Violencia inadmisible en el fútbol de los barrios
El retorno de la Liga Amateur significaba mucho para recrear esa labor social imprescindible que muchos clubes llevan adelante en sus barriadas. Doloroso resulta comprobar que ese esfuerzo termine siendo en vano.
"Celebrar el retorno de la Liga Amateur a San Francisco implica reconocer la trascendencia que ha tenido en la historia del deporte local y el entusiasmo puesto de manifiesto por un puñado de dirigentes que logró resucitarla. Al mismo tiempo, expresa el deseo de que las tardes de fútbol en los barrios reúnan a las familias como antes ocurría y no se vean empañadas por actitudes o hechos que menoscaben el esfuerzo y alejen la alegría de volver a congregarse para disfrutar del fútbol de los barrios".
El párrafo anterior corresponde a una columna editorial de este diario publicada en la jornada en la que comenzaba un nuevo torneo de la Liga Amateur sanfrancisqueña. El regocijo por la vuelta del fútbol de los barrios contenía también una advertencia acerca de la necesidad de evitar que hechos desagradables empañaran contiendas deportivas que deben ser una fiesta que congrega a las familias de todas las barriadas.
Triste resulta comprobar que aquel llamado de alerta para "cuidar" a la liga no se verificó en la realidad. A poco de andar, un puñado de violentos e inadaptados volvieron a las andadas, cometieron toda clase de tropelías y ocasionaron daños que obligaron a las autoridades a suspender momentáneamente el torneo hasta tanto se pueda encontrar una solución que disponga las medidas de prevención y seguridad necesarias para que el espectáculo deportivo se desarrolle con normalidad.
Así, el enorme esfuerzo de dirigentes comprometidos con sus instituciones barriales se vio comprometido. Y el problema se vio agudizado por la falta de respuesta de organismos estatales y de seguridad, propia de burocracias obstaculizadoras en las que el sentido común deja de estar presente. La parálisis -esperemos que momentánea- fue la única medida posible frente a la gravedad de la situación y a la necesidad de encontrar una metodología para terminar con el accionar de los vándalos y violentos.
Es posible el fervor por el retorno de una competencia tan tradicional para San Francisco haya descuidado algunos aspectos organizativos. Pero no es menos cierto que la decadencia permanente de nuestro país en todos los órdenes se refleja, a veces, en los hechos acaecidos en algunos campos de fútbol de San Francisco. La agresividad, la violencia forman parte de la cotidiana realidad de una sociedad casi resignada a padecer estos flagelos.
El fútbol de los barrios ha sido, históricamente, un eslabón importante en la contención social. Especialmente en los sectores más humildes y desprotegidos. El retorno de la Liga Amateur significaba mucho para recrear esa labor social imprescindible que muchos clubes llevan adelante en sus barriadas. Doloroso resulta comprobar que ese esfuerzo termine siendo en vano. Es de esperar que la sensata medida de suspender transitoriamente el torneo sea acompañada por no menos reflexivas decisiones en materia de seguridad para que el fútbol de los barrios consolide su presencia cada fin de semana y vuelva a ser la fiesta que siempre debió ser.