Bienestar
Cáncer de mama: por qué se recomienda la alimentación antiinflamatoria
No existe una dieta “anti-cáncer” pero este tipo de nutrición ayuda a reducir el riesgo y mejorar la salud. La nutricionista Alejandra Battistino explica cuáles son sus beneficios.
Por Isabel Fernández | LVSJ
La alimentación cumple un papel crucial en la prevención y manejo del cáncer. Aunque no existe una "dieta anticáncer" que garantice la ausencia de la enfermedad, ciertos hábitos alimentarios pueden ayudar a reducir el riesgo y mejorar la salud general.
Uno de los recursos es la alimentación antiinflamatoria cuyo objetivo es disminuir la inflamación crónica, que está vinculada a diversas enfermedades, incluido el cáncer. Se basa en el consumo de alimentos naturales y ricos en nutrientes, limitando aquellos que pueden causar inflamación.
En este Octubre Rosa, mes de prevención del cáncer de mama, LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con la licenciada en Nutrición, Alejandra Battistino (MP-2498), diplomada en nutrición aplicada a las enfermedades ginecológicas y endocrinológicas, quien remarcó que una “alimentación organizada puede ser un pilar fundamental en la prevención del cáncer, promoviendo no solo la salud física sino también el bienestar emocional”.
Advirtió: ”No existe una dieta anti cáncer que nos asegure no desarrollar la enfermedad, pero sí se sabe que las células cancerígenas se alimentan del azúcar, de las harinas refinadas, de la comida chatarra”.
Battistino, quien brindó una charla en la Feria de Mujeres Emprendedoras en el Centro Cultural, aseguró que podemos “elegir alimentos reales, que nos aporten todos los nutrientes esenciales que nuestro organismo necesita y que ayude a fortalecer nuestro sistema inmunitario, o sea, una alimentación pensada y organizada. O elegir lo opuesto, que un alto porcentaje de nuestra alimentación contenga alimentos ultraprocesados, envasados, exceso de harinas refinadas, azucares añadidos y gluten. Pero esta última no es aconsejable para evitar la inflamación”.
Qué es y cuáles son los beneficios
¿En qué consiste la alimentación antiinflamatoria?. La nutricionista explicó que tiene como objetivo “reducir la inflamación crónica en el cuerpo, la cual está vinculada a una variedad de enfermedades como ciertas formas de cáncer”.
“En el cáncer, específicamente, la importancia de la alimentación juega un rol muy importante no solo en la prevención, sino también como parte integral del manejo terapéutico de la enfermedad. Esta alimentación no es única ni estándar para todos, sino que se basa en una serie de principios generales orientados a promover el consumo de alimentos naturales y ricos en nutrientes que combaten la inflamación, mientras se limita la ingesta de aquellos que pueden provocarla”, indicó.
Entre los beneficios de este tipo de alimentación, Battistino afirmó que se encuentra el de “reducir la inflamación crónica de alto grado que produce el cáncer, aportar amplia variedad de nutrientes esenciales que se necesitan para fortalecer el sistema inmune, proteger a nuestro organismo del daño que pueden causar los radicales libres (moléculas que conducen al estrés oxidativo y potencialmente a la inflamación y al daño celular), lo que potencia a desarrollar la enfermedad”.
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Alimentación para mantener el bienestar
La alimentación durante y después del tratamiento oncológico en el cáncer de mama es fundamental para ayudar a los pacientes a mantener su salud y bienestar general. La licenciada Battistino dijo que, durante el tratamiento con quimioterapia, “el objetivo principal cuidar que no baje de peso, logrando que pueda mantener una dieta adecuada a sus necesidades fisiológicas y a sus gustos, porque en este momento la persona pierde muchas veces los sabores a los alimentos, o sienten rechazo o intolerancia hacia ciertos productos en particular”.
Agregó que, luego de finalizado el tratamiento, “se trabaja de manera integral con la persona para que vaya logrando recuperar los sabores y las ganas de incorporar la mayor cantidad de alimentos posibles, hasta que su alimentación sea casi su totalidad con alimentos reales y nutritivos para que pueda reparar su salud”.
Además de cuidar y elegir lo que comemos, es fundamental generar un estilo de vida saludable en todos los aspectos posibles. La licenciada Battistino recordó la importancia de “hacerse los chequeos anuales ginecológicos y análisis de laboratorio, realizar actividad física la mayor cantidad de veces a la semana que sea posible, no fumar, dormir de 7 a 8 horas para lograr un descanso reparador, reducir y controlar el estrés, meditar, rodearnos de vínculos afectivos sanos, exponernos al sol para evitar deficiencia de la vitamina D”.
“También es mejor evitar la exposición a los disruptores endócrinos: reemplazar los envases plásticos por vidrio, elegir los materiales de nuestras ollas y utensilios que no sean tóxicos, evitar el exceso de productos con perfume como algodón, toallitas femeninas, aromatizantes de ambiente, maquillaje, entre otros”, manifestó.
¿Qué comer y qué no?
La nutricionista afirmó que lo bueno de elegir este tipo de alimentación “es la amplia variedad de alimentos reales que podemos incluir” como: crucíferas (especialmente el brócoli, conocido como el alimento anticancerígeno), antioxidantes como todas aquellas verduras y frutas de color morado: cebolla, remolacha, uvas, frutos rojos (especialmente los arándanos), también aporte de grasas saludables como el aceite de oliva, el aguacate, los frutos secos. En cuanto a las carnes, preferentemente pescados azules como el atún, caballa, sardinas (frescos), pollos orgánicos, carnes rojas menor cantidad, huevos orgánicos. Especias como la cúrcuma, el jengibre y el romero por sus propiedades antiinflamatorias.
Los que no
Por otro lado, aconsejó reducir el consumo de carnes procesadas: embutidos, fiambres, hamburguesas, al igual que las harinas refinadas (productos de panificación), azucares añadidos en golosinas, bebidas, productos de confitería, alcohol, productos envasados y enlatados. Más información en Instagram: lic.alebattistino