A 85 años de la inauguración de la Casa del Niño
El 10 de octubre de 1937 se llevó a cabo el acto presidido por el entonces gobernador de la provincia, Amadeo Sabattini. La institución había nacido en mayo de 1936 por impulso de la denominada Junta del Trabajo provincial que, en San Francisco, era presidida por el empresario Arturo Taglioretti.
Es uno de los edificios de más significación social en San Francisco. Por la labor que allí todavía se realiza, aun con los cambios que los tiempos nuevos han impuesto. La magnitud de la tarea asistencial y educativa que se ha desarrollado a lo largo de ocho décadas y media establece con claridad que la solidaridad y la contención hacia niños y jóvenes desvalidos es una virtud propia de la comunidad sanfrancisqueña. En la actualidad, este inmueble es ocupado por las residencias infanto juveniles de varones y mujeres que están bajo la órbita de la provincia. Y también allí funciona una guardería municipal.
Ya en 1937 se vislumbraba la importancia social que revestía la inauguración que presidió el ex gobernador Sabattini. "La Casa del Niño está llamada a constituir un ejemplo digno dentro de las realizaciones encomiables, dirigidas a mejorar la salud física y moral del pueblo", se afirmó en este diario en ocasión del anuncio del acto llevado a cabo el 10 de octubre de 1937.
Más aún. El líder socialista Nicolás Repetto, en una visita a San Francisco efectuada ese mismo año, expresó su admiración por la obra, a la que calificó como una concepción "verdaderamente moderna y de profundo sentido humano". Según Repetto, nuestra Casa del Niño habría de ser "uno de los primeros establecimientos mundiales en su género. No, desde luego, por su capacidad, sino por la solución de los problemas sociales que su realización involucra". El dirigente, no obstante, expresó sus dudas acerca de la gestión de los gobernantes de ese momento para dotar de todos los servicios a la flamante institución.
Polémica inaugural
LA VOZ DE SAN JUSTO recordó esta advertencia de Repetto en la publicación que anunció la inauguración y abrió un debate que dominó la escena en aquellos: "Razones que no son del caso ahora parecieran dar la razón al líder socialista y confirmar sus presunciones, pues nuestra Casa del Niño no va a ser integralmente habilitada, sino solamente para sus servicios externos y semiexternos".
Se aclaró, no obstante, que "el director del establecimiento, el doctor Eugenio Savino, nos ha hecho declaraciones señalando que el gobernador de la provincia no desconoce los alcances sociales de la obra y ha comprometido su palabra en el sentido de habilitar todos los servicios antes de la terminación de su mandato".
El proyecto del edificio fue elaborado por el arquitecto Juan José Elizalde, por especial encargo de la Junta del Trabajo que presidía Arturo Taglioretti. El responsable de la obra también se sumó a la polémica: "Después de una serie de estudios realizados en Capital Federal, con el asesoramiento de médicos especializados y sociólogos prestigiosos, el profesional cree que la Casa del Niño solo puede llenar elevadas y fecundas funciones humanas si se habilitan simultáneamente todas sus dependencias".
Los servicios
Aquella publicación también aludió a los servicios que se habían proyectado para la Casa del Niño, algunos de los cuales no se habilitaban todavía tras la inauguración. Así se enumeraron en aquella oportunidad:
- Asistencia preventiva de los niños de primera infancia dirigida a corregir los defectos higiénicos del hogar, a través de la ilustración y educación de las madres por parte de "visitadoras" a domicilio que facilitarán los recursos materiales, alimentos adecuados y, en caso de enfermedad, asistencia médica desde los primeros síntomas.
- Dispensario de lactantes sanos. Los niños concurrirán con sus madres y la Casa del Niño les suministrará ropa, alimentos, indicaciones sobre la crianza, higiene, etc. Proveerá también de alimentos complementarios o artificiales que serán elaborados en la cocina dietética de la propia casa.
- La gota de leche que suministrará aquellos alimentos y cuya función es importantísima -acaso fundamental- y que debe ser un verdadero conjunto de directivas para los padres, cualquiera sea su condición económica o social, aunque la gratuidad de los servicios beneficiará únicamente a los más necesitados.
- Consultorio externo para niños de primera infancia que provengan del dispensario.
- La "creche" (guardería) para los niños que concurran al dispensario y para los dados de alta por lso consultorios externos siempre que sus madres sean obreras o empleadas y que, consecuentemente, no puedan atenderlos. La finalidad esencial de la "creche" es permitir que la madre pueda trabajar y, especialmente, para la madre soltera. En la "creche", los niños están al cuidado de "nurses" que los alimentan y entretienen.
- El comedor de madres solteras, al que pueden concurrir las madres con hijos atendidos en el dispensario o que están en la "creche". A cambio de este beneficio, las madres están obligadas a suministrar parte de su leche para otros niños que la necesiten.
- El "internado de madres" que debe cumplir la delicada misión de recoger a la mujer desamparada que va a ser madre o acaba de serlo y que debe vivir en la casa por algún tiempo hasta que resuelva su situación social.
- El internado de niños, a los que además de alimentos y ropa serán introducidos en el ámbito educativo. Los niños que estén en condiciones de recibir instrucción escolar, serán enviados a las escuelas fiscales más próximas y no vestirán uniformes ni ropas que los distingan como procedentes de la Casa del Niño, pues debe evitarse que caiga sobre ellos el estigma social de ser "niños de asilo". En los casos de niños de mayor edad abandonados por sus padres serán enviados a las "escuelas hogares", creadas también por la Junta del Trabajo y funcionan ya en las proximidades de Córdoba, donde los niños se transforman en hombres y se hacen aptos para luchar solos por su vida.
- El servicio de aislación para los niños que deben ser observados en caso de dudas o para todos los que deben ingresar al internado, pues debe evitarse que ingrese un niño aparentemente sano, pero que podría estar incubando una enfermedad contagiosa.
- Los servicios varios como farmacia y dentista.
Si bien, durante los primeros tiempos no hubo internado ni se cumplieron varios de estos servicios que habían sido anunciados, la Casa del Niño fue completando sus funciones originales y transformándolas de acuerdo a los nuevos paradigmas tanto culturales como en materia de promoción humana y asistencia social. Más allá de la noción hoy controvertida de "internado", lo cierto es que quienes pensaron y llevaron adelante el proyecto de la Casa del Niño, lo hicieron imbuidos de la intención de proteger a la infancia en riesgo y propender a la inclusión social.
Es preciso señalar también que, a lo largo de los años, la Casa del Niño ha vivido peripecias de las más variadas. Desde aquella polémica inicial por la habilitación de algunos de los servicios que se disponía a prestar, pasando por el traspaso de la órbita provincial a la municipal, hasta ver cómo, en algún tiempo, se deterioraba el valioso edificio de calle Avellaneda. Ha comprobado también el olvido de funcionarios o dirigentes en algún tramo de su rica historia. Pero ha podido, no obstante, seguir ofreciendo un servicio social invalorable, gracias al esfuerzo comunitario y de muchas voluntades que se dedicaron con pasión y ternura al enorme trabajo social que allí se lleva adelante, que ha merecido el elogio comunitario. La colaboración que han prestado cientos de vecinos de la ciudad solo pudo haberse logrado por el profundo significado humano que significó siempre atender a la niñez y juventud más necesitada.
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