Tatuajes: advertencias sobre riesgosa modalidad
Una nueva advertencia de especialistas sobre prácticas de tatuajes en el cuerpo humano reabrió la discusión sobre este tipo de prácticas, en otro tiempo contraculturales, y sus consecuencias en la salud de los seres humanos.
En este caso se trata de los denominados "bloques negros", nacidos hace algún tiempo para tapar dibujos anteriores en la piel y que ahora parecen estar de moda. La pierna izquierda de Leonel Messi es el ejemplo más conocido de esta técnica denominada "blackout", que está extendida. Sin embargo, no se repara lo suficiente en la necesidad de controlar la salud de los tatuados.
Más allá de la controversia acerca del criterio estético de un tatuaje, de los gustos, de las apetencias de los jóvenes y de los reparos acerca de la existencia de marcas definitivas en la piel de un ser humano, el tema de la salud es el que debiera tener prioridad. Así lo indicó la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), entidad que advirtió que el denominado "bloque negro" es una "técnica invasiva" que "no está completamente regulada" y que el "tinte negro puede enmascarar" alguna anomalía que se manifieste en la piel.
La noticia publicada en los principales medios del país señala que los especialistas médicos en piel aclararon que estos riesgos "no se refieren al riesgo infeccioso que las agujas pueden producir, ya que los tatuadores profesionales respetan las normas de esterilidad del procedimiento" sino a otras dificultades vinculadas con esta técnica.En primer lugar, destacan que no está regulada en su totalidad por las autoridades sanitarias y que los tintes que se utilizan implican ciertos peligros.
Entre ellos, el citado enmascaramiento posible de una enfermedad de la piel, como melanomas o cambios que experimentan los lunares. Y también el desconocimiento acerca de si estas sustancias artificiales colocadas sobre la dermis pueden producir trastornos a mediano o largo plazo. Otro dato no menor para la SAD es que "si en su composición se incluye el óxido férrico, algo que frecuentemente el propio tatuador ignora, pueden ocurrir sensaciones quemantes en la zona al someterse a una resonancia magnética nuclear".
No se trata como se observa de cuestionar una práctica bastante extendida en nuestra sociedad que ha sabido encontrar regulaciones importantes, generadoras de la reducción de peligros y de tomas de conciencia acerca de la seriedad con las que deben llevarse a cabo. Sin embargo, lo cambiante de las modas determina la aparición de nuevas problemáticas como ésta del "blackout", que abren juego nuevamente al debate y a las advertencias médicas.
Es una obligación comprender los riesgos de esta modalidad y asumir que el tatuaje es siempre un elemento artificial que debe ser realizado con los elementos más refinados y los cuidados más extremos. Y también se impone atender la advertencia de los especialistas dermatólogos, porque son ellos quienes mejor conocen los riesgos que potencialmente pueden producirse.