Justicia social
Alberione: "Sin coherencia y educación, no podremos construir una sociedad inclusiva"
El ex fiscal aborda el flagelo de los femicidios y otros problemas que afectan a nuestra sociedad. Con una visión crítica y constructiva, Alberione destaca la falta de coherencia y la necesidad imperante de la educación como pilar fundamental para alcanzar la justicia social.
El ex fiscal Bernardo Alberione no se anda con rodeos cuando se trata de señalar las fallas de nuestra sociedad. En una charla profunda y reveladora con LA VOZ DE SAN JUSTO, Alberione pone el acento en dos pilares esenciales: la coherencia y la educación. Para él, la raíz de muchos problemas, incluyendo el alarmante número de femicidios, reside en la ausencia de estos elementos. Según Alberione, sin una sociedad que se maneje con coherencia y una educación que llegue a todos, cualquier esfuerzo por mejorar se queda a medio camino.
“Tenemos naturalizada la muerte violenta, que causa mayor o menor repercusión dependiendo del estrato social en donde se produzca”, dijo el ex fiscal. Y profundiza en esta problemática al señalar que "el entorno familiar de una persona adicta a las drogas que a los 13 años puede llegar a matar a otra, toma la muerte como un factor cercano y natural. El daño colateral es terrible, se multiplica. Lo mismo que los femicidios, si está involucrada una persona conocida tiene una repercusión más masiva”.
Acompañamiento a la víctima
Otra faceta de la violencia es la falta de acompañamiento a la víctima. "No hay una legislación que acompañe a la víctima del delito. Legislación hay, perdón, pero no está operativa en la medida que debería estarlo. El esfuerzo que el Estado destina a la protección de los derechos de los victimarios no lo destina a la protección del derecho de la víctima," asegura Alberione, haciendo hincapié en la disparidad de recursos destinados a los victimarios en comparación con las víctimas.
"El victimario desde el primer momento tiene derecho a un abogado. Y hasta el último minuto que está preso, tiene un abogado que lo representa, que se lo provee el Estado gratis y que es de calidad. Y aparte tiene un juez de ejecución penal que controla que el cumplimiento de la condena sea en tiempo y forma, respetando todos sus derechos. No está mal, me parece bárbaro. Está correctísimo. Es más, hay que mejorar las cárceles, hay que mejorar todo. Pero yo me pregunto dónde están las víctimas. Sí, denuncian, tienen apoyo, las acompañan, ¿pero después? Poco tiempo después de la denuncia se queda sola. Y el Estado se olvida”, subraya tajante.
Y acota: "Eso hablando de las que sobreviven al delito. Con las que no sobreviven nos golpeamos el pecho, decimos ‘esto es injusto’. Pero de las que sobreviven nos olvidamos y eso que nos venían advirtiendo que eso iba a pasar”.
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Otro punto crucial que aborda Alberione es la responsabilidad de la sociedad en la perpetuación de la violencia: "Otro responsable de la continuidad de la violencia es la sociedad. Porque siempre está el ‘no te metas, no te comprometas’. Escuchás que tus vecinos que se matan a golpes pero no sos capaz de acercarte, de comprometerte. Si a vos te pasa lo mismo, te gustaría que tus vecinos te echen una mano. La gente prefiere no comprometerse porque si después se arreglan de nuevo, te van a dejar de saludar. Pero si uno se arregla de nuevo y lo matan, yo termino siendo, de alguna manera, parte de un homicidio”.
Alberione observa que hay una cultura en proceso de cambio, pero señala un problema significativo: "Comienza a cambiar. Hay una cultura que está comenzando a cambiar. El problema es que no tenés acompañamiento a la víctima. Queda sola –insiste-. Los que tienen medios, los que tienen capacidad económica, cultural de afrontar esta situación, pagar psicólogos, tener lugares alternativos donde residir, mudarse de ciudad, todo eso... que son una minoría, sí tienen una salida. Pero es una minoría ínfima”.
Coherencia como premisa
"Hay muchas incoherencias en nuestra sociedad," dice Alberione. "Están los ídolos de los niños, los jugadores del fútbol, diciendo 'si sos menor de 18 años, no juegues'. ¡Entonces no hagas propaganda! El juego es adictivo, es destructivo, no tiene una sola propiedad buena. Nadie en un casino está contento, son todas caras tensas y tristes. Alguno que otro por ahí grita, pero es uno entre tantos. El juego trae muerte, trae desintegración familiar. El juego es adicción. A quien organiza el juego se los denomina empresario y al que maneja el tráfico de estupefacientes, delincuente”, comparó.
Finalmente, Alberione concluye sobre la importancia de la coherencia y la educación: "No hay coherencia del sistema. La música que escuchamos, las canciones que están de moda... los productos que consumimos, lo que nos muestran... La violencia está inserta en la sociedad. Yo creo que todo cambia en la medida que vayamos cambiando cada uno. No veo un horizonte de cambio global. Veo un horizonte de cambio de pequeño a grande. Pero necesariamente con coherencia. Ya es difícil definir lo que es coherencia. Si vos le enseñás a tu hijo que no hay que maltratar a la mujer y acto seguido vas y le gritas a tu mujer, a su mamá... El factor clave está en la educación. Con eso bajamos el nivel de conflictividad social, y esto aplica para la droga, el abuso sexual infantil y la violencia de género. Es difícil actuar siempre con coherencia, pero tratemos de perseguirla por lo menos. Tratar de ser coherente entre lo que pensamos y lo que hacemos. Entre lo que predicamos y lo que pretendemos”, instó el ex fiscal.