Velocidad, accidentes y muerte
El diagnóstico es bien conocido. Pero algunas conductas no se modifican todavía. Se impone, literalmente, bajar un cambio. Más educación, más controles y más sanciones son imprescindibles para bajar el porcentaje nefasto de víctimas fatales en tragedias viales.
El exceso de velocidad es la causa de uno de cada tres accidentes de tránsito en el mundo, según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) difundido hace pocos días, que ratifica que los siniestros viales continúan siendo la principal causa de muerte en jóvenes de 15 a 29 años."La velocidad excesiva o inadecuada es la principal causa de los traumatismos por accidentes de tránsito, un problema de ámbito mundial", señaló Margaret Chan, Directora General de la OMS tras la presentación del estudio Gestión de la Velocidad (Managin Speed) que realizó el organismo en Ginebra, Suiza.
Según el informe de la OMS en el mundo "mueren cerca de 1,25 millones de personas anualmente en accidentes de tránsito en las carreteras" y "entre el 40 y el 50 por ciento de los conductores no respetan los límites de velocidad señalizados. Los conductores varones, jóvenes y que han consumido alcohol son más propensos a circular a una velocidad excesiva o inadecuada que puede provocar accidentes".
El mundo vive acelerado. La lentitud o parsimonia, tan efectiva en ciertas circunstancias de la vida, tienen mala prensa. La tecnología coadyuva para que la velocidad se imponga en todos los ámbitos. El tránsito no puede ser la excepción. Y, para más, el informe de la ONU se presenta justo cuando en nuestro país la ciudadanía ha sido testigo de la locura de dos bizarros personajes que se filmaron circulando a velocidades altísimas por las calles de la Capital Federal y el Conurbano, para luego jactarse de ello. Esta actitud que la Justicia debe sancionar es una muestra -quizás exagerada sí, pero real- de que la educación vial todavía tiene mucho para hacer en el país.
Más aún si se considera que en la Argentina, según las últimas cifras difundidas por la Asociación Civil Luchemos por la Vida, durante 2016 murieron 7.268 personas como consecuencia de accidentes de tránsito, lo que arroja un promedio de 20 víctimas fatales por día, unas 606 por mes. El número es dramático pero no encuentra actitudes para disminuir, más allá de algunos intentos provinciales de poner coto a la velocidad en las rutas -la mayoría destrozada- y las avenidas de las ciudades.
La ONU afirma que tomando medidas para reducir la velocidad, en todo el mundo se lograríauna mejora inmediata de la seguridad vial, tanto por lo que respecta a la reducción de la mortalidad como a la mayor proporción de personas que se desplazarían a pie y en bicicleta, y los efectos sobre la salud serían profundos y duraderos.
El diagnóstico es bien conocido. Pero algunas conductas no se modifican todavía. Se impone, literalmente, bajar un cambio. Más educación, más controles y más sanciones son imprescindibles para bajar el porcentaje nefasto de víctimas fatales en tragedias viales.