Historias
“Agustín me dejó una misión y es la de ayudar a prevenir el suicidio”
Lo aseguró María José Cabrera que hace dos años perdió a su hijo y concientiza sobre la prevención de esta problemática. Este domingo la Fundación Empesares emplazará un mural para recordar que el suicidio puede evitarse.
Por Isabel Fernández | LVSJ
En septiembre de 2021, María José Cabrera recibió la noticia más terrible para una madre: su hijo Agustín de 19 años se había quitado la vida y todo su mundo se vino abajo.
¿Cómo se reconstruye la vida después de una pérdida tan enorme? ¿Por dónde se empieza? En medio de la oscuridad del dolor, “Majo” decidió encender la luz y llevar adelante la misión que asegura que le dejó su hijo: ayudar a los demás y prevenir el suicidio.
Buscando información para poder seguir adelante en este duro camino que la vida le presentó, encontró la página de la Fundación Empesares en las redes sociales y decidió poner manos a la obra.
Llevando la fe en Dios como sostén y con el apoyo de su hijo Jeremías de 13 años y su pareja, buscó colaboradores y gestionó a la fundación–que realiza prevención y posvención del suicidio- el emplazamiento de un mural en San Francisco para honrar de manera perpetua a quienes tomaron esa decisión, concientizar sobre la necesidad de hablar de esta problemática y lograr una salud mental digna en todo el país.
Está emplazado en Salta y Pasaje Haití de barrio Dos Hermanos y será inaugurado hoy domingo 10 de septiembre a las 16, en el marco del Día Internacional de la Prevención del Suicidio.
El de nuestra ciudad es el cuarto que la fundación realiza, mientras que el domingo también se emplazará uno en Las Varillas. El primero se colocó en Pilar, Buenos Aires; el segundo en la guardia del Hospital Santojanni y el tercero en San Pedro, Buenos Aires.
“Agustín me dejó una misión y es la de ayudar a prevenir el suicidio. Su muerte no fue en vano porque vamos a poder ayudar y acompañar a muchas personas con este mural que se emplazará en San Francisco”, aseguró Majo a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Agregó: “Después de lo que pasó con mi hijo, decidí generar algo bueno, desde el dolor. Por eso quiero hablar de suicidio, porque hablar es la primera forma de prevenir. En mi decisión también tiene que ver la fe, soy catequista y estoy muy aferrada a Dios. Eso me ayuda todos los días muchísimo y obviamente también el apoyo de mi otro hijo Jeremías de 13 años y el de mi pareja que son fundamentales. Lo importante es poder salir adelante porque si uno mismo no está bien, el resto tampoco va estarlo”.
“Me ayuda pensar que Agustín quiere verme bien, haciendo esto y no tirada en la cama. Él me cruzó Empesares en mi vida, lo encontré en las redes y creo que tiene que tiene que ver con esta misión que me dejó y me dice: ‘Mamá yo no pude ayudarme, pero vos ayudá a otras personas en mi nombre´”, dijo.
“Tomó su decisión que yo respeto y lo acepto –afirmó-. No busco encontrarle el ‘por qué’ sino ‘para qué’ sucedió esto en mi vida. Sé que él quería ayudar a sus amigos, a los niños y adolescentes entre quienes hoy predominan los suicidios. Tengo el dolor en la mano, qué hago?. Si me quedo quieta me hundo, entonces lo muevo, lo transformo y lo convierto en algo productivo”.
“A las madres, padres y familiares que sufrieron la muerte de un ser querido víctima de suicidio les digo que se puede salir, hay que tener fuerzas, fe y quiero que se sientan acompañadas ya que no son las únicas que están padeciendo este camino de dolor, somos muchos lamentablemente, pero es bueno que podamos acompañarnos mutuamente”, afirmó.
Hablar del tema y escuchar al otro
Majo aseguró que las personas suelen manifestar señales antes del suicidio y por eso remarcó que es fundamental informarse, hablar y escuchar a las personas.
“Es importante hablar, sentarse a escuchar a sus hijos o a quienes tenemos al lado, porque muchas veces en esta vida acelerada que llevamos no nos damos cuenta que nos necesitan. Ser creo que es lo que más necesitan hoy los adolescentes”, afirmó.
Agregó que muchas veces las víctimas de suicidio no dan señales, pero Agustín sí las dio, intentamos ayudarlo, pero no pudimos. Es un excelente hijo, amigo, siempre sonriendo y ayudando a los demás”.
“Estuvo con tratamiento psiquiátrico desde más chico, cuando tenía 13 años, sufría depresión y también hizo tratamiento por déficit atencional con hiperactividad. Le habían dado el alta pero después con un problema familiar volvió a recaer y la situación se complicó con la pandemia, no podía estar en contacto con sus amigos y también enfrentó la muerte de familiares cercanos”, contó.
Por eso remarcó que es “importante estar informado sobre las señales, como por ejemplo ver que no tienen ganas de hacer sus actividades cotidianas, sentirse tristes o querer dormir todo el día, entre otras”.
Una salud mental digna
Uno de los reclamos que se quiere dejar con el mural es el de la necesidad de una salud mental digna. Al respecto María José afirmó que es “muy necesario cambiar la ley. Es difícil conseguir un turno rápido con un psiquiatra con un psicólogo, y las personas que están depresivas necesitan ser atendidas de manera urgente. A veces pueden pasar dos o tres meses y hasta seis meses para conseguir un turno y ahí es donde suceden las muertes”.
Agregó que además “hoy los costos de los profesionales son altísimos de los profesionales, las mutuales muchas veces no lo cubren y la medicación es carísima. Tampoco se puede forzar una internación, porque la ley dice que la persona debe decidirlo y es muy difícil que pueda hacerlo cuando no está en sus cabales, que está enferma y no puede hacerse cargo de ella misma. Hay varios puntos que están en la en la ley de salud mental, que no están funcionando bien, que deberían cambiar para que se puedan salvar vidas”.
El puntapié inicial
María José considera que este mural puede ser el puntapié inicial para que se comience a hablar más de esta problemática y que se pueda prevenir. “Ojalá que la actividad no quede solo en un mural, sino que sea el puntapié inicial para hacer charlas, unirnos entre las localidades de la del departamento San Justo donde hay muchos casos de suicidio también y poder detectar las señales y prevenir. Ojalá que en el futuro podamos inaugurar un mural sin nombres, que no haya más víctimas de suicidio”, remarcó.
“Encontré Empesares y el libro que escribió Jess Brown que estaría muy bueno que todos lean para poder acompañar a todos los que padecemos este camino difícil. Estoy en el grupo de la Iglesia que se llama Resurrección que brinda acompañamiento a personas que perdieron un ser querido y creo que Empesares puede ayudar a crear nuevas ideas para poder ayudar a otras personas”, manifestó.
“Agradezco a todas las personas que colaboraron para la realización del mural, a entidades, amigos, familiares, profesionales, medios de comunicación. Cuando nos unimos como ciudadanos podemos lograr un gran trabajo para ayudar al otro, concientizar y acompañar”.
Visibilizar el suicidio
Silvia Kuhn es mosaiquista y vive en Pilar, Buenos Aires. Llegó a nuestra ciudad para armar utilizando ese arte, el mural que recordará para siempre la necesidad de concientizar sobre la prevención del suicidio.
“A través del arte en mosaico, que es perpetuo, se busca visibilizar la tarea de Empesares y visibilizar el suicidio, que deje de ser un tabú y se hable más del tema. Este mural viene a visibilizar y a honrar a quienes tomaron esta decisión, también a mostrar la problemática de la salud mental. Viene a abrazar a los padres y familiares que son las otras víctimas del suicidio. Y que los que tomaron esa decisión, vengan a ayudar a otros, de eso se trata visibilizar y hablar de esta problemática”, aseguró Silvia.
Contó que encontró la Fundación Empesares y comenzó a colaborar buscando herramientas para acompañar a una amiga que sufrió el suicidio de una hija. “Una hija de mi amiga, una hermana en la vida, fue víctima de suicidio y traté de buscar herramientas para acompañarla, es muy difícil ponerse en la piel y hasta a veces uno no sabe qué decir”.
“Encontré muchas herramientas a través de ellos y también todo lo que hace como la prevención y la posvención del suicidio, asistencia y ayuda en los distintos grupos destinados a la familia, a madres, padres y hermanos”, dijo.
La mosaiquista dijo que un mural “es algo que se queda hablando a grandes voces en un lugar. Estos murales tienen toda la energía con un manto de estrellas, los nombres de las victimas a quienes se honra también estarán escritos en la parte de atrás, el mural tiene una sinergia muy importante. Mi trabajo es ad honorem solo con el objetivo de visibilizar, concientizar y abrazar a las otras víctimas que son los familiares”.
“Dentro del mural también estarán las placas de agradecimiento a todos los que colaboraron y también lo que van a encontrar es una placa que tiene el logo IG para que se pueda escanear desde un celular la página de Empesares”, informó.
Remarcó que es “un lugar que quedará como referencia de manera perpetua y que invito a que lo visiten los chicos de las escuelas, los docentes y que en ese momento aprovechen a hablar con los chicos sobre esta problemática que avanza entre las personas jóvenes. Que sea una charla cotidiana, que puedan acercarse”.
“Antes de esta decisión que las víctimas hay algo que se podría haber hecho antes y hablar de suicidio, de la ley de salud mental. Este mural viene a abrir otras puertas, otros debates, otras charlas en la escuela y en otros ámbitos. Es el puntapié inicial que acompaña la gran labor que hace Empesares”, finalizó.
Líneas de ayuda
Existe asistencia telefónica gratuita a quienes estén atravesando crisis o riesgo de suicidio: desde todo el país pueden llamar al (011) 52751135 ó 0800-345-1435. En San Francisco al servicio de Salud Mental del Hospital Iturraspe, 03564 443790 (número fijo) o dirigirse al centro de salud de cada comunidad.