieren seguir formándose", reflexionó.
Como todos, Serena también tiene áreas en las que trabaja constantemente. “La paciencia es algo que siempre estoy tratando de mejorar, sobre todo porque soy muy exigente conmigo misma”, reveló. Reconoce que, a veces, su temperamento fuerte puede ser un obstáculo, pero también lo ve como una característica que la ha impulsado a llegar hasta donde está. "Lo importante es no dejar que eso se descontrole y siempre enfocarse en el objetivo", agregó.
A su vez, el apoyo de su familia y amigos fue fundamental. "El entorno influye en las decisiones que tomamos. Mi familia me apoyó siempre para que pudiera seguir con ambos caminos, ingeniería y danza", indicó. En su caso, la danza y la ingeniería no se ven como opuestos, sino como áreas que se complementan. "Saber que cuentas con el apoyo de tus seres queridos te da la seguridad de seguir adelante", concluyó.