“Somos mujeres, esa es nuestra mayor ventaja”
La abogada y docente de Derecho Penal Ada Lucantis es una de las pocas mujeres que se animan al Derecho Penal nuestra ciudad y hace 11 años que logró ocupar espacios que antes parecían impensados.
Hace 11 años, la abogada Ada Lucantis rompía con los mandatos en el Derecho Penal. Una vida caminada en el derecho con "el don de poder de desmembrarnos sin llegar a desintegrarnos, somos camaleónicas, fuertes y poderosas", dice la profesional.
- ¿Cómo logra desarrollar su actividad siendo mujer?
Con libertad, seguridad, compromiso y gratitud, y por supuesto, ¡con ventajas! Ya que ser mujer implica tener la posibilidad de desarrollar una actividad laboral, familiar y personal con total naturalidad. La práctica profesional es un proceso gradual, que se va construyendo con la interacción de varios factores, uno de ellos es el conocimiento adquirido en el ámbito académico y otro la experiencia que surge gracias a la gente, la posibilidad de interactuar con las personas es lo que a mí me gratifica, tanto en mi rol de abogada como en la de docente, por eso digo que las mujeres tenemos ventajas, ya que contamos con el don de poder de desmembrarnos sin llegar a desintegrarnos, somos camaleónicas, fuertes y poderosas.
- ¿Por qué es la única abogada penalista en la ciudad?
Generalmente las mujeres abogadas no eligen esta área para trabajar, ingresar a una cárcel o comisaria y tratar con personas que están acusadas de la comisión de un delito pareciera que no encaja con el rol femenino, pero esto también le ocurre varones que son abogados.
Es una rama del derecho que genera cierto rechazo por parte de la sociedad, hay una creencia errónea en pensar que los abogados penalistas defendemos al delito o avalamos la ilicitud. Los bandos de buenos y malos son siempre relativos, y si pretendemos una sociedad más justa y equitativa debemos respetar el derecho a ser defendidos.
- ¿Cuáles fueron los logros de las mujeres en la justicia?
Visibilizarnos a través de un trato diferenciado, porque pretender igualarnos los unos con los otros es una injusticia. Es mentira decir que somos todos iguales y mucho menos ante la ley, es a través de ese concepto, en donde yo creo que se cometieron las peores inequidades.
¡La mujer en la Argentina avanzó y mucho! Y los logros obtenidos siempre fueron gracias la unión de personas (hombres y mujeres) que pensaron distinto, que se atrevieron a dar un paso diferenciador, que supieron ver más allá de lo que la realidad social pretende imponer.
Un ejemplo clarificador de este concepto es la pena de muerte en la Argentina, la primera persona condenada y ejecutada fue una mujer llamada Camila O'Gorman en el año 1848 y ocho años después otra mujer, Clorinda Sarracan, recibe la misma condena, y gracias a la actuación de su abogado defensor y mujeres influyentes de la época junto con gran parte de la sociedad lograron revertir la condena.
Hoy, la mujer cuenta con herramientas legales para hacer valer sus derechos familiares, económicos, laborales y personales. La gran reforma del Código Civil en el año 2015 nos da herramientas para poder hacer frente a los problemas que padecen las mujeres.
Por supuesto que queda un larguísimo camino por recorrer y trabajo por realizar, pero los logros nunca son individuales, dependen de la unión de varias voluntades, que como antes dije, se atreven a diferenciarse de lo habitual para atreverse a lo extraordinario que traen los cambios.
La abogada Ada Lucantis (Fotos: Manuel Ruiz)
Por la defensa de los derechos
- También desarrolla su actividad en el área del derecho de familia. ¿cómo es el trabajo en esta área del derecho?
Muy sensible y complicado también. Las relaciones familiares son un entramado complejo, y pretender diferenciar la parte buena de la mala, también es un error. Como abogada en pleitos de divorcios, cuota alimentaria, tenencia de los hijos puedo decir que lograr un consenso entre las partes se dificulta, pero no es una tarea imposible, estoy convencida que el rol del abogado es clave para lograr una armonía entre tanto caos y es nuestra obligación, cuando existen menores, es lograr el cumplimiento de los derechos que tienen.
Aquí es un punto importante para definir que, en materia de régimen comunicacional y cuota alimentaria los deberes deben cumplirse y aplicar todo el peso de la ley civil y penal al que pretenda desenlazarse de esta obligación.
Es moneda corriente ver a niños vulnerados en sus derechos por sus propios padres. Y este es otro punto en donde hay diferencias de género que aún no están resueltas, ya que generalmente son las mujeres las que no pueden desentenderse de sus deberes como madre, como si lo hacen muchos hombres, por supuesto que no es una regla que se cumple inexorablemente. Pero comúnmente las mujeres son las que suplen la ausencia paterna cueste lo que cueste.
Ellas trabajan, estudian, atienden el hogar, son madres, hijas, hermanas y amigas que siguen hacia adelante sabiendo que con excusas sus hijos no comen, por lo tanto, ponen el cuerpo, y sin dudas los abogados necesitamos que los jueces sean especialmente justos, equitativos y estrictos.
- ¿Qué dificultades enfrenta en el derecho de familia?
El poder armonizar entre lo que la ley establece y lo que realmente se cumple. Es un poco como decir, realidad y ficción. Y hago nuevamente una especial mención al rol del abogado y la responsabilidad de los jueces al momento de pronunciarse con sus sentencias.
Cuando se trabaja en un caso de familia, en donde confluyen emociones, necesidades y discrepancias muchas veces irreconciliables, requiere de parte nuestra, un especial tratamiento y mayor responsabilidad.
Cada caso es distinto, las partes están ávidas de buscar en la justicia una solución porque entre ellas, no lo pueden lograr. Una de las mayores dificultades son los plazos, lo que comúnmente se llama "los tiempos de la justicia" y en esa espera la gente sigue viviendo y muchas veces sufriendo una realidad que requiere una intervención inmediata.
La situación económica imperante empeora todo, y los que se aprovechan a sabiendas que tienen el control por estar un plano económico superior, hace que sea muy injusto y angustiante para quien lo padece. Lo que debería ser equitativo se convierte en desigual y ahí intervienen las leyes, para equipar, reparar y nivelar.
- El acoso laboral y el mobbing, también es una de sus luchas. ¿cuál es la realidad en el trabajo y en especial la situación de las mujeres?
No es una novedad decir que el trabajo es una necesidad vital y quien lo tiene sabe que debe cuidarlo y el que no, lo busca y accede a cualquier precio con condiciones rayanas en la explotación.
El acoso sexual laboral o el mobbing requieren conductas distintas, ambas tortuosas para quienes la padecen.es el comportamiento en función del sexo, de carácter desagradable no deseado, no consensuado y ofensivo, como los contactos físicos y las insinuaciones, observaciones de tipo sexual, exhibición de pornografía y exigencias sexuales, verbales o de hecho.
Es humillante y puede constituir un problema de salud y de seguridad. Además, es discriminatorio cuando podría causar problemas en el trabajo, en la contratación o el ascenso o cuando crea un medio de trabajo hostil.
El mobbinges el maltrato en el trabajo, basados justamente en la necesidad, debemos saber que, cuando la toxicidad cruza un límite, ya estamos en presencia del acoso moral una práctica ejercida en las relaciones personales, consistente en un trato vejatorio y descalificador hacia una persona, con el fin de desestabilizarla psíquicamente.
Entre muchos otros factores, incluye la humillación y la falta de respeto por el otro.Hay que tener en cuenta que el acosador, en cualquiera de sus manifestaciones, toma como pretexto el trabajo para efectuar un ataque personal, conducirse al territorio de lo íntimo y siempre existe el propósito de generar un impacto negativo en la otra persona.
El abuso de poder por parte del victimario y la situación de vulnerabilidad de la víctima potencian el impacto. La pregunta es ¿Qué podemos hacer si esto ocurre? El primer paso, es romper el silencio, generalmente es el temor a las consecuencias lo que hace que no lo verbalice, y el acosador lo sabe y se aprovecha de esto.
En estos casos, donde las mujeres también llevan la delantera en ser las víctimas, hago especial hincapié en la dignidad, el trabajar en un lugar higiénico, seguro y sano es un derecho que debemos hacer valer por sobre todas las cosas.
La lucha por erradicar estos tratos debe ser un estandarte que como abogados no debemos dejar caer. Existen leyes al igual que fallos judiciales junto con una mayor conciencia para la protección de los derechos de los trabajadores que hacen posible que con las demandas laborales se obtengan sentencias y condenen e indemnicen estos actos.
"Soy una mujer muy afortunada, que tiene la dicha de ser esposa, hija, madre, hermana, amiga, abuela y suegra. Que también trabaja de abogada y docente", expresó.
- ¿Por qué eligió ser abogada?
Porque me motiva la lucha, la diversidad de opiniones y saber que en materia de ciencias sociales no hay una única respuesta para el mismo problema. Me gusta interactuar con las personas, de ellos aprendo y me sorprendo al comprobar que todo es relativo, que ningún caso es igual al otro. Yo, elegí ser abogada por pude hacerlo gracias al apoyo de mi esposo, él fue y es mi mentor, mi principal motor.
Ser abogada te da la oportunidad única de conocer personas y nutrirse de sus conceptos y formas de vivir la vida, elegí ser abogada para hacer la diferencia, y lo que recibí en estos años fue maravilloso.
Tengo un grupo de trabajo excelente, conformamos un equipo de personas que hacemos del trabajo un lugar para el disenso y nos nutrimos de los distintos puntos de vista, sin perder la individualidad, pero reconociendo que el otro es parte de uno también.
- ¿Quién es Ada Lucantis?
Una mujer muy afortunada, que tiene la dicha de ser esposa, hija, madre, hermana, amiga, abuela y suegra. Que también trabaja de abogada y docente. Soy una persona que está representada por todos los colores, porque le gusta lo diverso. Soy el producto de las oportunidades que me dieron las personas que fueron parte de vida, en especial el linaje de las mujeres que marcaron mi esencia: abuelas, madre, hermana, cuñadas, amigas, hija y mis nietas.
- ¿Qué opina su familia de su trabajo?
La opinión de mi familia es siempre positiva y motivadora ellos fueron testigos presenciales de mi carrera, en especial mi esposo. Comencé mis estudios a los 30 años, con tres hijos y con una mochila cargada de miedos y dudas.
Pude llegar a la meta gracias a mi familia que por cierto es muy extensa, los docentes que me enseñaron mucho más de lo que dicen los libros, compañeros y amigas que conservo hasta el día de hoy.
Hoy, 17 años después de ese comienzo, mis hijos son tres adultos: María Pía tiene 28 años, Santiago 26 y Nicolás 24, los tres se fueron de casa hace algunos años para hacer su experiencia en la vida y como si fuera poco, llegaron Lara, Máximo y Elisa, mis nietos amados, para endulzar los días y seguir en la lucha intentando hacer la diferencia.
- Como abogada, siempre en lucha de los derechos. ¿Qué le gustaría que cambie en la justicia y que mensaje da a las futuras abogadas?
La justicia es una construcción social, por lo tanto, lograrla es responsabilidad de todos, un primer paso sería aceptar la diversidad, eliminar el concepto de igualdad en los términos que hoy se aplica. Y el consejo que les puedo dar a las futuras abogadas es que en primer lugar felicitarlas porque han elegido la mejor carrera del mundo, segundo que encuentren su propio estilo al momento de trabajar, por último que nunca olviden que siempre llevamos la delantera porque tenemos ventajas: somos mujeres.