Que la basura no nos tape el bosque
Un grupo de jóvenes autoconvocados se aunó para limpiar el Circuito El Bosque, que en algunos sectores se parece más a un basural a cielo abierto producto de la inconducta ciudadana y la falta de control. Hay todo tipo de residuos y es un foco contaminante. ¿El objetivo?: concientizar sobre el respeto a uno de los principales pulmones verdes de San Francisco.
Por Manuel Ruiz | LVSJ
"La idea central de ir el domingo y dejar lo más limpio posible un sector del Circuito El Bosque es que las personas, las familias, las niñas y niños que van allí disfruten de la belleza de los árboles, en un lugar limpio", le dice Agustín (25) a LA VOZ DE SAN JUSTO.
El joven de nuestra ciudad habla en representación de un grupo de 10 voluntarios que el pasado domingo completó tres camionetas con residuos que los vecinos depositan ahí, en el bosque, donde nadie los ve; contaminando, pero también aumentando el riesgo de incendios.
Ese espacio boscoso que actualmente ocupa unas 14 hectáreas de extensión, que fue inicialmente un vivero perteneciente a la familia Molinelli (de allí la presencia de tanta vegetación), luego pasó a ser de otra familia para después ser circuito de carrera de bicicletas y motos, se encuentra en el limbo de no saber a ciencia cierta a quién pertenece, o por lo menos, cuánto le corresponde a lo público y cuánto a lo privado; en el registro catastral de nuestra ciudad figure a nombre de una familia, pero este diario puso saber que es una propiedad público-privada.
Ensuciar por ensuciar
En la esquina de avenida Savio y Ricardo Tampieri, el ingreso al Circuito ya presenta la primera foto que explica por qué estos jóvenes se pasaron seis horas juntando y juntando basura: un montaña de escombros da la bienvenida a un sin fin de árboles y senderos que los sanfrancisqueños siguen frecuentando para pasar el día o hacer actividad física.
La postal se va a repetir al menos cinco veces por Savio, si uno ingresa por el acceso sur al Circuito: montañas de la basura más variada y atrás, la frondosidad, el verde hasta que los árboles se hacen cielo.
"Creemos que lo que sucede en el Circuito no es muy diferente a lo que pasa en otros espacios verdes de la ciudad. Es decir, vas un domingo a una plaza o a la 'costanera' (Paseo Cervantes) y ves cómo la gente en vez de llevarse los residuos o acercarse a un tacho de basura, deja envoltorios, bolsas o envases en el piso. Simplemente que acá hay mucho más volumen, porque vienen con camionetas y aprovechando la lejanía y la soledad, tiran de todo: restos de escombros, de poda y al no haber recolección o limpieza asidua, la basura se acumula y acumula. Esto revelan una falta de educación y una falta de compromiso con el Planeta, con el entorno, con la naturaleza", analiza Agustín.
Un lugar único
La calle Tampieri divide el final sur del predio del Parque Industrial del "bosque". De nuevo una foto de alto contraste: las chimeneas y los árboles casi pegados, separados apenas.
"No tengo nada contra el Parque Industrial, todo lo contrario. Genera miles de puestos de trabajo y es maravilloso que los sanfrancisqueños tengamos esas fábricas acá. Pero así como el Parque es un lugar genial, el 'bosque' es único. No tenemos otro pulmón verde de estas características, de estas dimensiones en San Francisco. Entonces, cuidarlo, preservarlo, pensarlo como otra cosa mucho mejor a lo que ya es, es vital. Esa fuente de aire limpio es innegociable no solo para nosotros, sino para toda la ciudad", repasa el entrevistado.
Imposible no proyectar
¿Que se transforme en un lugar para todos? "La idea es limpiarlo. Ir limpiándolo por sectores para que los ciclistas, las familias, cualquiera que quiera ir, vayan a un lugar amable. Pero pasa también que una vez que estás ahí explota la cabeza con todo lo que podríamos hacer como ciudadanos", siguió el joven.
El Circuito El Bosque no puede ser reserva de bosque nativo, porque la mayoría de sus especies son exóticas, de hecho, los árboles autóctonos de esta región son pocos allí, contados.
Sin embargo, reforestar con especies autóctonas para luego hacer recorridos educativos aparece como uno de los anhelos de Agustín y el resto de los colaboradores; una de las opciones que él y sus amigos imaginan a futuro y luego de jornadas extenuantes de limpieza de aquello que el otro deja allí sin sentido y solo por no dejar la basura donde va.
Más que limpiar
Este grupo autoconvocados planea volver el próximo domingo para continuar lo que ya empezó. Esta vez, además de juntar basura con una camioneta proyectan colocar carteles que ayuden a divulgar su mensaje, que no es otro que el de la conciencia y compromiso con el medio ambiente y la necesidad de repensar y cuidar un bosque imponente que se erige entre el cemento y el humo de las chimeneas industriales. De apropiarse respetuosamente del espacio para que la montaña de basura no nos tape bosque.