"Los prejuicios son más poderosos que los ejércitos"
El historiador israelí Gabriel Gorodetsky, presenta "El cuaderno secreto" síntesis de una investigación que busca mostrar "una cara humanizada" de Rusia cuando aun era la Unión Soviética.
"El cuaderno secreto", de Iván Maiski, embajador soviético en Londres entre 1932 y 1943, tiene el inmenso valor de mostrar el sistema nervioso de Rusia sin mediación de Occidente, "desterrando preconceptos y echando luz sobre hechos minimizados por el Oeste, como el rol fundamental de la URSS en la victoria de la Segunda Guerra", explica su editor el historiador israelí Gabriel Gorodetsky.
La publicación de RBA es una síntesis de tres libros que confeccionó el académico, especialista en historia rusa, luego de encontrar, en la década del 90, un testimonio en extremo inusual: escritos de Maiski que escaparon a la censura de la Gran Purga estalinista, cuando cientos de miles de personas fueron exterminadas.
Con esos diarios, Maiski no solo dio cuenta de una "cara humanizada de Rusia", la que no se escribió para el régimen y que no figura en ningún documento, sino que sentó las bases de la diplomacia moderna, al proponer conocer al país anfitrión, mezclándose con su gente, como una forma de influenciar en la política.
Así, en las páginas de esta personal agenda diplomática comentada, Maiski vaticina los rumbos del nuevo orden mundial y apunta impresiones y retratos de figuras clave como Winston Churchill, Naville Chamberlain o George Bernard Shaw.
-Maiski predijo que habría dos potencias tras la Segunda Guerra: los Estados Unidos y Rusia. Aunque también dijo que Lenin era "un Mont Blanc que ha hecho historia", mientras que Gandhi construía "castillos de naipes". ¿Cómo lo definiría?
El inventó la diplomacia tal como la conocemos hoy, porque en ese momento seguía confinada a las altas esferas, como un fenómeno del siglo XIX. Pero Maiski actualizó el concepto, no como ideólogo, sino como parte de un entorno revolucionario: pensaba en una diplomacia que pudiera encajar con el nuevo mundo que se estaba forjando e introdujo novedades como recurrir a los medios y establecer contactos con todo el arco cultural y político, de manera de influenciar sobre el país huésped y el suyo propio. Entendió muy bien el concepto de propaganda, de que los ideales debían propagarse a través de la revolución, y cómo entrometerse en la política extranjera a partir de esa práctica tipo red.
-Su figura fue cuestionada en su tierra, ¿cómo logró sobrevivir?
Maiski tuvo la mácula de haber sido menchevique -el ala moderada de los revolucionarios rusos contra el régimen zarista- y de oponerse abiertamente a Lenin. Además lo percibían como judío incluso en Inglaterra, algo incorrecto desde lo estricto porque el linaje se hereda por madre. Pero comprendió tempranamente que si lograba generar una política externa activa y exitosa se haría indispensable. Algo que logró, porque su diplomacia no estaba confinada a informar a su gobierno sino que, incluso en un régimen totalitario, lo influenciaba, como resultado de sus vínculos con Gran Bretaña. O sea que ejerció la diplomacia en el mayor sentido moderno: lograba traer información mucho más adecuada que la de cualquier espía, era más eficaz.
-¿Se puede leer este diario como una reescritura de la Segunda Guerra, capaz de sortear el punto de mira de Occidente?
Las ideas preconcebidas del Oeste sobre Rusia se remontan a la rivalidad imperial con Gran Betraña, lo que en el siglo XIX se conocía como El gran juego en Asia Central, basado en el temor de que ocupara sus colonias en India. Se trata de una larga tradición de percepciones no realistas que hoy persisten: si Rusia ataca a Ucrania es explicada como agresiva, si los Estados Unidos atacan Yemen existe una serie de explicaciones. Los prejuicios son más poderosos que los ejércitos, estos diarios revelan la humanidad de Rusia más allá del terror que infligía Stalin: Maiski muestra cómo, incluso en una sociedad totalitaria, un hombre culto, con sentido del humor y sensibilidad poética puede encontrar otra manera de influir en su país.