Temporada de alergias
Llega septiembre y con ello la primavera. Y si bien la mayoría de las referencias a esta época del año hablan de la posibilidad de volver a disfrutar del buen clima, para muchas personas este período se transforma en un problema. Las alergias primaverales atacan con fuerza. Por ello, debe actuarse con presteza y sistematicidad para llevar toda la información a la población y revertir conductas que solo agravan el problema.
Llega septiembre, con este mes se
avecina la primavera. Y si bien la mayoría de las referencias a esta época del
año hablan de la posibilidad de volver a disfrutar del buen clima y terminar
con el frío extremo del invierno, para muchas personas este período se
transforma en un problema. Incluso, para algunos, en un calvario.
Las alergias primaverales atacan con fuerza. Pocos años atrás se publicaron estadísticas que sostenían que cuatro de cada diez cordobeses padece de síntomas alérgicos, especialmente la rinitis provocada por el polen. En la Argentina se estima que casi el 20 por ciento de la población sufre las consecuencias de crisis alérgicas, especialmente en estos meses.
Mientras tanto, la Organización Mundial de la Alergia estima que para el año 2050 la mitad de la población estará afectada por estos síntomas y en la actualidad más de 400 millones de personas en todo el mundo padecen algún tipo de enfermedad alérgica. El asma y la rinitis son las dos enfermedades más prevalentes ya que, según manifestó la referida entidad, la cifra de pacientes con asma en todo el mundo supera los 300 millones de personas, de las que el 80 por ciento también presenta síntomas de rinitis.
De más está señalar que estos índices dan cuenta de un importante problema de salud, que afecta notoriamente la calidad de vida y ocasiona altos costos al sistema sanitario. En efecto, al gasto enorme en farmacias y en tratamientos médicos, se suma que muchas personas que son sostén de familia sufren restricciones laborales, con lo que aumenta el ausentismo y las complicaciones que devienen de algunos tipos de producción que favorecen la aparición de los síntomas.
A veces, parece ser que la alergia no es considerada una enfermedad. Sus síntomas son visibles y, en buena parte de los casos, se evidencian en problemas nasales y los repetidos estornudos. Sin embargo, las derivaciones alérgicas pueden provocar problemas serios en la piel, en el aparato digestivo o respiratorio y hasta generar un colapso de la salud que pone en peligro la vida del paciente. Esto último, pese a que la alergia es quizás el problema médico más infravalorado, tanto en las familias como en los ámbitos oficiales, laborales o educativos. Y tiene en la automedicación una práctica habitual.
Al comenzar lo que podría denominarse "temporada de alergias", es preciso atender el tema con todas las armas que la salud pública tiene a disposición. Pero también en las familias, las escuelas y los ámbitos laborales. La alergia es una complicación que puede traer consecuencias graves. Por ello, debe actuarse con presteza y sistematicidad para llevar toda la información a la población y revertir conductas que solo agravan el problema.