Los niños y el aislamiento
En este largo camino de aislamiento, en el mundo entero se están advirtiendo algunos problemas generadores de situaciones difíciles para el crecimiento saludable de los chicos.
En el contexto de ensayo y error en el que se vienen moviendo las decisiones oficiales referidas a la cuarentena, el comienzo de las salidas recreativas para los niños acompañados por sus padres fue una de las noticias más esperadas.
En verdad, se palpa el estrés de las familias por tan largo período de aislamiento. Las tensiones y preocupaciones están a la orden del día. Y, entre ellas, el bienestar de los niños es una de las principales. Clases en línea que en un principio abrumaron a todos, pero que luego se fueron acomodando y dosificando, imposibilidad de acceder a espacios públicos, abuso de tiempo frente a pantallas, carencias notables en materia de atención pediátrica y falta de contacto con pares de la misma edad son, entre otras, variables necesarias de atender para no menguar la salud física y psíquica de los menores. En especial los que viven en familias de bajos recursos o en situación de vulnerabilidad.
En este largo camino de aislamiento, en el mundo entero se están advirtiendo algunos problemas generadores de situaciones difíciles para el crecimiento saludable de los chicos. Por ejemplo, pediatras están reconociendo que la tasa de vacunación contra enfermedades infecciosas se ha reducido en muchos países. Tremenda contradicción: mientras se aguarda con impaciencia una vacuna contra el coronavirus, las familias tienen miedo de llevar a sus hijos a los centros de salud para vacunarlos contra enfermedades como el sarampión o la meningitis.
Otras voces médicas alertan sobre la ansiedad creciente de los niños en aislamiento. En una nota publicada en The New York Times, expertos pediatras del Hospital de Niños de Filadelfia sostienen que la principal preocupación es la pérdida de "muchas interacciones críticas: interacciones con los padres que están estresados por las demandas que enfrentan en este momento, interacciones con la familia en general y con otros niños, que son todas tan críticas para su desarrollo social y emocional".
Las disparidades educativas se acrecientan en este tiempo, admiten los más altos funcionarios de Educación. Por lo que el esfuerzo del sistema educativo deberá centrarse en la ayuda sistemática para que muchos niños puedan progresar en sus aprendizajes. Y, como si esto fuese poco, la problemática del abuso infantil se acrecienta, con el peligro que ello supone para la vida de menores sometidos a los más horrendos vejámenes.
La niñez en aislamiento vive un panorama con particularidades distintivas que obligan a un seguimiento más estricto de sus consecuencias. Los adultos, los padres, en su mayoría están haciendo lo mejor que pueden para salvaguardar la salud de sus hijos. Pese a ello, muchos niños necesitarán de ayudas especiales para superar esta etapa traumática en sus vidas.