A 100 años de su nacimiento
Cómo era trabajar con Favaloro, el médico que transformó la cardiología
Colegas y discípulos reconstruyeron historias sobre el médico que llegó a ser considerado un semidiós por sus pacientes.
El cirujano argentino René Favaloro, considerado un "prócer" por haber cambiado para siempre la historia de la medicina mundial con su técnica del bypass de corazón, a cien años de su nacimiento sigue siendo un ejemplo de honestidad y es recordado por los compañeros de su Fundación como una persona brillante y sencilla que se sacrificó sin límites.
Colegas y discípulos de Favaloro reconstruyeron, en diálogo con Télam, historias que ayudan a dilucidar cómo era la personalidad del célebre médico, un apasionado por el fútbol o los asados en el campo que llegó a ser considerado un semidiós por sus pacientes.
Durante una recorrida por la Fundación que Favaloro creó en pleno centro porteño, los médicos Juan Barra, Oscar Mendiz, Raquel Vázquez y Gustavo Giunta destacaron que, aunque el prestigioso cardiocirujano era una "persona altamente ocupada", siempre se hacía una pausa para escuchar a sus compañeros y preguntarles cómo estaban.
Todos coincidieron en que Favaloro era "un ser extraordinario con una capacidad de trabajar incansable", y una persona "de carácter fuerte que podía patearle la puerta a un presidente".
Pero la historia de René Gerónimo Favaloro comenzó el 12 de julio de 1923 en una casa humilde del barrio "El Mondongo", en la ciudad de La Plata, que heredó de sus padres, un carpintero y una modista, algo de la impresionante habilidad que irradiaban sus manos.
Hace un siglo nacía el primer médico que tuvo la capacidad de parar temporalmente el corazón de una persona y coser con mucha precisión a las arterias coronarias la vena safena, que injertaba de la pierna, con el objetivo de construir un "puente" (bypass) para que la sangre pueda saltear la parte obstruida de las arterias.
Y no es casual que, por el profundo compromiso de Favaloro con la realidad social de su tiempo, desde el año 2002 se conmemora el Día Nacional de la Medicina Social cada 12 de julio, en recuerdo del nacimiento del emblemático médico.
Cuando Favaloro egresó de la Universidad Nacional de La Plata se trasladó a Jacinto Aráuz, un pequeño pueblo de La Pampa, para una suplencia de menos de tres meses y que prolongó su estadía por doce años.
Luego, maravillado por la nueva era de las cirugías cardiovasculares, viajó a los Estados Unidos para especializarse y realizó el primer bypass aortocoronario en 1967. Pero su compromiso con la patria hizo que volviera a la Argentina en 1971 con el sueño de fundar un centro médico de excelencia.
"Cuando conocí a Favaloro, en los 80, ya era un prócer", recordó en entrevista con Télam Juan Barra, vicerrector de la Universidad Favaloro.
Barra, quien es médico veterinario, trabajó en el primer instituto de investigación básica que Favaloro conformó. "Una vez el doctor Favaloro se metió a nuestro quirófano experimental y trabajó sobre el cuerpo de un cerdo, fue fantástico y emocionante para mí trabajar al lado de él sobre ese animal", narró.
Como parte del primer grupo de investigadores, que no eran más de veinte, Barra solía ir a los asados que organizaba Favaloro en su campo de Magdalena, al este de la provincia de Buenos Aires.
El especialista en mecánica vascular aún recuerda cuando encontró, en la oficina de Favaloro, un extraño bloque de quebracho de unos 30 centímetros de ancho por 40 de largo mezclado con las distinciones otorgadas por las más prestigiosas universidades del mundo.
"Lo agarré y Favaloro me dijo: - eso que tenés en las manos es un pedazo de tablón de la cancha de Gimnasia (y Esgrima La Plata), que la están remodelando y me lo trajeron de recuerdo", explicó.
Su pasión por el "Lobo" lo llevaba a analizar las jugadas de cada partido con la misma precisión que corregía los trabajos de investigación que recibía para evaluar.
"Como yo me especialicé en bioestadística, él me pasaba los artículos para que opinara. Generalmente, la intuición lo llevaba y tenía razón cuando pensaba que un cálculo no estaba bien", contó Barra.
Esa obsesión por el detalle lo llevó a publicar, en 1998, una revisión sobre los 30 años del bypass con más de 1.000 referencias bibliográficas que demostraban que la técnica realizada en millones de pacientes había disminuido la mortalidad por enfermedad arterial coronaria.
Sobre la relación de Favaloro con sus pacientes, Oscar Mendiz, director del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular del Hospital Universitario Fundación Favaloro, rememoró que "era majestuoso verlo caminar por el hospital y que la gente le quisiera besar las manos".
Y remarcó: "era Dios vestido de médico, pero que le besaran las manos no le gustaba porque era un tipo bastante sencillo".
Favaloro tampoco se atribuía como propios los logros. "Enfatizaba que no había que hablar del 'yo', sino del 'nosotros' y que la prioridad número uno era el paciente", explicó Mendiz, a quien le tocó recibir al primer paciente del Instituto de Cardiología, el 20 de junio de 1992.
"Era un señor que no tenía recursos y había visto a Favaloro en el programa de Mirtha Legrand", relató Mendiz, y explicó que, a pesar de que ese día no estaba todo listo para arrancar, Favaloro decidió operarlo porque su vida estaba en riesgo.
Para Favaloro, el credo médico se basaba en los principios de la asistencia, la investigación y la educación. Raquel Vázquez, egresada de la primera promoción de la carrera de Medicina de la Universidad Favaloro, en 1998, contó a Télam cómo eran las charlas que daba el cardiólogo: "no hablaba de su experiencia quirúrgica, sino explicaba cómo los problemas sociales y económicos afectaban la salud de las comunidades. Todo eso era muy novedoso; la cabeza de René era increíble".
De su época de estudiante, Vázquez recordó que "una vez, el rector de la Facultad en ese entonces, Ricardo Pichel, reunió a cuatro alumnos que estábamos en un aula y nos dijo: - vamos a saludar a René que hoy es el cumpleaños. Terminamos en su oficina en un encuentro corto y muy simple que mostró el nivel de cotidianeidad que había en ese lugar".
Para Gustavo Giunta, también egresado de la primera promoción, una de las cosas más sorprendentes de Favaloro era que saludaba a todas las personas que se cruzaba, pero "nunca desde un lugar de superioridad, sino que se ponía a la par".
También recordó que el médico salía de operar después de horas, se ponía su guardapolvo y visitaba a los pacientes internados.
"Saludaba a gente que estaba recién operada y ya se animaban a andar por el pasillo; tenía un poder increíble", aseguró Giunta, y describió a Favaloro como una persona tranquila, aunque advirtió entre risas que "con los residentes no era tan calmo, también sabía ser enérgico".
Giunta, quien hoy es coordinador del área de Lípidos y Ateroesclerosis en la Fundación, guarda entre sus memorias cuando tuvo la oportunidad de ver a Favaloro en el quirófano.
"Era deslumbrante la seguridad que tenía al trabajar sobre el corazón de una persona. Y más cuando sabés que no tenés todo el día, sino unos minutos. Y él lo hacía con toda la tranquilidad del mundo, inclusive explicaba en voz alta cada paso que daba", graficó.
Esa habilidad admirable, acompañada por su compromiso ético, hizo que Favaloro tuviera que luchar contra lo que llamó la "corrupción imperante en la medicina".
En medio de la crisis económica que atravesaba el país, el emblemático cardiocirujano se suicidó el 29 de julio del 2000 con un disparo al corazón, agobiado por los problemas financieros de su Fundación y decepcionado por la falta de respuestas de las autoridades y empresarios.
Ni siquiera ese día el hospital dejó de atender. Desde entonces, sus sobrinos, los también médicos Liliana y Roberto Favaloro, se pusieron al frente para mantener el latido de la Fundación.
Y todavía hoy sus discípulos aseguran que por los pasillos se respira la mística que dejó Favaloro, el hombre que dijo conformarse con que el corazón de los argentinos tuviera tres elementos indispensables: honestidad, responsabilidad y solidaridad.
Graduados de la primera promoción de la carrera de Medicina de la Universidad Favaloro recordaron el día en que festejaron con huevos y harina después de rendir el último examen, situación que hizo enojar al célebre cardiocirujano y terminó dando lugar al surgimiento de las prácticas de rotación rural consideradas una "experiencia única" por estos actuales profesionales.
"Cuando rendimos la última materia en quinto año todavía no nos recibíamos, porque nos quedaba el sexto año que era todo de prácticas hospitalarias", relató Raquel Vázquez, integrante de aquella primera promoción graduada en 1998.
"Luego de aprobar la última materia volvimos de un hospital a la puerta de la Facultad a festejar y éramos los primeros, o sea que era una alegría para todos", continuó la médica clínica.
LEER TAMBIÉN: Carlos Fava: “El doctor Favaloro nos enseñó que lo más importante es el paciente”
El problema fue que festejaron tirando harina, huevos y yerba en la entrada de la universidad, ubicada en sobre la porteña calle Solís 453. "Cuando Favaloro salió y vio que sus alumnos habían tirado comida al piso, nos quería matar a todos", recordó el médico cardiólogo Gustavo Giunta, también egresado de esa primera camada y hoy coordinador del área de Lípidos y Aterosclerosis en la Fundación Favaloro.
"En ese momento, nosotros no lo vimos al doctor Favaloro, pero después nos enteramos de que se había enojado. Obviamente, no habíamos ni sospechado que podía caerle mal", agregó Vázquez, y advirtió que hasta el rector de la Universidad, Ricardo Pichel, había salido a la vereda a festejar con los estudiantes.
"Así que también llamó al rector y se enojó con él, que era muy amigo suyo", detalló Vázquez, actual secretaria académica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Favaloro (UF).
Desde el lado de la gestión de la Universidad, Juan Barra, actual vicerrector, explicó a Télam que el cirujano inventor del bypass aortocoronario dijo que "en un país donde hay hambre no puede tirarse comida".
En ese sentido, Vázquez agregó que "de un día para el otro, por ese gran enojo, Favaloro obligó a todas las autoridades de la Universidad a que armaran una rotación rural para hacer asistencia médica en los lugares vulnerables de nuestro país".
Vázquez, quien ahora coordina esa misma práctica rural, explicó que se enteraron de la decisión de Favaloro meses después: "La última materia la rendimos a fines del 97 y recién al año siguiente nos comunicaron que se había armado una rotación rural".
A su vez, Giunta recordó riendo que la idea inicial de Favaloro era que la práctica durara seis meses y que los directivos terminaron "negociando para que fueran solo dos".
Cuando los estudiantes se enteraron de la nueva medida hubo "enseguida mucho enojo, pero después fue una experiencia única e inolvidable, de las cosas más lindas de la carrera", recordaron.
En 1998, los estudiantes de la primera cohorte inauguraron la práctica de rotación rural de la Universidad Favaloro y viajaron a la ciudad de Orán, en la provincia de Salta, donde estuvieron dos meses recorriendo parajes alejados.
Así es como nació lo que hoy se llama Rotación Rural Social, que los alumnos de sexto año de Medicina realizan en las provincias de La Rioja y Santiago Del Estero.
Como un legado directo del prestigioso cardiocirujano, el objetivo de estas prácticas apunta a promover en los futuros profesionales una mayor sensibilidad sobre las cuestiones sociosanitarias de cada región del país.
En el mundo lo rescatan como un “héroe”
"René Favaloro es un verdadero héroe y una figura legendaria", resaltaron especialistas de la Clínica Cleveland desde Estados Unidos, donde el célebre médico argentino realizó la primera cirugía de bypass aortocoronario, y también de la cátedra de Cirugía Cardiovascular de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, que lleva el nombre del cardiocirujano argentino.
Con motivo de los 100 años del nacimiento del doctor René Favaloro, que se cumplen este 12 de julio, Télam dialogó con dos reconocidos cardiólogos de referencia internacional para dimensionar la importancia del bypass aortocoronario, realizado por primera vez en 1967 y considerado como uno de los 400 mayores inventos de la humanidad.
Lars Svensson, presidente del Instituto Cardíaco, Vascular y Torácico de la Clínica Cleveland, y Ran Kornowski, profesor titular de la Cátedra René G. Favaloro de Cirugía Cardiovascular, Torácica y Cardiología Intervencionista en la Universidad de Tel Aviv, coincidieron en que el emblemático médico argentino "cambió y expandió la cirugía cardíaca en todo el mundo".
"El bypass significaba un tratamiento muy efectivo para los pacientes que tenían dolor en el pecho o que tenían ataques cardíacos, y también para evitar que las personas sufrieran infartos", aseguró a Télam el prestigioso cirujano cardiovascular Lars Svensson desde su oficina en Cleveland, ciudad del estado de Ohio, ubicado al este de los Estados Unidos.
Por su parte, el cardiólogo intervencionista Ran Kornowski, desde Israel, aseguró que "en el campo de la medicina cardiovascular, el profesor Favaloro es un verdadero héroe y una figura legendaria".
René Gerónimo Favaloro fue el responsable de estandarizar y sistematizar la técnica de bypass aortocoronario en la década de 1960, que poco tiempo después se convertiría en una de las más practicadas en todo el mundo.
El propio Favaloro contó que para desarrollar el bypass pasaba "largas horas en la noche" mirando la colección única de cientos de cineangiografías (registro cinematográfico de las imágenes de los vasos sanguíneos) que tenía en un sótano el doctor Mason Sones, otro pionero que trabajó en la Clínica Cleveland.
En diálogo con Télam, el profesor Svensson recordó que a partir del invento de Favaloro "hubo un boom en la formación de cirujanos cardíacos en todo el mundo. En Australia, por ejemplo, hubo una gran expansión. También en Sudáfrica o Gran Bretaña, en todos lados".
En ese sentido, explicó que el impacto en los Estados Unidos fue "aún más influyente" y comenzaron "a construirse hospitales por todas partes para realizar la cirugía de bypass".
"Ahora ya no hacemos tantos bypass como antes porque la colocación de stent es otro tratamiento disponible y también los medicamentos se han vuelto mejores para controlar a los pacientes con enfermedad de las arterias coronarias", agregó el renombrado médico, y detalló que en la clínica todavía hacen alrededor de 1.600 bypass coronarios al año.
Si bien el principio básico es el mismo que hace 56 años, la única diferencia es que actualmente se utiliza la arteria mamaria interna desde el interior de la pared torácica, en vez de la vena safena de la pierna, para realizar el puente que permite saltear el bloqueo coronario.
Hasta el día de hoy, en la sala de juntas de la Clínica Cleveland permanece la foto de Favoloro, comentó Svensson, quien ha visitado la Argentina invitado por la Fundación Favaloro para brindar conferencias.
Si bien Svensson no tuvo la oportunidad de conversar directamente con el célebre médico argentino, recordó que cuando Favaloro viajó a Estados Unidos para celebrar el aniversario de los 25 años del bypass se convirtió en la "superestrella" del evento.
En la Universidad de Tel Aviv, en Israel, también buscan mantener vivo el legado de Favaloro, especialmente "en la búsqueda de terapias innovadoras para pacientes cardíacos y ofrecerlas a todas las personas que las necesitan, independientemente de su condición social o económica", aseguró Kornowski a Télam.
"El trabajo científico y quirúrgico de Favaloro ha sido uno de los inventos más importantes en la historia de la medicina y, ciertamente, de la medicina cardiovascular", concluyó.