Trump: ¿cambio de época?
Nuestra editorial de hoy.
Hace un siglo, la historia del mundo comenzó a ser protagonizada por un país que se convirtió en la primera potencia mundial. Lo hizo apelando a una magnífica maquinaria propagandística que difundió virtudes y defectos de su impronta cultural. Entre las primeras, no cabe duda de que se cuentan el despliegue de los valores de la democracia por los más recónditos sitios del planeta.
Estados Unidos asiste hoy a, posiblemente, un cambio de época. Lo hace a un siglo de la decisión de ingresar en la Primera Guerra Mundial, medida que terminó con una política iniciada por los fundadores de esa nación que pretendía mantenerse alejada de los principales conflictos en el mundo. La participación norteamericana en el primer gran conflicto mundial del siglo XX comenzó una época en la que esa Nación se transformó en el sostén del orden político y económico en el planeta. Aquellas virtudes y defectos se volvieron globales con el correr de los años y Estados Unidos hizo y deshizo en cuestiones sensibles que afectaron a la mayoría de los pueblos del mundo.
Con la asunción de Donald Trump a la presidencia de la potencia mundial se avizora que aquella influencia podría comenzar a apaciguarse. Y lo que más se teme en los círculos de poder es que este presidente comience una política de aislamiento y de liberación de los múltiples compromisos que Estados Unidos ha contraído. Esto es, que decida su actuación rompiendo todo el andamiaje de acuerdos multilaterales en materia económica y de seguridad por ejemplo urdido por esa nación especialmente luego de la Segunda Guerra Mundial, conflicto que afirmó su liderazgo planetario.
Además de las controversias internas desatadas por el escándalo de la supuesta participación rusa para manipular la voluntad de los votantes a favor del díscolo empresario devenido en político, el discurso populista, xenófobo y autoritario de quien hoy comienza a habitar la Casa Blanca es la señal de alarma más evidente acerca de la nueva era que parece abrirse. Así lo resumió en una artículo reciente el catedrático Carlos de la Torre, profesor de Sociología en la Universidad de Kentucky: "Trump es una especie de animal político desconocido para los estadounidenses. El sexismo, el racismo y la xenofobia le hicieron a ganar las elecciones. Y la democracia no es inmune a los autócratas populistas. La polarización, los ataques a los derechos civiles y la confrontación con la prensa podrían conducir, en Estados Unidos al autoritarismo".
La democracia norteamericana, admirada e imitada en el mundo, atraviesa situaciones de alteración que abren la puerta a la incertidumbre sobre cómo se configurará la geopolítica mundial. El interrogante sobre si comienza una nueva era en el mundo comienza a develarse a partir de esta misma jornada, en la que la fría Washington será escenario de la toma de juramento del nuevo presidente de Estados Unidos.