Análisis
La despedida para el diario sábana: ropaje nuevo para los principios de siempre
LVSJ anuncia el fin de su formato actual y el lanzamiento de una nueva edición impresa en formato tabloide a partir de mañana. El diario, que ha sido un vínculo entre generaciones durante más de un siglo, continuará su labor con un enfoque renovado, combinando la profundidad y reflexión del papel con la agilidad de las nuevas tecnologías.
Querido lector. Con emoción y nostalgia despedimos hoy a un entrañable amigo. Usted está leyendo la última edición de LA VOZ DE SAN JUSTO en este formato. A partir de mañana tendrá en sus manos el producto con el que este diario renueva la apuesta para seguir brindando el mejor servicio.
Mañana daremos, entonces, la bienvenida a una edición impresa tabloide de calidad, renovada, profunda que se sumará a una plataforma digital ágil, certera, rigurosa. En ambos soportes reverberará el mismo espíritu. Nuestro espíritu. Estará presente el ADN de este diario constituido por nuestras historias, nuestros lugares, nuestra gente.
LA VOZ DE SAN JUSTO ha sido, es y seguirá siendo, con un ropaje renovado y actual, parte de la vida de los sanfrancisqueños y de los habitantes de toda la región. En todos los hogares se hallan páginas amarillentas, desgastadas, recortes que guardan instantes imperecederos. Son la conexión con el pasado. Simbolizan y retratan climas de época, sentimientos, esperanzas, alegrías. Son una ventana al mundo abierta gracias a un vínculo que unió generaciones: abuelos y nietos han compartido, durante más de un siglo, historias y conocimientos a través de estas páginas.
Ese sentido tangible de comunión entre el diario y sus lectores continúa vigente, aun en el nuevo escenario informativo caracterizado por la multiplicidad de soportes y lenguajes. Pese a las voces agoreras, el periódico impreso sigue teniendo relevancia. Porque a la vertiginosidad informativa le opone la pausa reflexiva, la rigurosidad en el contenido, la continuidad de un hábito centenario que bien puede graficarse con un ejemplar de este diario junto a una taza de café, mientras el sol de la mañana asoma en la ventana. No se trata de una confrontación entre el antiguo papel y la modernidad de las nuevas tecnologías. No es uno u otro. Es uno y otro.
El modo de presentar las noticias ha cambiado. La innovación es un signo de este tiempo presente en los nuevos dispositivos. La desinformación gana terreno y acrecienta la confusión. Sin embargo, en la era de la posverdad, el periodismo sigue siendo necesario. Porque perdura el atractivo de la narración de historias, la necesidad de que se interpreten los sucesos, el rol orientador de la toma de postura frente a los hechos que afectan e impactan en la vida de nuestra comunidad. En este contexto, la reflexión serena, la profundidad en el contenido, el análisis, el encontrarse con relatos atrapantes son atributos que todavía tienen como aliado al periódico de papel.
No es el diario impreso un elemento caduco. Defiende su condición de “segundero de la historia”. Conserva su credibilidad y su rol indispensable a la hora del debate ciudadano. Mantiene su “sex appeal” aun cuando se lo pretenda limitar a los suburbios de un tiempo líquido, sin límites definidos aún.
LA VOZ DE SAN JUSTO llegó para “dar a conocer en todas sus manifestaciones de progreso a la ciudad y al departamento”. En su inicial declaración de principios se contempló la misión central de un periódico: dar a conocer “sus grandes establecimientos industriales, ganaderos, comerciales, sus instituciones más representativas, sus colegios, hospitales y, a la vez, los demás establecimientos de orden secundario”, como así exponer “sus necesidades, a fin de impulsarlas y subsanarlas con los medios que se consideren convenientes o reclamando también la atención de los poderes del Estado”. “Venimos pues, a hacer periodismo respetuoso, sano, progresista, sin renunciar a la crítica moderada, culta, censurando los actos, los hechos, los acontecimientos, los sucesos que importen un retroceso o que signifiquen una descalificación del grado de cultura y moralidad alcanzados”, se publicó aquel lejano 1 de enero de 1915.
Decenas de plumas prestigiosas que galardonaron estas páginas, son el testimonio de que el diario supo ser fiel a aquellos ideales fundacionales lanzados hace 110 años. Legaron pasión y convicción en la tarea de construir la reconocible simbiosis con el pueblo de San Francisco y el departamento. Al despedir a este viejo y entrañable diario sábana, reafirmamos la intención de continuar en la misma senda. Porque, no hay tecnología ni ropaje nuevo que impida que el futuro, como el ejemplar de LA VOZ DE SAN JUSTO, llegue con la claridad de cada mañana.