Sociedad
Bahía Blanca: Teresa, una fronterense que decidió quedarse a ayudar
Duro testimonio desde una ciudad devastada: “Nunca imaginé ver esto”. Aunque destacó la “impresionante cantidad de ayuda”, advirtió que “no termina acá. Se necesita más”.
El relato de Teresa Fantino, una vecina que vivió en primera persona la catástrofe que azotó a la ciudad bonaerense.
El agua arrasó con todo a su paso. Casas anegadas, familias evacuadas, calles convertidas en ríos de barro y desesperación. Bahía Blanca, una ciudad pujante y con historia de trabajo, hoy es el escenario de uno de las peores desastres naturales que ha enfrentado. Entre el caos y la incertidumbre, Teresa Fantino, una vecina con 40 años en la ciudad, en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO contó cómo vivió la tragedia.
Nacida en la ciudad de Frontera, Santa Fe, Teresa llegó a Bahía Blanca en 1981 por trabajo. Se radicó, formó una familia y desarrolló su carrera como kinesióloga. Pero nada la preparó para lo que vivió la madrugada del viernes 7 de marzo.
"Esto es algo que jamás imaginé vivir. La ciudad está destruida y la gente también. Es un golpe emocional y psicológico enorme", relató. La inundación no solo arrasó viviendas y negocios, sino que dejó a miles de personas sin lo más básico: agua, luz, gas y un techo seguro.
La madrugada del desastre
"Yo me acosté tarde, eran las 3.30 cuando empezó a llover. A las 7 de la mañana me llamaron: ‘Teresa, se está inundando Bahía Blanca’", recordó. Para entonces, la planta baja de su casa ya tenía agua. Al mirar por la ventana, vio que en su patio no drenaba y que la calle se había transformado en un mar.
Lo peor llegó con la crecida del Canal Maldonado. "El agua oscura y sucia comenzó a meterse en las casas. La correntada era tan fuerte que arrancaba portones, puertas y se llevaba autos", describió. La desesperación se apoderó de los vecinos, muchos atrapados dentro de sus hogares sin poder escapar. "Algunos lograron salir porque un vecino les pasó una soga, otros tuvieron que trepar a los techos para salvarse".
La solidaridad en medio del caos
En medio de la tragedia, la solidaridad se convirtió en el único refugio. "Los que no perdieron todo están ayudando. Hay hospitales de campaña, acompañamiento psicológico, donaciones de colchones, ropa y comida. Todos estamos colaborando como podemos", dijo Teresa sobre la recuperación de la ciudad tras el trágico temporal. Ella misma albergó en su casa a una familia amiga que perdió absolutamente todo. "No encuentran ni sus documentos. Lo poco que se salvó fue porque lograron escapar a tiempo".
Puede interesarte
Una ciudad paralizada
La normalidad parece lejana. "Las calles son un basural, llenas de barro y escombros. Los negocios están devastados, la gente limpia sin descanso, pero hay zonas sin luz ni agua", describió. A esto se suma el temor a los saqueos. "Hay mucha inseguridad, imaginate una ciudad a oscuras, sin control".
Los esfuerzos por reconstruir Bahía Blanca son inmensos. Teresa destaca la labor de los voluntarios, los profesionales de la salud y las fuerzas de seguridad que trabajan sin descanso. "Es impresionante la cantidad de ayuda que llegó. Pero esto no termina acá. Se necesita más: alimentos, elementos de higiene, repelente, barbijos, guantes descartables. La recuperación llevará mucho tiempo".
La angustia no es solo material. El golpe psicológico es profundo. "Muchos quisiéramos estar con nuestra familia, en nuestra ciudad natal, pero estamos aquí y debemos ayudar", reflexionó. Como profesional de la salud, Teresa sabe que las consecuencias de esta tragedia se sentirán por mucho tiempo. "Hoy ya hay mosquitos, enfermedades, el agua contaminada. Esto recién empieza".
Bahía Blanca se enfrenta a una prueba sin precedentes. La reconstrucción será lenta y dolorosa, pero si algo ha demostrado su gente, es que la solidaridad puede hacer la diferencia.
Cómo ayudar
Para colaborar con los damnificados, se necesitan alimentos no perecederos, elementos de higiene, guantes y barbijos. Los centros de acopio en San Francisco son: la Peña Boquense (reciben hasta mañana lunes en su sede de avenida Maipú) y el Centro Empresarial y de Servicios (Belgrano 1585).