La grieta digital
La conectividad digital es un requisito esencial para cualquier actividad humana en este tiempo. Lo será mucho más en el futuro próximo. Por ello, deben acelerarse los intentos de revertir la brecha existente que va camino a generar una grieta social mucho más profunda que la forjada en la lucha política e ideológica en el país.
En el mundo entero se discute sobre
la brecha digital. Esto es la imposibilidad de acceso a las nuevas tecnologías
de la información y la comunicación que millones de personas sufren en todo el
mundo. Se habla de que más de 4.500 millones todavía no tienen posibilidad de
conectarse a Internet, por ejemplo.
En tiempos donde la tecnología es imprescindible para llevar adelante múltiples actividades humanas, es alarmante el dato de la cantidad de personas que no ingresan al mundo digital. Porque se trata de una cuestión que agiganta las diferencias y profundiza la desigualdad y la inequidad en un mundo hoy dominado por los dispositivos digitales, cuyo manejo es vital para cualquier persona que pretenda aprender o manejarse en ámbitos laborales, entre otras actividades.
En la Argentina, según la Encuesta Nacional sobre Acceso y Uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación, llevada a cabo el año pasado, el 33% de los hogares aún no tiene acceso a una computadora, mientras que el 38,2% no cuenta con conexión a Internet. Este indicador por sí solo da cuenta de la enorme grieta que se está generando en esta materia, la que puede tener consecuencias sociales y culturales notables en el futuro cercano.
No cabe duda de que no poseer la posibilidad de acceder a la tecnología, de estar excluido del mundo digital por ende, implica inequidad y desigualdad. En oportunidades educativas o laborales, en el acceso a la información o en la necesidad de llegar a los bienes culturales, entre otros aspectos. La brecha digital genera, por ello, situaciones de exclusión y marginalidad que pueden ser serias desde lo social si no se encuentran maneras para revertirla. Que casi el 40% de los hogares argentinos no esté conectado es un dato ineludible a la hora de diseñar y poner en marcha políticas en esta materia.
En este marco, conviene resaltar la intención de nuestra provincia de implementar un programa denominado Conectividad que tiene el ambicioso objetivo de vincular al ciento por ciento de los cordobeses a las nuevas tecnologías. Para esto se anunció el tendido de más de 5 mil kilómetros de fibra óptica y la conexión permanente de más de 3 mil escuelas. Se trata de una variante más novedosa y quizás más efectiva de los programas que hasta ahora el Estado -en cualquiera de sus niveles- ha venido llevando a cabo. Porque no se trata de entregar computadoras con fines marketineros o proselitistas solamente. Es necesario que el acceso de los sectores más vulnerables a la tecnología sea posible siempre, así como la capacitación para que el uso de los dispositivos sirva a las necesidades sociales y personales.
La conectividad digital es un requisito esencial para cualquier actividad humana en este tiempo. Lo será mucho más en el futuro próximo. Por ello, deben acelerarse los intentos de revertir la brecha existente que va camino a generar una grieta social mucho más profunda que la forjada en la lucha política e ideológica en el país.