Análisis
Apertura de sesiones: climas distintos
Hoy, el presidente de la Nación y el intendente de San Francisco inaugurarán las sesiones ordinarias del Congreso y del Concejo Deliberante, respectivamente. En el ámbito nacional, la ceremonia estará marcada por la tensión y la disputa política. A nivel local, se espera un debate con racionalidad y respeto en el disenso.
El 1° de marzo ha sido, a lo largo de la historia, una fecha clave para la democracia en nuestro país. Salvo excepciones derivadas de reformas constitucionales, es el día en que los titulares del Poder Ejecutivo de todos los niveles del Estado cumplen con un mandato constitucional ineludible y trascendente: presentarse ante concejos deliberantes, legislaturas y el Congreso nacional para rendir cuentas y anticipar las líneas de gestión del año.
La provincia de Córdoba estableció que esta ceremonia se realice el primero de febrero. Pero en la Nación y en nuestra ciudad la apertura de sesiones ordinarias se concreta hoy, cuando marzo despunta y el verano parece quedar atrás. Este acto fundamental de la democracia es una oportunidad para reforzar la solidez institucional, afianzar la división de poderes y la normalidad del sistema republicano.
En el ámbito nacional, desde hace tiempo se percibe un desdén creciente por parte de los mandatarios hacia la presentación ante el Congreso. A esto se suma una polarización política que agrava el panorama: el discurso presidencial no solo suele incluir reproches y desprecio hacia los legisladores, sino que también genera reacciones de indiferencia o rechazo, expresadas incluso en la ausencia de bancadas opositoras.
Estas actitudes desvirtúan un acto institucional clave para la vida democrática. En lugar de asumir con responsabilidad el momento, las posturas adoptadas se asemejan más a las de una tribuna futbolera que a las de un espacio de debate republicano. La tensión entre poderes y las transgresiones al marco constitucional quedan expuestas con crudeza, reflejando un panorama preocupante. Este año, la situación se agrava con la decisión de impedir el ingreso de reporteros gráficos de medios nacionales e internacionales a la Asamblea Legislativa, dejando en manos exclusivas del Poder Ejecutivo el control de las imágenes de la ceremonia.
Contrastando con ese panorama, en cientos de ciudades y pueblos del país, la apertura de sesiones conserva su carácter institucional y su importancia democrática. El mensaje de los intendentes a los concejos deliberantes sigue siendo una instancia que permite balances de gestión, la definición de lineamientos futuros y el acceso ciudadano a la información sobre el estado del gobierno y sus objetivos.
Más allá de su formalidad, este acto institucional abre la puerta al debate político. Evaluar los anuncios y analizar el contenido de los discursos revitaliza también a un sistema que, sin dudas, alcanza su expresión más elevada cuando la pluralidad de voces se expresa libremente y las discusiones sobre los asuntos de interés público incluyen la participación ciudadana.
Hoy, el presidente de la Nación y el intendente de San Francisco inaugurarán las sesiones ordinarias del Congreso y del Concejo Deliberante, respectivamente. En el ámbito nacional, la ceremonia estará marcada por la tensión y la disputa política. A nivel local, se espera un debate con racionalidad y respeto en el disenso, donde haya plena libertad para expresar ideas y la convicción de que esta costumbre democrática es un pilar fundamental de la república y un reflejo de la vitalidad de las instituciones, especialmente aquellas más cercanas al ciudadano.