Análisis
Argentina vs. Francia por los JJ.OO: deporte y patriotismo
Mañana disputarán un encuentro decisivo de fútbol en los cuartos de final en París. Lo que se interpreta como una suerte de reedición de la final del Mundial de Fútbol de Qatar abre la puerta a numerosas enfervorizadas.
El morbo de algunos medios y las redes sociales está en toda su dimensión. Mañana viernes, la Argentina y Francia disputarán un encuentro decisivo de fútbol en el marco de los cuartos de final, en los Juegos Olímpicos que se llevan a cabo en Paris.
Lo que se interpreta como una suerte de reedición de la final del Mundial de Fútbol de Catar abre la puerta a numerosas enfervorizadas expresiones en las que mezcla la pasión por el deporte, los antecedentes de enfrentamientos muy disputados y algunas otras cuestiones que se alejan de lo que estrictamente debe suceder en un campo de juego y se alinean con posturas nacionalistas, patrioteras, agigantadas luego del episodio en el que algunos jugadores de la selección nacional postearon un cántico xenófobo.
En este contexto, crece la expectativa quizás no tanto por el trámite del encuentro olímpico, sino por los abucheos que casi con seguridad lanzará la mayoría de franceses presentes en el estadio. De desde modo, aquel morbo se exacerba con una magnitud que padece el verdadero espíritu olímpico.
No hay sorpresas en esto. Los Juegos Olímpicos son una oportunidad para que determinados conflictos entre países se expongan y cobren visibilidad dramas humanos actuales y pasados. Así, por ejemplo, los atletas argelinos arrojaron rosas al río Sena durante la ceremonia inaugural en homenaje a sus compatriotas que fueron asesinados por tropas francesas hace más de medio siglo. También, una esgrimista ucraniana dedicó su triunfo a “nuestros atletas que no pudieron venir porque fueron asesinados por Rusia”. Y un judoca marroquí rechazó saludar a su vencedor, de nacionalidad israelí.
Como contracara, una selfie tomada por los jugadores de tenis de mesa recorre hoy el mundo. En ella, representantes de China comparten sonrisas con sus pares de Corea del Norte y Corea del Sur, países que desde hace décadas viven en permanente tensión. La fotografía se convirtió en tendencia y devuelve la esperanza de que los Juegos Olímpicos recobren su verdadero significado, lejos del romanticismo ingenuo, pero cerca de la idea de unidad de los pueblos y las culturas.
El periodista Ezequiel Fernández Moores lo reflejó en una de sus reciente columnas, al recordar que “fue justamente un francés (Michel Serres) el que, lejos de la idealización del olimpismo, ofreció una vez una de las mejores respuestas cuando le preguntaron para qué servía el deporte: “Es una manera”, dijo el filósofo, “de estar juntos”. Lo dijo mucho antes de este nuevo mundo virtual. Y de que la humillación al otro se hiciera deporte de masas. Y, peor aún, de autoridades”.