Historia de vida
Vivir con migraña: “Desde que recuerdo siempre tuve dolor de cabeza”
Ivana Acosta cuenta cómo es su vida con migraña crónica, un desafío y la constante lucha por vencer al dolor y mejorar su calidad de vida.
Por Isabel Fernández | LVSJ
Ivana Acosta tiene 45 años, es policía retirada y sufre migraña crónica, convive desde que era muy chica con el dolor de cabeza intenso, que por momentos paraliza su vida y la obliga a acostarse en su habitación a oscuras.
“Desde que recuerdo, siempre tuve dolor de cabeza”, aseguró Ivana a LA VOZ DE SAN JUSTO al contar su experiencia con esta dolencia que en la Argentina la sufren aproximadamente 5 millones de personas, aunque menos del 40% reciben diagnóstico y tratamiento adecuado.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este trastorno neurológico es una de las principales causas de discapacidad en personas de 15 a 49 años y afecta al 14% de la población mundial.
Tras innumerables estudios y visitas a médicos, Ivana recibió el diagnóstico y comenzó distintos tratamientos con medicación, incluso alternativos. Actualmente está estable, venciendo día a día a los dolores, aunque suelen aparecer ataques fuertes que la debilitan y afectan su calidad de vida.
“La migraña crónica es discapacitante, no se la deseo a nadie. Un día podés estar bien y de repente estar tirada en la cama sin poder abrir los ojos. El dolor es insorportable y a veces los ataques hacen que te pierdas fiestas familiares o reuniones de amigos”, aseguró Ivana que recordó la importancia de lograr un diagnóstico precoz.
Agregó que en el ámbito laboral “es muy difícil, porque muchos dudan de la enfermedad, no te creen que sufrís tanto dolor de cabeza y hay veces que te tratan de mentirosa”.
Ivana contó que hubo días en los que se levantaba y se iba a dormir con dolor, pasó bastante tiempo hasta que llegó el diagnóstico. “Desde que recuerdo siempre tuve dolor de cabeza. En la primaria iba a la escuela en un colectivo escolar y no había un día en el que no volvía con dolor de cabeza y vómitos. Los otros chicos se burlaban porque el chofer del colectivo, siempre me dejaba ir sentada adelante”.
“Después en la adolescencia siguieron las molestias, tomaba analgésicos y me calmaba, pero el dolor siempre volvía a aparecer y tuve que dejarlos para no acostumbrarme, tomaba dos pastillas por día”, dijo.
Añadió: “También me recetaron anteojos porque creían que me dolía la cabeza por no ver bien. Al principio, eran de descanso, pero fue aumentando cada vez más la graduación y creo que las migrañas tuvieron mucho que ver con la disminución de la vista que tuve”.
“Me levantaba y me acostaba con el mismo dolor”
Los episodios fuertes son debilitantes. “Hubo un tiempo en el que estuve varios meses, casi un año en el que me levantaba con dolor de cabeza y me acostaba con el mismo dolor. Lo peor son los ataques fuertes que llegaban con dolor, auras en los que veía destellos, vómitos, se me paralizaban las manos y la cara. Cuando aparece uno de esos ataques fuertes tengo que acostarme, mantener la pieza a oscuras y taparme la cabeza con paños fríos, el dolor dura un día o más. Para combatirlo tomaba medicación y hasta llegaron a inyectarme para que me haga efecto más rápido”.
Ivana pasó por tres internaciones. “En la primera llegaba de trabajar y solo recuerdo haber sufrido todo el día mucho dolor de cabeza, tomé la medicación, aguanté hasta el final del turno pero cuando llegué a mi casa me desmayé del dolor, cuando me desperté estaba en la clínica”, recordó.
Agregó que la segunda vez “me internaron al descomponerme cuando estaba de guardia en la policía y la tercera cuando me levanté un día para ir a trabajar y me descompuse en el baño, terminé internada, esa vez con puntos en la frente”.
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“Después de estos episodios comencé a hacer consultas con neurólogos, viaje a Buenos Aires a ver al doctor especialista en migrañas, León Fish y también consulté en Córdoba. En San Francisco siempre me atendió el neurólogo José Luis González que después de varios estudios me diagnosticó migraña crónica”, comentó.
Durante todos estos años Ivana hizo varios estudios, electroencefalogramas, resonancias; también probó todo tipo de tratamientos con medicación con topiramato, valcote, propanolol, analgésicos y acudió a las terapias alternativas como flores de Basch, medicina china, reiki; además cambió mi alimentación. “Todo eso da resultado, pero no es una cura, los dolores siguen estando, en menor medida. El último tratamiento que me hice aparte de la medicación diaria es la colocación de la toxina botulínica (botox) que lo aplican en mi cabeza”.
Ivana no baja los brazos, con el apoyo incondicional de su familia cuando aparecen episodios fuertes y el acompañamiento de su médico neurólogo logra controlar la migraña. “Agradezco mucho a mi familia que está siempre y al doctor González que siempre está atento cuando llegan las crisis”, finalizó.
Cómo mejorar la calidad de vida
Con un enfoque adecuado, es posible controlar la migraña crónica y vivir plenamente. La prevención y un manejo integral son claves para mejorar la calidad de vida. El médico neurólogo José Luis González (MP-7172; ME-3451) de nuestra ciudad brindó algunas estrategias que incluyen:
- Mantener un diario de migrañas, realizar actividad física regular y adoptar técnicas de manejo del estrés como meditación y yoga.
- Tratamiento combinando terapias farmacológicas, no farmacológicas y terapia cognitivo-conductual.
- Conocer los desencadenantes y cómo evitarlos es crucial para prevenir episodios.