Acto inédito
Con una exposición anti Estado, Milei montó un show liberal y presentó su libro en el Luna Park
El presidente Javier Milei encabezó un acto por la presentación de su nuevo libro. El evento se llevó a cabo en el Luna Park.
Durante la presentación de su libro en el Luna Park, el presidente Javier Milei montó un show liberal en el que reavivó sus críticas hacia el intervencionismo del Estado y denunció a "aquellos que quieren voltear a este gobierno porque quieren que siga el socialismo y la miseria".
Con un sobretodo negro y al grito de "yo soy el rey, el león" el economista interpretó, junto a un diputado de su partido en la batería y su biógrafo en el bajo, la canción Panic Show, de la banda argentina de rock pesado La Renga, ante cerca de 8.000 personas en el mítico estadio porteño.
"Toda la casta es de mi apetito", cantó el mandatario, haciendo un juego con la letra original de la canción para volver a atacar a quienes durante su campaña electoral el año pasado fueron su blanco preferido: los partidos políticos tradicionales de Argentina.
Al comenzar la presentación, el economista libertario agradeció a todos los presentes por asistir a "la verdadera fiesta de la libertad", especialmente a "El Jefe", su hermana, la Secretaria General de Presidencia, Karina Milei, como también a los ministros, diputados, senadores. "Como uno no puede ser ingrato, hay que darle las gracias al de la Fundación El Libro, que con el intento de boicot nos regaló esta fiesta. Gracias kirchneristas", continuó.
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Luego, prosiguió con un breve resumen del contenido de las secciones de su libro denominado "Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica", en el que, según explicó, analiza y describe algunos de los problemas de la teoría económica neoclásica, como también las herramientas para "enfrentar al socialismo del Siglo XXI", entre los que se encuentran "aquellos que quieren voltear a este gobierno porque quieren que siga el socialismo y la miseria", dijo.
En su exposición, el mandatario habló sobre "la trampa neoclásica" y cuestionó a quienes plantean críticas hacia los monopolios empresariales pero no hacen alusión al rol del Estado. "Le vamos a decir algo incómodo a los políticos. Es que en realidad los únicos monopolios que son malos, según la definición de Lord Coke que toma Adam Smith, que es cuando el monarca o el señor feudal le daba a una empresa la potestad de ser la única para vender un producto en un lugar. Y si alguien violaba eso, le caía con toda la fuerza del estado encima. Es decir, el monopolio es malo cuando el que está en el medio es el Estado, por lo tanto, el problema sigue siendo el maldito Estado", apuntó.
Tras renovar sus criticar al Estado desde su postura anarco capitalista, Milei se refirió a la conceptualización de la palabra "mercado" que abunda entre los economistas. "Mi experiencia de interactuar con muchos economistas es que cuando uno les pregunta qué es el mercado no lo saben", dijo y lo comparó como si "un médico no sepa qué es una pierna. Es raro".
Esa dificultad para comprender el sentido de la palabra "mercado" lo impulsó a explorar una definición propia. "Al menos en mi definición lo entiendo como un proceso de cooperación social donde se intercambian voluntariamente derechos de propiedad", dijo.
Según explicó, sus diferencias con la tradición de la Escuela de Chicago (neoclásica) es que dicha corriente considera que "el único elemento por el cual existe el Estado es porque estamos ante la presencia de fallos del mercado". "Yo digo. Los fallos de mercado no existen. Si consideran que hay un fallo de mercado, les sugiero que revisen si no está la influencia del Estado. Porque si está la intervención del Estado, el problema no es el mercado, la gente, sino los políticos", disparó.
A continuación, se preguntó "por qué los economistas hacen eso" de mencionar los fallos de mercado. "Entonces qué hice. Me fui a papá", dijo, y rápidamente, mirando al público donde se encontraba Norberto Milei, aclaró: "No a vos. A Adam Smith. A vos no (risas)". "Una idea de Smith, de las más maravillosas, es la idea de la mano invisible. Es que cada uno guiado por su propio interés conduce al máximo bienestar general. Por lo tanto no necesitamos que se meta nadie en el medio", reiteró sobre la intervención del Estado.