Ansenuza: otro paso hacia el Parque Nacional
La donación de la Fundación Wyss aporta nuevos bríos al proceso de creación del Parque Nacional Ansenuza. Así, la imponente laguna de Mar Chiquita será definitivamente considerada como un espacio protegido. Sus excepcionales atributos naturales tendrán la posibilidad de conservarse y también de mostrarse a la comunidad internacional.
La donación millonaria de una fundación
internacional permitirá a la Fundación Aves Argentinas adquirir tierras al
norte de la laguna de Mar Chiquita para conformar un núcleo de aproximadamente
26 mil hectáreas que formarán parte del Parque Nacional de Ansenuza, un sitio
cuya importancia ecológica está fuera de discusión.
La Fundación Wyss nacida en Estados Unidos, tiene como misión apoyar proyectos que van desde la conservación y la educación hasta oportunidades económicas y búsqueda de condiciones para que exista la justicia social. Cada inversión de esta entidad fundada por un médico llamado Hansjörg Wyss tiene como objetivo fomentar nuevas ideas o soluciones, así como preservar las condiciones de la tierra en numerosos países del mundo.
Este aporte económico significa un gran impulso para la creación del Parque Nacional de Ansenuza, un sitio de humedales de gran valor, poblado de una fauna singular. Un sitio que los habitantes de esta región a veces no otorgamos la importancia que se merece. En especial, no se toma conciencia de la biodiversidad que allí existe, visible en una gran cantidad de fauna, especialmente aves migratorias. Allí habitan también tres de las seis especies de flamencos que se conocen en todo el mundo, por ejemplo.
Desde la Fundación Aves Argentinas, depositaria de la donación norteamericana, se dijo que el trabajo actual se refiere a la delimitación del futuro parque nacional. Una vez establecida, la provincia deberá ceder su jurisdicción a la Nación y, finalmente, el Congreso tendrá que aprobar la ley. Y se aseguró que la creación de esta reserva será un impulso notable, no sólo para la provincia, sino especialmente para los habitantes del noreste cordobés, históricamente postergado. Porque, se sostuvo, quienes se dedican hoy a la explotación ganadera de baja densidad, podrán seguir haciéndolo. Pero además, tendrán otras oportunidades, en virtud del potencial enorme que tiene la región en materia turística, por ejemplo.
Cuando se anunció la intención de la declaración de Parque Nacional para Ansenuza, en esta columna se sostuvo que ello redundará en ventajas obvias, con beneficios enormes para la preservación de un ecosistema único, así como para la realización de numerosas actividades culturales y educativas que redundarán en beneficio de la población de toda la región. Al mismo tiempo, se potenciaría la conservación de más de 400 especies de aves y otros animales de la fauna local en una región que desde 2002 es sitio Ramsar, convención multilateral que se encarga de proteger los humedales de mayor importancia en el planeta.
La donación de la Fundación Wyss aporta nuevos bríos al proceso de creación del Parque Nacional Ansenuza. El anhelo de una amplia región es que los trámites avancen y que las distintas instancias del proceso se cumplan como corresponde. Así, la imponente laguna de Mar Chiquita será definitivamente considerada como un espacio protegido. Sus excepcionales atributos naturales tendrán de este modo la posibilidad de conservarse y también de mostrarse a la comunidad internacional.