Sociedad
Buenas acciones: voluntarios limpian la Catedral para reducir gastos
Todos los jueves por la noche, unas 20 personas realizan tareas de limpieza en el templo. Las iglesias prescinden de servicios para afrontar otros gastos como pagar la luz; la última boleta fue de $250.000.
La situación económica que atraviesa el país no deja ajeno a ningún sector, y las iglesias, como muchas familias argentinas, también sienten el impacto. En la Parroquia San Francisco de Asís, un grupo de voluntarios se organizó para limpiar el templo, aliviando así los gastos de mantenimiento y permitiendo destinar recursos, por ejemplo, al uso de aires acondicionados durante las celebraciones del verano.
Es que los aumentos en la electricidad llegaron justo con la reducción del poder adquisitivo de los fieles frente a la inflación, quienes con sus aportes sostienen los sueldos de los sacerdotes, el mantenimiento de los templos y las actividades parroquiales. Aunque las canastas que se pasan en las misas no vuelven vacías, el dinero reunido cada vez alcanza para menos. Esta situación refleja las dificultades económicas que enfrentan las iglesias para cubrir sus costos operativos, en un contexto de crisis económica generalizada.
El párroco de la Catedral, Gustavo Zaninetti, explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO cómo surgió esta iniciativa: "Es una propuesta de agentes de pastoral y miembros de la comunidad. Ante la imposibilidad de sostener los costos de la boleta de la electricidad durante los meses más calurosos, se ofrecieron a limpiar el templo ellos mismos. Esto nos permitirá ahorrar y cubrir los gastos de refrigeración durante las celebraciones". Según Zaninetti, esta no es una necesidad urgente, sino una solución concreta para administrar los recursos en un contexto económico ajustado.
Cada jueves por la noche, unas 20 personas se reúnen para realizar las tareas de limpieza. "Lo más destacable es la generosidad de la comunidad", señaló Zaninetti y agregó: "Son horas de trabajo que las personas dedican después de sus jornadas laborales. Esto es una expresión de fe vivida en comunidad, que refleja el compromiso de los bautizados con el sostenimiento de la parroquia".
El sacerdote también destacó que esta iniciativa es una de tantas que suelen pasar desapercibidas. "En otras ocasiones, los agentes de pastoral se ocupan de actividades solidarias o comunitarias. Siempre hay alguien dispuesto a aportar su tiempo y esfuerzo en áreas como Cáritas, catequesis o visitas a enfermos", añadió.
Por otra parte, Zaninetti detalló que el gasto en electricidad es considerable, no solo por el gran templo, sino también por el funcionamiento del Círculo de Oración, la casa parroquial y los salones. "Las últimas facturas oscilaron los $250.000, sin contar el uso de los aires acondicionados", explicó. Además, aclaró que las parroquias no reciben subsidio directo del Estado para gastos ordinarios: "Todo se sostiene gracias al aporte de la comunidad”.
Consultado sobre el impacto de la crisis en las familias, el religioso reconoció las dificultades que enfrentan: "Ellos llevan una carga mucho más pesada. Llegar a fin de mes, cubrir las necesidades de los chicos y afrontar los gastos del hogar son desafíos diarios".
"El sacrificio y el esfuerzo también educan. No dejen que nada les robe la paz ni la alegría del corazón. Esa fortaleza nos ayuda a enfrentar la realidad, incluso en tiempos difíciles", concluyó a modo de mensaje y reflexión.
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