Sociedad
Cuidar la salud de los adolescentes: el abuso de alcohol aumenta 40% la posibilidad de dependencia
Es importante apoyar a los jóvenes en el camino a una vida sana, estableciendo límites firmes, dialogando siempre y educando. El grupo Recreo Salud invita a los adultos a “innovar” y cambiar costumbres que dañan a los chicos.
Comenzó la primavera y con ella llegó la alegría de los estudiantes, los festejos, pero también los excesos. En ese marco, causa preocupación el abuso episódico de alcohol entre los adolescentes entre los 13 y 17 años, sumado al consumo de sustancias, ya que esos chicos tienen hasta cinco veces más probabilidades de desarrollar alcoholismo en un futuro.
El abuso de alcohol y sustancias lleva a otros problemas que dañan la vida de los adolescentes, como el sexo sin cuidado, los accidentes, la violencia y otras consecuencias nocivas.
El cuidado de la salud en la adolescencia es esencial para garantizar un desarrollo saludable y prevenir problemas futuros. Por eso, en este mes especial, es importante reflexionar sobre cómo se puede apoyar a los jóvenes en su camino hacia una vida sana y libre de adicciones.
Ante esto, desde el grupo Recreo Salud de la Secretaría de Salud del municipio invitan a los adultos a “innovar”, convirtiéndose en tutores responsables que guíen a los adolescentes poniendo límites firmes y claros.
“La colaboración entre familias, escuelas y servicios de salud es clave para crear un entorno que fomente el bienestar integral de los adolescentes. Es hora de innovar, abandonar las malas costumbres, educando, poniendo límites y previniendo”, aseguraron a LA VOZ DE SAN JUSTO el pediatra Neri Zupel, la licenciada en Nutrición, Laura Granado, la psicóloga Carina Pécile y el enfermero Gastón Gianoglio, integrantes de Recreo, coordinados por la directora en Administración de Salud, Silvina Martín.
El cerebro de los adolescentes sigue desarrollándose hasta mediados de los 20 años. El consumo de alcohol en esta etapa puede alterar este desarrollo, afectando áreas críticas relacionadas con la memoria y el aprendizaje, como el hipocampo.
“Preocupa mucho actualmente el consumo excesivo de alcohol y sustancias de manera circunstancial entre los adolescentes, que se suele dar en fechas especiales como el Día del Estudiante, el último primer día, las fiestas de fin de año, cumpleaños, etc. Ese abuso, aunque sea episódico aumenta un 40% la posibilidad de desarrollar alcoholismo”, advirtió el pediatra Neri Zupel.
Afirmó que los chicos “en poco tiempo consumen gran cantidad de alcohol, generalmente bebidas blancas que tienen un grado de alcohol muy alto. Esto causa daños a nivel cerebral a largo plazo ya que el cerebro de los adolescentes está en desarrollo”.
Pero a corto plazo provoca otros daños como “accidentes de tránsito, violencia en la calle, el sexo sin protección y otros problemas que se vienen dando cada vez más en los jóvenes debido al consumo excesivo de alcohol, a lo que se suman las sustancias”.
El pediatra Neri Zupel lamentó la “normalización” del consumo de alcohol entre adolescentes y remarcó que es importante concientizar a la sociedad para que no vendan alcohol a menores de 18 años. “Se naturaliza el consumo y muchos padres, con tal de que los chicos no tomen fuera de su casa, les compran, permiten que tomen en su casa, pero el problema es que los chicos después salen y pueden sufrir serias consecuencias”.
Establecer una “pauta familiar”
Ante esto, ¿cómo poner límites?. La psicóloga Carina Pécile consideró que ante los excesos “a los adultos nos cuesta poner límites firmes y claros. Pero los límites son la pauta familiar, que tiene que estar, no podemos decir que con los chicos no podemos. El chico está adoleciendo y necesita un tutor que lo guíe en el camino”.
“Muchas veces los adultos nos confundimos desde el miedo y por ejemplo permitimos que tomen alcohol en casa para que no tomen en otro lado. Hay un convencimiento de que vamos a poder controlar el consumo en casa, pero cuando hay 20 o 30 adolescentes es muy difícil”, aseguró.
Al respecto añadió: “Se debe tomar conciencia y poner límites firmes. Se puede acompañar, dialogar, pero no ceder cuestiones que no tienen discusión porque son peligrosas, hay que ser consciente de lo que se va a ceder en ese momento y su consecuencia”.
Hablar todo el tiempo
La psicóloga remarcó que es “fundamental hablar todo el tiempo con los chicos, explicarle los daños que provoca en la salud tomar alcohol en exceso y no naturalizar ninguna situación. Desde casa, la escuela, los clubes deportivos y otros lugares de encuentro de los chicos deberían hablar el mismo idioma como adultos responsables y referentes. Los chicos plantean todo el tiempo la negociación”.
Recordó que, durante la adolescencia, se produce un desarrollo hormonal importante es como una ‘poda’ cerebral en donde el adolescente queda un poco como al desnudo y se tiene que reparar desde lo psicológico, pero aún no cuentan con ciertas herramientas. Por eso están los padres como tutores, referentes, para guiarlos en el camino”.
“Para los chicos de sexto año puede llegar a ser un rito la experiencia de la Estudiantina, en el sentido de que para ellos es un pasaje en el que terminan la secundaria para dar inicio a una etapa nueva. Es el cierre de una etapa para ellos y es necesario, pero no para otros estudiantes que festejan, que se embarcan como si para ellos también fuera cerrar una etapa, aunque les falte todavía para terminar la secundaria”.
Innovar, cambiar las malas costumbres
Por su parte, la nutricionista Laura Granado, destacó que los adultos también los jóvenes, “empecemos a innovar con las costumbres con todo lo que se venía haciendo estos años con consecuencias malas, cambiar los malos hábitos, acompañar a los jóvenes. Tenemos que innovar desde el cómo bien educar”.
La profesional recordó que desde Recreo Salud se viene trabajando desde hace años en la educación y concientización de padres y jóvenes. “Son temas que se vienen internalizando dentro de los talleres que se realizaron, y en este momento tiene que verse todo ese aprendizaje. Creo que ahora viene una generación de jóvenes que están tomando conciencia que todo eso es malo”.
Remarcó desde su profesión que es “fundamental que los padres se preocupen de que los chicos estén bien nutridos y alimentados todo el tiempo. Que no vayan en ayuno a las fiestas, antes muchos chicos iban sin comer nada y luego tomaban alcohol con el estómago vacío, haciendo mezclas. Creo que esas decisiones malas ya pasaron por eso es importante que no se pongan de moda otras que también tienen consecuencias terribles para la salud”.
Más educación sexual
Lo sexual también es un exceso en los jóvenes y es necesario que haya más educación. Al respecto, el enfermero Gastón advirtió que esa falta de educación sexual “se ve mucho en la parte pública donde lamentablemente aumentaron los casos de enfermedades de transmisión sexual, ente ellas la más común es la sífilis. No solo aumentaron los casos, sino que disminuyó la edad en que se la contagian”.
Afirmó que muchos adolescentes “quieren conocer, probar, pero no tienen conciencia y no toman todas las precauciones que hay que tener para mantener una relación sexual, como el uso del preservativo que está al alcance de todos y que es lo único que va prevenir las enfermedades de transmisión sexual”.
“A los chicos les falta mucha información, aunque se nota que están más en el tema, pero todavía falta. Para educarlos es fundamental el rol de las familias de la escuela, donde se hable bien, se internalice, el uso del preservativo, porque los chicos están llenos de información que al final los desinforma”, finalizó.
Puede interesarte
Promover estilos de vida saludables
Para el desarrollo saludable de los adolescentes no solo es necesaria la atención médica, sino también educarlos en salud, promover hábitos saludables y fortalecer habilidades para la vida. Es esencial:
- Incluir educación sexual integral que aborde temas como el consentimiento, las relaciones saludables y la prevención de enfermedades.
- Fomentar una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras, proteínas y lácteos, evitando el consumo excesivo de azúcares y grasas saturadas.
- Promover al menos una hora de actividad física diaria para prevenir el sedentarismo y sus consecuencias.
Salud mental
- Fomentar un ambiente familiar donde se pueda hablar abiertamente sobre emociones y problemas.
- Enseñar habilidades de afrontamiento ante el estrés, como técnicas de respiración, meditación o yoga.
- Identificar signos de depresión o ansiedad, que son comunes en esta etapa.
Prevenir conductas de riesgo
- Educar sobre los riesgos del alcohol, tabaco y drogas ilícitas.
- Crear espacios donde se sientan protegidos y apoyados para expresar sus preocupaciones sin miedo al juicio.