Política
Banco Nación: rechazo de dirigentes de la Bancaria a la privatización
Francisco Muratore y Marcos Quaglino, criticaron la medida de Javier Milei de convertir el Banco Nación en sociedad anónima, señalando que beneficia intereses privados y desprotege a pymes, el agro y el acceso a créditos subsidiados en todo el país.
El intento del gobierno de Javier Milei de transformar el Banco Nación en una sociedad anónima ha generado un fuerte rechazo en distintos sectores. Francisco Muratore, sanfrancisqueño y miembro del Secretariado Nacional de la Asociación Bancaria, criticó duramente la medida y denunció que forma parte de una estrategia para privatizar la entidad en beneficio de intereses privados.
Según Muratore, la decisión del presidente fue tomada "entre gallos y medianoche", en línea con su estilo de gestión. “Milei es un gran estafador. Primero estafó con el tema de las criptomonedas y ahora quiere estafar a todos los argentinos con la venta del Banco Nación. Su plan es claro: primero transformarlo en sociedad anónima y después venderlo. Es absurdo porque el banco da ganancias, es el primero del país en rentabilidad dentro del sistema financiero y concentra la mayor cantidad de clientes, depósitos y créditos. Asiste a empresas, individuos y sectores productivos en todo el país”.
Para el dirigente bancario, detrás de esta maniobra hay una necesidad de obtener recursos rápidamente. “El gobierno tiene vencimientos de deuda con el FMI y no tiene plata para pagarlos. Fueron a pedir más crédito y el Fondo les exige devaluar. En este contexto, buscan hacer caja con el Banco Nación. Es una estrategia desesperada: están vendiendo las joyas de la abuela”.
Muratore también recordó que este no es el único caso en el que se ha cuestionado el manejo de los recursos nacionales. “No nos olvidemos del oro que denunció nuestro secretario general, Sergio Palazzo. Se fueron millones en lingotes de oro desde el Banco Central y nadie sabe qué pasó con ellos. Parece que el estafador del presidente cobra por todo. Este es un gobierno sin rumbo que está dando los últimos manotazos de ahogado. Además, Milei enfrenta denuncias en Argentina, en la Comisión de Valores de EE.UU. y en el FBI. No sería raro que termine preso, porque por mucho menos han caído otros”.
Desde la Asociación Bancaria han decidido intensificar la lucha contra la privatización del Banco Nación. “Ya el año pasado juntamos más de un millón de firmas y realizamos una gran movilización al Congreso de la Nación. Llevamos adelante distintas acciones gremiales, abrazos simbólicos al banco y protestas en cada una de sus sucursales. Ahora vamos a seguir por el mismo camino. Tenemos que hacerle entender al ciudadano de a pie que el Banco Nación es una herramienta clave. Cuando hay sequía, ayuda al campo. Cuando las Pymes necesitan financiamiento, es el primero en asistirlas. Es contradictorio querer vender lo que funciona bien. Está claro que esto es un negociado espurio, una nueva estafa del presidente y su séquito”.
Muratore recordó que la privatización del Banco Nación había sido excluida de la ley de Bases, pero el gobierno insiste en transformar la entidad en sociedad anónima para luego venderla. Sin embargo, el juez Ramos Padilla resolvió que no pueden avanzar en una privatización sin una ley del Congreso. “La gran pregunta es: ¿a qué amigos quieren beneficiar esta vez? Porque están entregando uno de los negocios más rentables del sistema financiero argentino. No se vende algo que funciona bien, que da ganancias y que cumple un rol social fundamental”.
Por último, el dirigente bancario advirtió sobre la desconexión del gobierno con la realidad del país. “Sturzenegger y su gente creen que con una computadora cualquier ciudadano puede manejar su vida financiera y comprar criptomonedas, pero Argentina es un país productivo y trabajador. Necesitamos un banco que apoye la economía real, no que se transforme en una mercancía más para negociados privados”.
La Asociación Bancaria continuará su plan de lucha y buscará el apoyo de los legisladores nacionales para derogar el decreto que habilita la transformación del banco. “Estamos convencidos de que esta medida es insostenible. Milei ha caído en todas las encuestas y en las elecciones de medio término vamos a ver un claro rechazo a su política de entrega del patrimonio nacional. Vamos a defender el Banco Nación porque es de todos los argentinos”, concluyó Muratore.
Quaglino: "Vamos a luchar para evitar este negociado”
El secretario general de la Asociación Bancaria de San Francisco, Marcos Quaglino, expresó su rechazo a la decisión del presidente Javier Milei de transformar el Banco Nación en una sociedad anónima, lo que habilita su futura privatización. En diálogo con nuestro medio, Quaglino explicó la postura del gremio y las medidas que llevarán adelante en defensa de la entidad.
—¿Cuál es la postura de la Asociación Bancaria ante esta medida del gobierno?
Nuestro secretario general, Sergio Palazzo, convocó inmediatamente a un plenario de secretarios generales de todo el país, junto con el Consejo Directivo y el cuerpo de secretarios nacionales. Desde la Asociación Bancaria hemos rechazado y repudiado el intento de privatización y transformación jurídica del Banco Nación.
Ratificamos el estado de alerta y movilización y vamos a iniciar una campaña de esclarecimiento para la sociedad sobre lo que consideramos un negociado y una estafa. Además, realizaremos un abrazo simbólico al Banco Nación y estamos recibiendo adhesiones de distintas Pymes y de la Federación Agraria, porque este es un tema que afecta a toda la economía productiva del país.
—¿Por qué consideran que la privatización del Banco Nación es perjudicial?
El Banco Nación es el principal banco del sistema financiero argentino. Según datos del Banco Central, a noviembre de 2024 representaba el 23,97% de los activos y el 21,93% de los pasivos financieros. Tiene 721 sucursales en todo el país y 12 filiales en el exterior. Además, ha sido históricamente un respaldo fundamental en momentos de crisis. Basta recordar lo que sucedió en 2001, cuando la entidad salió a asistir a la ciudadanía ante la quiebra del sistema financiero.
Hoy el banco tiene utilidades y ganancias, por lo que no entendemos cuál es la necesidad de transformarlo en sociedad anónima. En la ley que presentó el gobierno el año pasado, el Banco Nación había quedado excluido de las privatizaciones junto con Aerolíneas Argentinas e YPF. Sin embargo, ahora van nuevamente a la carga con este intento de privatización encubierta.
—¿Qué impacto podría tener la privatización del banco en las localidades más pequeñas?
Si un privado se hace cargo del banco, muchas sucursales podrían desaparecer, especialmente en localidades pequeñas donde no hay banca privada. Ya vivimos este proceso durante la década de los ‘90 con Menem, cuando se intentó privatizar el banco.
El Banco Nación es una herramienta clave para el sistema financiero productivo y comercial. Es el que maneja el mercado financiero y ofrece créditos hipotecarios con tasas más accesibles, subsidiadas. Si el banco pasa a manos privadas, es probable que esos beneficios desaparezcan.
—¿Han detectado medidas previas que anticipen este proceso de privatización?
Sí, de hecho, ya están implementando un plan de retiros voluntarios. Están reduciendo la planta de empleados de manera progresiva, algo que empezó el año pasado. Este proceso fue frenado en su momento gracias a la intervención de nuestro secretario general Sergio Palazzo y del diputado Carlos Cisneros, quienes lograron que la Cámara de Diputados rechazara el intento de privatización del Banco Nación.
Pero ahora el gobierno insiste. Nuestro secretario general ha señalado que esta medida es una estafa y que Milei la impulsa en un contexto de debilidad política, tras las denuncias en su contra por la criptoestafa y asociación ilícita.
—¿Qué acciones concretas van a tomar en San Francisco y en el resto del país?
Vamos a hablar con distintas organizaciones políticas y empresariales de nuestra región para sumar apoyo. Además, realizaremos una campaña de información para los trabajadores y los clientes del banco, para que comprendan lo que está en juego con esta privatización.
A nivel nacional, hemos convocado asambleas en los lugares de trabajo y organizaremos abrazos simbólicos en todas las sucursales del país. Se ha facultado al secretariado general y a nuestro secretario Palazzo para tomar todas las medidas necesarias en esta lucha.
En San Francisco, ya el año pasado comenzamos una junta de firmas en la Buena Mesa en la Sociedad Rural, y a nivel país logramos reunir más de un millón de firma. Esas firmas fueron presentadas en el Congreso como una manifestación clara del rechazo de la sociedad a esta privatización. Ahora, como en aquel momento, vamos a poner todo nuestro esfuerzo y energía para evitar que este negociado avance.
La polémica medida del gobierno
El presidente argentino, Javier Milei, firmó el Decreto 116/2025, transformando al Banco de la Nación Argentina (BNA) en una sociedad anónima. Esta medida, publicada en el Boletín Oficial, establece que el Estado mantendrá el 99,9% de las acciones, mientras que la Fundación Banco de la Nación Argentina poseerá el 0,1% restante. El objetivo declarado es modernizar la estructura operativa y jurídica del banco, permitiéndole competir en igualdad de condiciones con otras entidades financieras y acceder a nuevas fuentes de financiamiento.
El BNA, fundado en 1891, es la principal entidad financiera del país, con activos que ascienden a 48 billones de pesos y una red de 721 sucursales en todo el territorio nacional. La decisión de convertirlo en sociedad anónima ha generado un fuerte rechazo de la Asociación Bancaria y otros sectores que consideran que esta transformación es un paso previo hacia su privatización, lo que podría afectar su rol en el financiamiento de pymes, el agro y el acceso a créditos hipotecarios a tasas accesibles.
Desde el gremio bancario se ha declarado el estado de alerta y movilización, anunciando un plan de lucha con movilizaciones y medidas de protesta en defensa de la entidad. Se argumenta que la privatización del BNA afectaría a miles de clientes y trabajadores, además de limitar el acceso a servicios financieros en localidades más pequeñas donde la presencia del banco es fundamental.