“Mi nieto me enseñó que la vida sigue después de la jubilación”
Tiene 77 años y hace 17 que fundo una escuela de equinoterapia en Morteros por su nieto Álvaro con Parálisis Cerebral. Con 500, la asociación civil es un lugar de esperanza para muchas familias. Hoy, Lamberti recopila toda su experiencia en un libro que se presentará el próximo 21 de agosto.
No existe un amor más grande, sincero y sentido que el de una abuela hacia su nieto. Cuando la vida pone pruebas, es donde ese sentimiento se convierte en acción y este fue el caso de Silvia Lamberti, la abuela de Álvaro que, ante la parálisis cerebral de él, abrió un centro de equinoterapia.
El Andar ya tiene 17 años de existencia y cuenta hoy con el trabajo de decena de profesionales abocados a mejorar la calidad de vida de una veintena de chicos de la ciudad de Morteros y de otras localidades de la región.
Con enorme esfuerzo, esta abuela de 77 años sigue trabajando en la feria americana de la Asociación Civil para recaudar fondos, aunque el lugar cuenta con una masa societaria de 500 personas.
Casi dos décadas están contenidas hoy en el libro "Galope de sueños" que la misma Silvia escribió y que presentará el próximo 21 de agosto.
Amor y acción de abuela, hecho realidad.
- ¿Seguís trabajando como el primer día?
Soy una persona de 77 años y como mayor que soy, ya me corrí un poquito de algunas actividades, pero sigo al frente de la feria americana que realizamos todos los días con el fin de recaudar fondos para El Andar. En este momento somos tres personas que estamos trabajando en la feria porque toda la comisión directiva está conformada por personas mayores.
- ¿Este es uno de los ingresos que tienen en la Asociación Civil?
Hay muchos niños que pueden pagar y otros que no. Pero actualmente, tenemos muchos niños becados por sus municipalidades. Los demás, hay papás que abonan pero los gastos mayores los cubrimos con la feria.
- Son 17 años de trabajar día a día por los chicos...
Esto comenzó en 2004 cuando creía que ya había recorrido todas las rutas y que podría descansar y gozar de mi jubilación. Pero la vida me representó algo distinto, una ruta por recorrer que yo jamás pensé en hacer. Álvaro, mi nieto es que es un ángel para mí, es el que me impulsa y de alguna manera me dice: "Sígueme". Junto a su mamá Clarisa y mi hijo Fernando teníamos que llevarlo al instituto de rehabilitación Rita Bianchi y entre varias de las terapias estaba la equinoterapia y me gustó mucho. Mientras caminaba con su Kinesióloga, Silvia Berri, pensaba que tenía que llevar esta terapia a mi pueblo, a Morteros. Era difícil viajar todo el tiempo y así fue que traté de hacerlo sin tener nada.
- Hoy Álvaro es todo un hombre...
Álvaro es un joven maravilloso. Él es uno de mis cuatro nietos, pero es la vida para nosotros. El vino a enseñarme todo, que la vida sigue después de la jubilación. Cada día nos levantamos con más fuerzas, con más expectativas, pensando que uno se levanta con las ganas y el objetivo de tener que hacer algo por otra persona. Cada mañana que me levanto es por mis "tréboles", así llamo a mis niños porque es esa planta la que identifica a la Asociación Civil. Con el tiempo, la asociación se pobló de tréboles que nos enamoran día a día porque llegan con muchas esperanzas e ilusiones y nosotros somos parte de eso.
- ¿Cómo fueron los comienzos?
No tenía un espacio, ni caballos, ni monturas. Pero felizmente siempre hay personas que te dan una mano. Esa mano gigante me la dio el recodado Omar Vararolo que amaba los caballos y tenía la intención de ayudarnos. Primero, nos instalamos en la Sociedad Rural de Morteros y allí comenzamos a trabajar. El Andar se hizo realidad con un grupo de terapeutas que viajaban para trabajar con nuestros niños.
Al tiempo, mi hijo consiguió la personería jurídica y armamos la comisión directiva. Te aseguró que fue una maravilla ver cómo la gente se fue acercando a nosotros. El Andar su de agrandando.
Al año y medio nos retiramos de la Rural y nos cedieron las instalaciones del Jockey Club. De 8 niños que teníamos pasamos a tener 20, pero al poco tiempo también tuvimos que abandonar ese lugar. No teníamos donde ir con nuestros niños y caballos. Fue entonces que pudimos mudarnos al Parque Mariano Alvarado donde poco a poco empezamos a construir con la colaboración de toda la gente.
Y ahora, ya tenemos el centro de neurorehabilitacion.
- Lograste imponer una terapia que nadie conocía...
La equinoterapia era algo desconocido por todos. Para muchos, no era más que un paseo a caballo.
- Qué significa "El Andar" en tu vida
Somos como una gran familia. Los chicos me dicen "Abu" y eso me llena de emoción. Todo el equipo de trabajo es parte de mi vida. Es mi segunda casa. Lo que nosotros logramos fue conformar una gran familia con personas que llegan desde Balnearia, Brinkmann, Porteña, Colonia Vignaud. Todos nos conocemos y todos queremos lo mejor para nuestros niños.
¿El libro es la concreción de un sueño?
Este libro contiene realmente la historia de El Andar. Siempre digo que, si tuviera que dar vuelta página por página, saldría un corazón y la palabra "gracias" porque es un escrito de gratitud hacia todas aquellas personas que me han tendido una mano. En cada página me aflora la tristeza o la alegría, algunas cosas lindas y otras no tanto pero todo lo debemos afrontar para poder continuar.
Galope de Sueños, el libro de
Silvia
El libro escrito por Silvia Lamberti, "Galope de sueños" se presentará el próximo 21 de agosto, a las 19.
El proyecto literario que no pudo presentar debido a la pandemia, finalmente verá la luz y se trata de un trabajo que le llevó 2 años a Lamberti para finalizar.
Se trata de la historia de la escuela de Equino terapia El Andar de Morteros. La presentación será el próximo 21 de agosto.
Para más información, comunicarse con la Asociación Civil a través de sus redes sociales. Facebook: Equino terapia El Andar.