Adiós a las “cuentas corrientes” en los comercios sanfrancisqueños
La costumbre que se mantuvo viva por mucho tiempo en los comercios de la ciudad parece haber desaparecido o al menos son pocos los comercios que aún lo sostienen. Por la inflación o por nuevas formas de pago, "anotar en la cuenta" quedó en el recuerdo.
"Quiero abrir una cuenta corriente" "Deme tus datos que averiguo en el centro comercial". ¿Quién no se acuerda de aquellos días en que iba a comprar a algún comercio de la ciudad y si era de importancia, se podía ´anotar en la cuenta´?
Aquello que parecía tan normal en la ciudad, parece que quedará como un recuerdo de los sanfrancisqueños.
Según pudo conocer LA VOZ DE SAN JUSTO, quedan muy pocos negocios que todavía mantienen en vigencia las cuentas corrientes o el fiado, en el caso de los almacenes de barrio.
Por los cambios de precio, la inflación que no se detiene y por el uso de otros canales de pago como las tarjetas de crédito con la tecnología haciendo lo suyo en el sistema financiero bancario, aquella forma de préstamo no bancarizada parece quedar en el olvido.
En palabras de Ariel Morano, comerciante de la ciudad y referente de Vamos al Centro, "son pocos los negocios que aun trabajan con sistema de cuenta corriente. A veces, porque son clientes de mucho tempo o bien, son de cercanía, algún almacén que deja anotado algo unos días pero los montos son pequeños y se cancelan en un tiempo prudencialmente corto".
En el caso de comercios como el de Ariel, que se dedica a la venta de indumentaria y maneja valores más altos, "hoy el uso de esta modalidad es para anotar una prenda condicional pero no para las cuotas o las entregas que usábamos antes".
"Ya no es una estrategia de venta debido a la cuestión inflacionaria que estamos atravesando", confió el entrevistado.
"Ese terreno lo fueron ocupando las tarjetas de crédito y lo que terminó de erradicarlo son las promociones de los bancos para sus asociados como es el caso de los reintegros en sus compras, ya sea a través de la compra por aplicación o en un día promocional".
Pero la cuestión no solamente está en el mostrador. "Nuestros proveedores antes nos daban plazos de pago y eso se podía pagar al tener las cuotas en las cuentas corrientes que entraban mes a mes pero hoy, casi pagamos al contado o plazo a treinta días pero la mayoría son preventa es decir, se paga antes para garantizarle el producto de la temporada", remarcó.
Una forma que se extraña
Como muchas cosas que ocurren en los comercios de la ciudad, donde se los conoce a los clientes, para Ariel "se extraña mucho el uso de la cuenta corriente porque era una forma de estar cerca del cliente y de esta manera que vuelva. Había muchos comerciantes que generaban así un vínculo de amistad porque esto permitía que lo visite periódicamente".
"Pero también entendemos que el uso de cuenta corriente también es la falta de tiempo de poder ir a abonar cada mes. Cambiaron las formas, los consumos y la tecnología también nos ayuda mucho a liberarnos de ciertas obligaciones como es ir a pagar personalmente", concluyó.