Motos: ¿no será hora de hacer algo?
El trágico verano vivido en San Francisco y Frontera relacionado con sucesos de tránsito en los que están involucrados los motociclistas se reflejó líneas arriba a través de un repaso de títulos periodísticos que, por más somero que sea, deja al desnudo la realidad difícil que están viviendo numerosas familias como consecuencia de la pérdida de jóvenes vidas o las graves lesiones sufridas por los conductores.
Los accidentes protagonizados por motociclistas se han multiplicado este verano, con consecuencias fatales en varios casos y muy graves en otros. Este dato de la realidad no puede pasar inadvertido para nadie en la ciudad, puesto que las consecuencias nefastas de este tipo de sucesos han crecido, lamentablemente, de manera considerable.
Un repaso por los títulos de este diario desde el 2 de enero permite comprobar la inusitada frecuencia con la que se deben cronicar hechos en los que conductores de motos sufren lesiones que amenazan -y en algunos casos ponen fin- a sus vidas. Mientras tanto, más allá de algunas iniciativas menores y del debate en las redes sociales, no se observan síntomas de que las cosas vayan a cambiar.
Algunos títulos publicados en LA VOZ DE SAN JUSTO ayudan a tomar nota de la gravedad del fenómeno que es tema de esta columna: "Fue detenido por chocar a pareja de motociclistas y supuestamente haber huido" (2/1); "Sigue grave motociclista atropellado en la ruta 1" (3/1); "Motociclista lesionada en accidente en Frontera" (4/1); "Joven motociclista sufrió lesión grave en accidente" (18/1); "Chocó a motociclista y huyó" (27/1); "Motociclista gravemente herido en accidente en Frontera"(9/2); "Murió motociclista de 20 años accidentado ayer" (12/2); "Motociclista lesionada al chocar con un automóvil" (15/2); "Motociclista con traumatismo de cráneo al chocar con un auto" (23/2); "Motociclista lesionado al chocar con un auto estacionado" (25/2); "Murió joven motociclista que chocó contra un árbol" (6/3); "Motociclista gravemente herida en un accidente" (7/3).
La enumeración podría ser más extensa si se contabilizaran la sucesión de accidentes menores en los que, por fortuna, las consecuencias para la humanidad de los conductores de las motos no fueron graves. Pero en todos los casos se evidencia una realidad incontrastable a la que debe ponerse coto: la falta de conciencia en el uso del casco protector y la creencia -especialmente en los jóvenes- de que nada puede ocurrirles a bordo de una motocicleta.
El trágico verano vivido en San Francisco y Frontera relacionado con sucesos de tránsito en los que están involucrados los motociclistas se reflejó líneas arriba a través de un repaso de títulos periodísticos que, por más somero que sea, deja al desnudo la realidad difícil que están viviendo numerosas familias como consecuencia de la pérdida de jóvenes vidas o las graves lesiones sufridas por los conductores.
Tomar conciencia de que la "carrocería" de la motocicleta es la propia humanidad del conductor es imperioso. Puede sonar a lugar común la frase, pero es innegable que se ajusta a las circunstancias que, desafortunadamente, la prensa refleja a diario. ¿No será hora de poner fin a esta retahíla de desgracias y encarar acciones educativas y de control exhaustivo para terminar con un flagelo presente a diario en las calles de la ciudad?