Bienestar
Cómo afecta a las mascotas el cambio climático
Lo sufren incluso más que los seres humanos.
Los seres humanos buscamos alternativas para combatir las altas temperaturas o proteger nuestra vivienda de una inundación. Pero, rara vez pensamos en las consecuencias que el cambio climático puede suponer para nuestras mascotas.
Aunque nos parezca anecdótico, los desajustes en las temperaturas provocan la proliferación de parásitos y modifican sus ritmos fisiológicos.
Aquí encontrarás algunas situaciones que debes considerar a la hora de proteger a tus mascotas de los cambios de temperatura.
Las altas temperaturas traen también consigo una mayor proliferación de colonias de parásitos en el ambiente. Tanto es así que el 83 % de los veterinarios cree que la salud de las mascotas se ve perjudicada por el cambio climático.
El calor es un caldo de cultivo para todo tipo de parásitos perjudiciales. En concreto, el cambio climático ha provocado que las pulgas y garrapatas alarguen su periodo de vida y formen colonias más grandes.
Las picaduras de los parásitos pueden resultar molestas a nuestras mascotas, pero también pueden transmitirles enfermedades, por eso, recuerda acudir a la consulta veterinaria para desparasitar a tu mascota. Además, también puedes usar repelentes.
Las altas contaminaciones de las ciudades junto a los cambios de temperatura provocan un debilitamiento del sistema respiratorio de las mascotas.
¿Cómo prevenirlos?: evita que sufran los cambios bruscos de temperatura, sobre todo durante los meses fríos del año. Además, si vas a sacar a tu perro cuando esté lloviendo, ¡no olvides secarle bien después!
La climatología cada vez más cambiante también tiene efectos sobre el periodo fértil de algunos animales. En el caso de las gatas, por ejemplo, el celo solo dura quince días en primavera, verano y otoño. Sin embargo, el cambio climático ha provocado que el periodo fértil se extienda a lo largo del tiempo.
El cambio en el pelaje es un fenómeno que se da cíclicamente en muchas mascotas. Los perros y gatos, por regla general, suelen mudar su pelaje en verano y otoño.
Sin embargo, las estacionalidades cambiantes pueden provocar que lo acaben haciendo incluso varias veces al año, recuerda llevar un control y cepillarlos constantemente para mantener la higiene de tu mascota.