Los 50 años de la filial de Lalcec
Al cumplir medio siglo en nuestra comunidad, Lalcec ha ratificado su vocación de servicio dirigida hacia quienes sufren el cáncer y a sus familiares. Lo ha hecho con hidalguía y seriedad. La filial local de esta entidad es un orgullo bien sanfrancisqueño que merece ser revalorado en su justa dimensión.
La Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer (Lalcec) es una Organización
de la Sociedad Civil creada el 22 de julio de 1921 por Helena Larroque de
Roffo, con la convicción de que la manera de combatir el cáncer es a través de
la prevención y la detección temprana. En la
revista institucional de esa entidad se expresa que "para cumplir con su
misión, Lalcec desarrolla programas bajo cinco áreas estratégicas: la detección
temprana, por medio de sus consultorios, las semanas de atención gratuita y los
móviles que recorren todo el país; la educación para la salud; el acompañamiento
al paciente y a sus familiares; el voluntariado y la incidencia en políticas públicas.
La filial San Francisco de esta organización no gubernamental es una de las más antiguas del interior del país. Ha cumplido hace pocos días 50 años de trabajo en nuestra comunidad. Nació el 29 de agosto de 1969 por iniciativa de un grupo de médicos del Hospital "J. B. Iturraspe" que decidieron que era necesario hacer prevención de enfermedades oncológicas en la mujer y formaron el grupo junto a una comisión de damas.
A partir de allí, llevó adelante un trabajo esforzado pero muy valioso en materia de prevención y detección precoz del cáncer, así como también asistiendo a los pacientes en tratamientos paliativos del dolor. Su función social en San Francisco ha sido invalorable. Ha sido central el aporte a la salud pública brindado tanto por sus integrantes como los profesionales que se sumaron a lo largo de este medio siglo. Las expresiones de uno de los médicos que actualmente apoyan la obra de Lalcec en la ciudad sintetizan su trascendencia. La entidad le brindó la posibilidad de aumentar conocimientos y también de sentirse más útil. "Me vi obligado a perfeccionarme mucho más, encontré una gran satisfacción en poder ayudar, es un ida y vuelta que hace mucho bien". Añadió que ayudar "satisface, no solo espiritualmente sino también por la posibilidad de devolver a la ciudad, lo que nos dio, es bueno sentirse gratificado. Hay muchas formas de ayudar y cada persona con que aporte un granito de arena siempre será útil".
Los valores de Lalcec son los que sustentan el verdadero humanismo. Ayudar a los que sufren uno de los males más terribles significa estar convencidos de que la solidaridad, la capacitación, la comunicación, el respeto y fundamentalmente, la vida son valores que nunca pueden descartarse.
Al cumplir medio siglo en nuestra comunidad, Lalcec ha ratificado su vocación de servicio dirigida hacia quienes sufren el cáncer y a sus familiares. Sin dudas, seguirá trabajando para prevenir este mal y aliviar sus penurias. Durante medio siglo lo ha hecho con hidalguía y seriedad. La filial local de esta entidad es un orgullo bien sanfrancisqueño que merece ser revalorado en su justa dimensión.