Ante la nueva “temporada de incendios”
La alerta por la posibilidad de que los incendios de pastizales ataquen a una vasta extensión del territorio de la provincia de Córdoba es el lógico primer paso que debe darse. Pero deben sumarse numerosas otras acciones.
La información señala que se logró contener días atrás un incendio de grandes proporciones en el norte de Cosquín, cerca de la localidad de Molinari, en la zona conocida como Estancia de Palo. Varias dotaciones de bomberos del Valle de Punilla y dos aviones hidrantes del Plan Provincial del Manejo del Fuego de Córdoba trabajaron en el lugar para extinguir el foco ígneo.
De acuerdo a los voceros gubernamentales, el siniestro fue el primero de una magnitud importante en este invierno y se espera que estos eventos se repitan en las próximas semanas, en virtud de las condiciones climáticas, la sequía existente y, lamentablemente, el accionar de algunas personas que no dudan en provocar enormes daños prendiendo fuego de manera intencional en las serranías cordobesas.
La alerta por la posibilidad de que los incendios de pastizales ataquen a una vasta extensión del territorio de nuestra provincia es el lógico primer paso que debe darse. Pero deben sumarse numerosas otras acciones. Algunas se cumplen desde hace años, en especial las tareas de logística y combate del fuego con estrategias que ya parecen aceitadas y cuyo éxito depende en gran medida de las condiciones climáticas. Ello, en virtud de que los recursos y equipos son los necesarios para actuar en estas contingencias. Sin embargo, resta bastante por hacerse en materia preventiva y de control para anticiparse a los siniestros, detectar las conductas sospechosas y establecer una red de aviso urgente que permita actuar antes de que el fuego se extienda sin control por las serranías o los campos cordobeses.
Desde hace años se pretende que la ciudadanía incorpore como hábitos básicos de convivencia la labor de concienciación para que el fuego no se ensañe con sus tierras. En especial, cuando la estación de fuego invernal se hace presente en toda su magnitud, con bajas temperaturas, heladas y vientos muy fuertes que aumentan la combustibilidad de la vegetación, así como la dispersión acelerada de los frentes de los incendios.
Por lo mismo, si bien es admisible el argumento de que se complica la detección de quienes prenden fuego intencionalmente por la extensión de los territorios en los que puede producirse un siniestro ígneo, el incremento de los controles y las tareas de vigilancia son métodos imprescindibles para la disuasión. También, como ha ocurrido en otras temporadas, se impone la rápida acción de la Justicia para encausar a quienes cometan estos delitos.
En verdad, todo lo que se hace y lo que resta por poner en vigencia significa proteger vidas y bienes, así como la preservación de los ecosistemas y el hábitat de la fauna y la flora de la provincia. Hacer frente de manera inmediata y con todos los recursos disponibles permitirá atenuar el impacto de los incendios, tanto en las sierras como en los campos de las enormes llanuras de la pampa cordobesa.
Hay suficiente experiencia acumulada en mucho tiempo sobre cómo actuar frente a los incendios forestales y rurales. En las sierras especialmente debe ponerse el foco para, precisamente, detectar de manera temprana los focos. Pero también en nuestra región no estamos exentos de que algunos fenómenos lamentables se produzcan. Por ello, la guardia debe mantenerse bien alta en este tiempo.