Covid: relajamiento en la vacunación
La pesadilla que se vivió en los dos años anteriores se atenuó gracias a las vacunas. Para no volver a aquel paisaje de demolición social que significaron las restricciones, el aislamiento y el temor al contagio, es imperioso que los refuerzos se apliquen a la mayoría de la población.
Hace pocas semanas, en esta columna se expresó que "la situación aparentemente estable de la pandemia ha generado una evidente disminución en la asistencia de los vecinos a los distintos centros de vacunación contra el Covid. Es verdad que los cuadros son más leves en su gran mayoría. Pero ello no quita que los contagios no se produzcan. Y sin el esquema completo de dosis, incluidas las dos de refuerzo, las posibilidades de sufrir una infección grave se acrecientan".
La advertencia que contienen estas palabras renovó su vigencia con la admisión que hizo el secretario de Salud municipal, en el sentido de que existe un "porcentaje muy bajo" de personas que ya recibieron la cuarta dosis. El funcionario ha señalado que solo uno de cada cuatro sanfrancisqueños ha accedido al segundo refuerzo de la vacuna. Y coincidió en que existe cierta relajación de la población respecto de cómo puede afectarnos el virus en este tiempo.
Además, dijo que "la franja etaria comprendida entre los 12 y17 años tiene un índice muy bajo de vacunación Covid", ya que "no han llegado al 50 % de ese grupo los que se vacunaron con dos dosis". Llama la atención este índice tan bajo que se registra en la población juvenil. Porque deja al descubierto situaciones que deben ser esclarecidas. ¿No se vacunaron porque no existió comunicación efectiva?, ¿no lo hicieron porque las familias se opusieron?, ¿se experimentó temor a posibles efectos adversos?, ¿no hubo aplicaciones porque, total, la enfermedad no provoca efectos graves en este grupo de la población?
Los interrogantes pueden continuar. Y las respuestas seguramente virarán hacia una u otra dirección según los casos. No obstante, la actual situación refleja una relajación que no va en consonancia con el incremento de casos que se ha registrado en las últimas semanas tanto en la ciudad como en la provincia y el país en su conjunto.
Ante esta circunstancia que puede convertirse en una amenaza cierta para la salud de todos, es preciso insistir en que la vacunación es central para minimizar los riesgos que el virus presenta. Esta afirmación ha sido repetida hasta el cansancio, pero va acompañada de los resultados positivos en la reducción de casos graves y mortales de Covid que se han registrado luego de que las dosis comenzaron a aplicarse. No asoma como lógico, entonces, que se todavía se registren bajos porcentajes de personas vacunadas con la cuarta dosis o al menos con la tercera.
La pesadilla que se vivió en los dos años anteriores se atenuó gracias a las vacunas. Para no volver a aquel paisaje de demolición social que significaron las restricciones, el aislamiento y el temor al contagio, se hace imperioso que los refuerzos establecidos se apliquen a la mayor cantidad de personas posibles en los centros de vacunación habilitados en la ciudad.