Historias
Bomberos en su día: “La vocación de servicio no se termina nunca”
Para siempre bombero. Algunos héroes retirados, como Jorge Ronconi, siguen presentes para ayudar con su sabiduría a los nuevos combatientes del fuego.
“En Bomberos estoy porque quiero y los quiero, es una vocación de servicio que no se termina nunca. Más pasan los años, más grande es el cariño que uno siente por la institución”, asegura el bombero retirado Jorge Ronconi.
En el Día del Bombero Voluntario, su historia refleja un fuerte sentido de pertenencia y una vocación que no se apaga nunca, que es para siempre. La fecha se conmemora en todo el país en honor a la fundación del primer cuerpo de bomberos voluntarios de La Boca.
Además de ser parte del cuerpo activo de la Sociedad Bomberos Voluntarios San Francisco, Ronconi se desempeñó como jefe del mismo desde el 1987 a 1997, siendo el tercer jefe de los siete que pasaron por la entidad en sus 87 años de vida.
Actualmente, Jorge integra el Consejo Asesor de la institución local, es vocal suplente de la Comisión Directiva y está a cargo del Departamento de Retirados de la provincia de Córdoba, que agrupa a unos 532 bomberos. En San Francisco alcanzan los 20 en esta condición.
Los bomberos ya retirados, si bien no pueden lanzarse a apagar un incendio como antes, siguen presentes para ayudar con su sabiduría a los nuevos, como Rocío y Laura Ferreyra, hermanas bomberas, quienes continúan el legado familiar de una vocación que abrazan.
“Es muy difícil de expresar lo que uno siente al ser bombero. Es una vocación de servicio que uno lleva dentro hasta el día en que te morís”, expresó Ronconi a LA VOZ DE SAN JUSTO, quien se sumó al cuartel local el 2 de junio de 1976.
Asimismo, reconoció que ese “cariño, abnegación y ese sacrificio de ayudar al otro se da no sólo en el cuerpo activo sino también desde la Comisión Directiva, que busca lograr los recursos para que podamos hacerlo. Todos tenemos una vocación de servicio que nos impulsa a trabajar”.
Ronconi compartió uno de sus mayores logros: “Hay algo que tiene un gran valor y es que en todos estos años, todos los jefes que pasamos por la institución supimos enseñar el sentido de pertenencia. Ese cariño, nuestra historia, no lo hemos perdido”.
“Más pasan los años y más queremos a Bomberos”
Jorge recordó sus inicios allá por junio de 1976. “Cuando terminé la escuela secundaria, me vino a buscar mi primer jefe y de allí no me fui más”.
A dos años de ingresar al cuerpo activo le tocó participar de uno de los siniestros que marcaron su vida: el accidente ferroviario más grande de la zona, en Sa Pereira, donde fallecieron 60 personas.
También acudió al impresionante incendio del molino Boero en nuestra ciudad, y tantos otros como la explosión de Río Tercero. “Todo esto se dio porque en aquel entonces no existían otros cuerpos bomberiles”, explicó sobre su participación.
“San Francisco es pionera en el interior del país”, en 1937 había solamente 22 cuerpos de bomberos en nuestra regional mientras que hoy hay 1100.
“La institución es tan querida, nos han ayudado en forma contínua y eso habla de transparencia, de honestidad. Nuestro equipamiento es de nivel internacional. Ese es el logro de haber hecho las cosas bien durante 87 años”, dijo.
Ronconi analizó los cambios que experimentó la institución y la actividad bomberil con el paso del tiempo: “Hoy la sociedad es diferente, la tecnología también y eso hace que tengamos que adpatarnos a la realidad”.
“La tecnología hace que el bombero esté más protegido y cuente con los recursos que son necesarios. Hoy un bombero tiene un equipamiento que antes no teníamos, como un traje estructural, equipo autónomo de respiración, ‘¡y ni que hablar de las unidades!”, destacó.
“La sociedad es totalmente diferente y se ve hoy atravesada por una situación económica muy grave, hasta tal vez más difícil a la de mi época donde podías dedicarle más tiempo a ser bombero. De todas maneras, hay que adaptarse a los cambios y tratar de que esta vocación de servicio no se pierda con las nuevas generaciones”.
“En Bomberos estoy porque quiero y los quiero. Tuve la suerte de tener una familia que me apoyó durante casi 50 años, lo cual no es un dato menor”, valoró Jorge.
Finalmente, expresó que su deseo es “seguir ayudando con capacidad y en la medida de mis conocimientos en todo lo que pueda asesorar a la jefatura. Si no vengo todos los días al cuartel, me falta algo”.