Abuela y nieta transformaron un minibasural en un jardín
Un oasis verde en medio del cemento.Norma Rossetti y su nieta Pilar transformaron un espacio que antes se llenaba de ramas y basura en un hermoso jardín florido.
"No siempre podemos hacer grandes cosas, pero sí podemos hacer cosas pequeñas con gran amor", dijo Teresa de Calcuta. Los minibasurales representan un preocupante problema que va en aumento en la ciudad, pero la sanfrancisqueña Norma Rossetti decidió contribuir desde su"pequeño" lugar para comenzar a erradicarlos y concientizar sobre el cuidado del medio ambiente.
Junto a su nieta Pilar, de 6 años, transformó un espacio que antes se llenaba de ramas y basura en un hermoso jardín florido. El lugar está ubicado justo detrás de su casa, sobre el pasaje Hermanos Casalis al 2500.
Jazmines, palta, enredaderas y otras especies que fue consiguiendo, crecen bajo el cuidado comprometido de ella y la pequeña Pilar. Juntas riegan las plantas, sacan bichitos y mantienen el césped en condiciones.
Desde que creció este jardín, ya la basura no aparece más. Por eso Norma quiere concientizar y en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO invitó a los vecinos a hacer lo mismo."Si los vecinos hacen jardines en los baldíos o espacios que no se usan, no habrá minibasurales", dijo convencida.
Esta vecina creció en el campo, fue durante muchos años maestra rural y le gusta cuidar la naturaleza, plantas y animales. Hace tres años su esposo falleció y encontró en la jardinería una terapia.
"Desde que comencé el jardín no aparecieron más las ramas y la basura. Esto me lleva tiempo pero es una terapia y para mi es una alegría poder estar en contacto con las plantas", dijo entusiasmada.
Concientizar a toda la comunidad
Fiel a su vocación de docente, Norma enseña con su ejemplo, no solo a su nieta Pilar que desde muy chica toma conciencia sobre la importancia de cuidar nuestro mundo, sino también a toda la comunidad.
No solamente encaró el desafío a través de la jardinería sino que además, bajo el lema:"Reducir, Reciclar y No contaminar", realizó una campaña con sus amigas de yoga y en su pequeño entorno en la que juntaron botellas de plástico que fueron rellenando de material que no se degrada -como papeles de caramelo, trocitos de plástico, de bolsas, tergopor, etc.- las que luego se utilizaron para hacer ladrillos ecológicos.
"Es importante que todos aprendamos a cuidar el medio ambiente, si no lo hacemos nosotros nadie lo va a cuidar", remarcó Norma.
Recordó que las botellas recolectadas"se utilizaron en Devoto para hacer los bancos de la plaza, además la sociedad Protectora de Animales en nuestra ciudad confeccionó las paredes y el techo de los caniles con estas botellas".
El lugar está ubicado justo detrás de su casa, sobre el pasaje Hermanos Casalis al 2500.
Abuela y nieta comprometidas con el medio ambiente. Una historia que enseña y nos hace reflexionar sobre la importancia de las pequeñas acciones que ayudan a construir un mundo mejor.