La “biblio” Manuel Láinez, una pantalla hacia la literatura infantil
La Biblioteca Popular Manuel Láinez, aledaña a la escuela Primera Junta, tiene socios adultos pero los principales sostenedores son los estudiantes de la institución primaria. Ahí se le hace honor a las ideas que el hombre promovía.
Por Ivana Acosta | LVSJ
Una biblioteca abre las puertas de la mente a un universo infinito donde predominan historias, reales o no, y plantea un camino de aventuras donde siempre hay una sorpresa, ¿acaso la niñez no tiene también estos condimentos? Si vemos a los chicos de la Escuela Primera Junta que siguen un pequeño sendero y llegan a la Biblioteca Popular Manuel Lainez dentro de la misma manzana.
Estos chicos y chicas tienen pequeñas bibliotecas áulicas, pero la grande podría decirse es esta biblioteca popular que orientada a incentivar la lectura y aprendizaje por este medio ha captado la atención de los y las pequeñas sorprendiéndolos en cada visita.
En cada encuentro son recibidos por Daniela Alonso, que hace seis años es la bibliotecaria del lugar y la que siempre está investigando nuevas editoriales, ideas, perspectivas de literatura infantil para los chicos que una vez por semana buscan un libro y lo devuelven a la siguiente. Ir ahí a cumplir ese hábito es casi una ceremonia. De hecho, cuando llegamos un grupito se iba con sus libritos a las aulas.
"Acá casi todos los socios son los niños, siempre compramos muchos libros para niños identificados por grados porque una vez por semana vienen a cambiar su libro, sin ellos como socios la biblioteca no sería nada, funciona gracias al aporte de los niños. Ellos tienen biblioteca áulica, pero están acostumbrados a venir acá que hay una gran variedad", contó Daniela que parece una señorita más, pero es Dani, la bibliotecaria que los recibe siempre.
Para las maestras también es muy importante la biblioteca porque las ayuda para hacer actividades con ellos y el apoyo de los directivos ayuda mucho en su tarea. En general, si bien son los chicos los que llevan el libro por detrás hay un objetivo de que si no saben leer los papás se lo puedan leer o en todo caso compartan un momento de calidez e ingenio unidos por páginas de colores, letras y dibujos. "Los libros de Gaturro, las historietas, libros de fútbol para los varones, las nenas de hadas y fantasía. Acá todo es lectura para chicos generalmente", amplió Daniela.
Dani divide su tiempo en ayudar a los chicos a abrirse paso en la lectura y literatura, pero también orienta a los adultos cuando llegan a buscan una novela o libro en particular. Esas personas en general son del barrio Roca y suman unos 40, a veces entran, se van rápido o piden asesoramiento porque no quieren romper el clima infantil que reina con los chiquitos, ya que es normal que estén dando vueltas o lean afuera.
Esta es una biblioteca chica en metros, pero grande en libros y literatura ya que posee más de 10.000 ejemplares y en la pandemia iban los papás a buscar libros y cuando se pudo abrir recuperaron el contacto. Por suerte el espíritu de este lugar no se perdió.
"Lo que más me gusta de acá son los chicos porque acá uno aprende muchísimo acá, hasta la parte tecnológica, ellos piden y uno tiene que estar aprendiendo y averiguando tratando de saber que les gusta. En este sentido, los fondos de Conabip nos permiten tener dinero para comprar nuevos libros y también gastos corrientes que se destinan al funcionamiento. Siempre tratamos de tener nuevos libros para los chicos", cerró.
Para los chicos es algo natural ir ahí a pasar el rato, van desde chiquititos y aunque obviamente están inmersos también en lo que sucede en internet se enamoran, de cierta manera, de las pantallas que se abren en la mente gracias a la literatura.
Ojalá nunca se pierdan estas pantallas nacidas de las bibliotecas populares.
La biblioteca lleva el nombre de Juan Manuel Láinez en honor a un hombre que contribuyó a reducir el analfabetismo en el país.
Honor a Láinez
La Ley 4874, conocida como Ley Láinez, por ser su autor el senador Manuel Láinez, fue sancionada el 17 de octubre de 1905, complementando la Ley 1420, con el propósito de extender la educación pública, laica y gratuita a todo el territorio nacional.
De esta forma apostaba a la educación como medio de progreso y pacificación social en una Argentina donde existía mucho analfabetismo, de hecho, la legislación ayudó a reducir el analfabetismo y mejorar el acceso a la educación primaria a niños y niñas en lugares postergados.
Un mundo de colores e historias se esconde para los chicos en esta biblioteca.
Celebran su día
Como cada 23 de septiembre, las Bibliotecas Populares celebran su día en conmemoración de la fecha en la que se promulgó la ley que dio origen a la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), el organismo que hoy nuclea a más de 1.500 asociaciones civiles del país y que celebra la efeméride con actividades, mientras continúa en marcha el programa Libro% para la compra de material bibliográfico con descuento.
Creada en 1870 por Domingo Faustino Sarmiento a través de ley 419, la Conabip nació para fomentar el desarrollo de las bibliotecas populares en todo el país como espacios para los libros y la lectura, pero también para el encuentro comunitario a través de distintas expresiones culturales y sociales.
Desde Rosario, Santa Fe, la biblioteca Pocho Lepratti centralizará los festejos con una actividad especial para las infancias y la presencia de autoridades, como la titular de Conabip, María del Carmen Bianchi, que se podrá seguir mañana a las 17.30 a través de la cuenta de Facebook del organismo.
Asimismo, desde el 20 de septiembre y hasta el próximo 1 de octubre está en marcha el programa Libro%, mediante el cual las bibliotecas populares pueden comprar material bibliográfico al 50% de su valor de mercado, una política en la que Conabip y el Ministerio de Cultura de la Nación destinaron 60 millones de pesos para la adquisición de ejemplares y se estima que con esa cifra se comprarán 100.000 libros lo que favorecerá a los lectores, a las bibliotecas, a los autores y a las editoriales.