Otra emergencia por las lluvias
Precipitaciones de más de 200 milímetros causaron severos problemas en diferentes puntos de la provincia de Córdoba, entre ellos Saturnino María Laspiur. Ante ello se impone la presencia del gobierno provincial para atender a los damnificados, tanto en los sectores urbanos como en los rurales.
El centro de la provincia de Córdoba fue el sector más afectado
por las intensas lluvias que se abatieron días atrás, con las consecuentes
derivaciones negativas que causaron severos trastornos para la vida en algunos
pueblos y ciudades como Río Tercero, así como también un grave deterioro de la
situación en el sector agropecuario, en especial el tambero.
Las inundaciones generadas por precipitaciones de más de 200 milímetros en pocas horas determinaron que se suspendiesen las clases un par de jornadas y que las actividades de todo tipo se encuentren alteradas en su cotidianeidad. Al mismo tiempo, resurgieron voces pidiendo soluciones definitivas a cuestiones añejas que provocan inundaciones cada tanto y que no han tenido respuesta positiva en los últimos tiempos.
Nuestra región tampoco escapó a la excepcionalidad del temporal de lluvia. Saturnino María Laspiur vivió horas dramáticas cuando una enorme masa de agua ingresó a una porción del casco urbano. El anegamiento del interior de numerosas viviendas y la necesidad de evacuar al menos a tres familias que fueron alejadas en el Salón de Usos Múltiples Municipal fue el saldo primigenio de una emergencia que no solo puede remitirse al paso del agua, sino a las derivaciones sanitarias y productivas que ello produce.
Además, la castigada ruta nacional 158 debió ser interrumpida ante el paso brioso de las aguas por su calzada. Una gran cantidad de líquido se acumuló en el ingreso sur de la citada localidad, lo que motivó la decisión de prohibir el paso de vehículos por lo menos hasta que la situación volviese a cauces más o menos normales. Pero también esta circunstancia obliga a la reflexión en torno a la vulnerabilidad a la que está expuesta la población de nuestra región frente a la irrupción de fenómenos meteorológicos cuya magnitud es difícil de prever en este tiempo de alteraciones climáticas evidentes.
Las pérdidas en los cascos urbanos de las localidades que se anegan por estas lluvias desmesuradas se suman a las que padecen los campos cercanos, de cuya producción depende la vida de la mayoría de la población. El agua discurre lentamente en la escasa pendiente de la planicie pampeana y no se acierta definitivamente con la canalización necesaria para que el escurrimiento sea más rápido. Entonces, vuelven a aparecer las dudas sobre la capacidad productiva actual de una amplia zona del departamento San Justo, en una época de cosecha generalizada y de planificación de los próximos sembradíos. El ganado y los rodeos lecheros también son víctimas de este penoso panorama.
En este punto se impone la presencia del gobierno provincial para atender a los damnificados, tanto en los sectores urbanos como en los rurales. Se atenderá de este modo la emergencia, pero quedará la necesidad de que se diseñen obras de infraestructura que eviten perjuicios graves, aun teniendo en cuenta que una lluvia excepcional siempre puede provocar inconvenientes.