Circulación y estacionamiento de camiones
La presencia del tránsito pesado en la ciudad exige que las medidas de control vayan de la mano con un ordenamiento lógico y coherente. Con playa de descarga o sin ella, se impone un debate serio entre quienes tienen la función de legislar y ejecutar las ordenanzas y también los transportistas, comerciantes e industriales.
La habilitación de la autovía a Santa Fe permitió en los últimos años, descomprimir la circulación de camiones por algunas de las arterias que formaban parte de la vieja traza de la ruta nacional 19 en nuestra ciudad. En especial, se vio favorecida la avenida Rosario de Santa Fe, que era la vía más utilizada debido a que hasta la rotonda que la une con Maipú llegaba el desvío para el tránsito pesado y necesariamente debía atravesarse para salir de San Francisco.
No obstante, esta circunstancia no eliminó totalmente el problema de los camiones en el ejido urbano. Es una problemática de siempre que, cada tanto, se actualiza en virtud de las demandas sociales y de algunos problemas que pueden generarse al no cumplirse las ordenanzas vigentes. En especial la que establece lugares y horarios para las operaciones de carga y descarga.
La necesidad de que este tipo de vehículos descargue en industrias o comercios céntricos dificulta la circulación en algunos momentos del día. Cierto es que la actividad no puede paralizarse por una cuestión relativa al tránsito vehicular. Pero también es verdad que se requiere un lógico ordenamiento para evitar que la carga y descarga termine afectando a todos los ciudadanos.
En este punto, las posturas de las distintas agrupaciones políticas quedaron expuestas hace un par de años cuando se propuso desde la oposición la construcción de una playa de transferencias fuera de la ciudad, para que vehículos de menor porte sean los que trasladen la mercadería hacia comercios e industrias. Quienes impulsaban la idea señalaban que se pretendía evitar que "los vehículos de gran porte se estacionen en las inmediaciones de plazas, paseos o la vera del ferrocarril" y así lograr "mayor seguridad". Mientras tanto, desde el municipio se señaló que "quien tiene un transporte debe ser lo suficientemente responsable para saber que ese camión, que le genera ganancia, tenga un lugar de estacionamiento habilitado".
Más allá de la diferencia de criterios, lo cierto es que el problema de la circulación y estacionamiento de los camiones de gran porte en la ciudad debe ser motivo de análisis permanente. Porque su presencia intimidante, por momentos, impide que el tránsito se agilice en el centro y algunos barrios. Por lo mismo, el estacionamiento en lugares indebidos es una costumbre perniciosa que denota irresponsabilidad y descuido. Incluso, esta práctica ha tenido incidencia en varios accidentes, algunos de ellos fatales, que se produjeron en San Francisco en el pasado reciente.
La presencia del tránsito pesado en la ciudad exige que las medidas de control vayan de la mano con un ordenamiento lógico y coherente. Con playa de descarga o sin ella, se impone un debate serio entre quienes tienen la función de legislar y ejecutar las ordenanzas y también los transportistas, comerciantes e industriales que son protagonistas de esta actividad.