Coleccionar figuritas, ese hobby sin tiempo ni edad
El álbum de Qatar 2022 hace furor entre grandes y chicos. Aquí, la historia de una costumbre que formó parte de la infancia de padres y se repite con emoción en los hijos. Un sano entretenimiento que ni la compu ni las "play" ni otros juegos electrónicos pudieron reemplazar.
Por Mauricio Argenti | LVSJ
Uno de los signos distintivos de la niñez, cualquiera haya sido la época en la que esta se vivió, sin dudas está marcado por la colección de figuritas. Por más que pasen los años, cada vez que aparece un nuevo álbum renueva en muchas personas la ilusión vivida cuando se abría cada sobre en busca de aquella imagen que nos faltaba, gran objetivo de todos los que nos acercábamos a un kiosco para comprar las tan preciadas estampas.
A lo largo del tiempo, las temáticas que generaron la impresión de figuritas fueron variando. A mediados de los '70 se puso de moda el álbum de figuritas Reino Natural, y hacía referencia a animales y vegetales en general.
Contenían dibujos a todo color, no fotos, y venían agrupadas en sobres pequeños, cada uno traía cinco ejemplares y el premio por completar el álbum era a elección entre una pelota de fútbol número 5 o una muñeca.
Era el tiempo en que para comprar figuritas se cultivaba el sano hábito del ahorro, juntando moneda sobre moneda hasta que alcanzara para adquirir la mayor cantidad de paquetes con el objetivo de calmar la natural ansiedad por llenar, lo más rápido posible, el álbum.
En el caso del Reino Natural, la "difícil" era la Tarántula. La figurita tenía estampada la imagen de esa araña, que para nosotros era mitológica, porque no se conseguía por ninguna parte. Era tan pero tan "difícil" que se cambiaba un álbum completo sin la "tarántula" por la "tarántula".
Recuerdo que una compañera de grado una mañana entró a la escuela con una sonrisa que no le conocíamos antes y de inmediato supimos que era la feliz poseedora de 'la difícil'. Ese mismo día, por la tarde, nos organizamos para ir a su casa en grupo y observar esa imagen tan preciada que la convirtió de inmediato en la más popular de la escuela. Al día siguiente, ella lucía orgullosa su nueva muñeca, conseguida a partir de haber llenado el álbum de figuritas del Reino Natural.
El Mundial, atractivo de figuritas
Una vez más la previa del Mundial de Fútbol que se celebra cada cuatro años reúne a grandes y chicos en torno a un álbum de figuritas.
La cita mundialista de Quatar ya se juega en nuestro país. Desde hace varios días conseguir el álbum y las figuritas se convirtieron en la misión de miles de personas, sin distinción de edad.
Una vez que el álbum y las figuritas del Mundial llegaron a los puestos de ventas, se agotaron de inmediato, mostrando una vez más el atractivo que genera la combinación entre coleccionar figuritas y el fútbol.
Si bien en este caso desde la empresa Panini aseguran que "no hay figurita difícil", la sensación de encontrar la imagen de Lionel Messi saliendo del sobre es lo más cercano a eso, seguramente.
Julio y Simón. Coleccionar las 'figus' del mundial, una sana costumbre que se hereda. (Fotos: Marcelo Suppo | LVSJ)
Una costumbre que comparten padres e hijos
Julio Kohan ya tiene varios álbumes llenados en su vida pero eso no significa que se haya alejado de la costumbre de correr al kiosco cada vez que aparece una nueva colección de figuritas.
A sus 47 años y junto a sus hijos Simón de 11 y Tobías de 13, fueron de los primeros afortunados en conseguir el álbum de figuritas con la temática de Qatar 2022.
Simón no ocultaba su alegría ante la llegada del álbum mundialista, una costumbre que ya tiene adquirida debido a que junto al de Qatar también mostró orgulloso el álbum de Rusia 2018 que lo llenó antes que empezara la competencia deportiva. Junto con el entusiasmo de su padre y su hermano mayor Tobías, la colección de figuritas se remontó al del Mundial Brasil 2014.
"Me gusta coleccionar figuritas, no solo las del Mundial porque también me gusta la colección de Dragon Ball", dijo el niño y recordó que "estaba ansioso esperando que lleguen las figuritas" para luego, sin dudarlo, afirmar que la figurita preferida "es la de Messi".
Junto con el álbum, la primera compra de Simón incluyó 10 paquetes de figuritas entre las cuales "me vino una sola repetida" mientras que de la Selección Argentina "solo saqué la de Di María".
Simón contó que "fue mi papá" el que le dio el dinero para comprar el álbum y los primeros 10 paquetes de figuritas. Sin embargo, en un claro ejemplo por mostrar que el entusiasmo se hereda, explicó que "hace unos días vendí un teclado de computadora y el chico que me lo compró me va a dar 7.000 pesos. Con ese dinero solo voy a comprar figuritas"
En el caso de su papá Julio, dijo que "el primer álbum que me acuerdo haber juntado era del del Mundial de 1982 donde todavía venían figuritas con formas de chapitas redondas. No solo coleccioné del Mundial sino que mi hermano me hacía recordar de la colección Reino Natural donde la 'difícil' era la tarántula".
Todo por llenar el álbum. Simón, el niño que vendió un teclado de computadora para comprar figuritas.
Con las figuritas ya no juegan
Con cierto dejo de nostalgia, Julio señaló que "en los recreos en la escuela jugábamos mucho con las figuritas. Para eso usábamos las redonditas con las que hacíamos tapadita o espejito".
En esos mismos ratos libres entre horas en la escuela "cambiábamos figuritas con nuestros compañeros y de esa manera podíamos seguir llenando el álbum".
Sin embargo, "hoy ya no se juega a las figuritas, porque las que vienen, autoadhesivas, no permiten el mismo juego que hacíamos antes", indicó.
Mientras Julio relataba sus momentos de juego con las figuritas, su hijo Simón explicaba que ahora "las figuritas más difíciles se cambian por varias de las otras. Si en este caso querés cambiar a Messi, podés pedir por todas las que no tenés o por alguna muy difícil que no tengas".
"En nuestro caso, como creo que también pasa en muchas familias, juntar figuritas es una experiencia que se disfruta más si uno como adulto la comparte con sus hijos. Es una actividad que nos gusta a todos, sumado que el fútbol también nos gusta a los tres, más allá de la diferencia de edad entre nosotros", concluyó Julio.
"Lo positivo del coleccionismo es que te lleva a conocer mucho de todo", dice un aficionado
A sus 47 años, Alfredo Moreda posee una inagotable cantidad de objetos antiguos y de colección, cada uno con una historia que lo respalda.
Además de dedicarse de manera comercial a esta actividad que desarrolla con mucha pasión, su vivienda particular guarda en sí misma varios años de historia familiar a través de innumerables objetos que se encuentran resguardados por categoría, género, etc.
Para un recolector, como el mismo se define, el furor que en estos días se desató por conseguir las figuritas y el álbum del Mundial de Qatar 2022 es algo "comprensible" indicando que este tipo de coleccionistas "buscan algo muy específico que, en este caso, son las figuritas de un momento determinado".
Recordó que en su momento "mi papá me hablaba de las figuritas de Nestlé así como también luego he visto muchas otras personas que juntaban figuritas a medida que estas iban saliendo al mercado".
"El primer álbum de figuritas que llené fue el del Reino Natural, como muchos otros ya que en ese momento era algo impresionante el éxito que tenía. Recuerdo que estaba en los primeros años de la escuela primaria y desde allí, luego llené varios álbumes más", narró Alfredo.
En este caso, recordó que cuando su tía venía desde Córdoba a visitarlo "para quedar bien conmigo me compraba una caja entera de figuritas. Así me llenaba de paquetes y me resultaba más fácil llenar el álbum".
Más allá de lo que demoraba en completar cada álbum, "lo lindo de esta costumbre es cuando interactuás con el resto porque al tener muchas repetidas se producen encuentros para cambiar" en rondas donde el 'late' y el 'nola' eran las expresiones que se escuchaban con más frecuencia.
Se acordó además que durante un recreo en la escuela "estaba junto a un chico más grande que tenía figuritas de autos y tenía la difícil de la colección que en mi caso era la que me faltaba para llenar el álbum. Se la pude cambiar y la emoción que sentí fue enorme porque salí corriendo al grito de 'tengo la más difícil' y todos me miraban sin entender demasiado lo que estaba pasando".
Una tradición que resiste al paso del tiempo. La mirada de Alfredo Moreda.
'Juntador' más que coleccionista
"Yo me considero un 'juntador' más que un coleccionista" y entre las razones por las cuales se dedica aún hoy a seguir acopiando objetos, Alfredo estimó que "seguramente viene de familia ya que mi papá tiene muchas cosas y de todas conoce su origen. A mí me pasa lo mismo ya que tengo la suerte de conocer el origen de todas las cosas que poseo".
"Mi mamá coleccionaba muñecas de porcelana y creo que lo hacía por el mismo motivo, porque le apasionaba hacerlo", comentó.
Moreda confesó que lo primero que coleccionó en su vida fue una determinada cantidad de tapitas de plástico y desde allí no paró más. "Recuerdo que un día mi papá me llevó a Bomberos Voluntarios porque era de la comisión directiva. Yo estaba jugando y en un momento empecé a juntar tapitas. Tenía 6 o 7 años. Esa fue mi primera experiencia de empezar a juntar cosas. Lo cierto es que quedaron en la cocina por dos semanas y luego desaparecieron", indicó.
Volviendo a la pasión por las figuritas, dijo que "no es diferente" de aquel que junta otras cosas. "Hay quien junta figuritas como también existe aquel que colecciona autos clásicos. Más allá de lo que se coleccione, en mi caso lo que hago me trae recuerdos de distintas etapas de mi vida, todo está conectado a momentos felices y eso finalmente da placer".
"Lo positivo del coleccionismo es que te lleva a conocer mucho de todo. Cada figurita que coleccionaba me remitía a un lugar del mundo sobre el cual me interesaba conocer. En esa etapa el niño es una esponja que absorbe todo tipo de información", valoró.
Dentro de su relato, contó que al cumplir 12 años recibió un skate como regalo y eso marcó a fondo su niñez. "Salíamos a patinar y para eso íbamos a la Plaza Cívica y no faltaba el momento en que, con algunos amigos, nos acercábamos hacia la rampa del estacionamiento del edificio del Banco de Córdoba".
En medio del furor por el skate dijo que "había visto una que se llamaba Surfer Magazine Skateboard y durante muchos años me quedó esa imagen. Ahora, de grande, la vi publicada en Mercado Libre y la compré, pero ya no la voy a usar, sino que es para colgarla y apreciarla".
Más allá de los varios cientos de objetos que posee, Moreda dijo que le apasiona "conocer el origen de cada cosa, quién la tuvo antes, qué uso le daba, es decir documentar todo el proceso. Yo creo que en un futuro a alguien le va a servir todo esto".