La apertura de las primeras bicisendas
Resulta necesario que las obras continúen en las otras arterias previstas, se impone un llamamiento a los vecinos para que apropien de las bicisendas, las utilicen como corresponde y se incentive de este modo el uso de un medio de transporte.
El tránsito en las calles de San Francisco ha comenzado a incorporar a las bicisendas que ya se encuentran funcionando en algunas calles. Luego de un tiempo de trabajos en el que se delimitaron sectores, se pintó y se colocaron las divisiones y la cartelería, las sendas de las calles Alberdi y Pueyrredón son las primeras que pueden hoy utilizar los ciclistas.
San Francisco está en presencia de un elemento nuevo para el tránsito. Y también muy importante a la hora de analizar las posibilidades existentes para la ciudad del futuro. Cuando se hicieron los anuncios de la planificación para la construcción de las ciclovías en todo el ejido urbano se afirmó que se trataba de un proyecto que tenía en consideración los próximos 30 años y que se sustentaba en un tránsito ecológico, con una red vial más amigable con el medioambiente y con la salud de los vecinos.
El uso de la bicicleta es la manera cómo grandes urbes encontraron equilibrio en el tránsito. Si esto se consigue en San Francisco, se habrá dado un paso importante hacia un aumento de la seguridad, una mayor rapidez y fluidez en la circulación, así como el retorno del respeto a las normas de tránsito por parte de muchos ciclistas. Porque una bicisenda supone también conductas adecuadas para transitarlas que deben ser asumidas por todos los vecinos que se conducen en estos rodados.
Al mismo tiempo, devolvería una imagen sólida de sustentabilidad a la ciudad, promoviendo la salud pública su uso masivo. La bicicleta es hoy un medio de transporte valorado en todo el mundo. La geografía llana de San Francisco y la apertura de los carriles propios son alicientes más que suficientes como para que estos vehículos sean utilizados masivamente. Claro que para ello se requieren, especialmente en las zonas céntricas, sitios seguros de guarda que también están contemplados en el proyecto y que deberían establecerse a la brevedad.
Cuando se presentó la iniciativa, con el apoyo de entidades intermedias y la participación de especialistas en su diseño, en esta columna se sostuvo que se trató de un eslabón importante en la búsqueda de una ciudad sustentable. Porque "buena parte de los sanfrancisqueños no dudaría en usar este tipo de vehículos si se construyera una infraestructura mínima que protegiera a los ciclistas del peligro, tal como se anunció. Es que la bicicleta en nuestra ciudad es un medio de transporte, eficiente y rápido para distancias no tan grandes como las que tenemos aquí, constituyéndose además en una alternativa ecológica, saludable y económica".
El auspicioso hecho de que se han habilitado los dos primeros carriles que van desde Rosario de Santa Fe hasta el centro de la ciudad por las calles Alberdi y Pueyrredón abre la puerta a una nueva etapa para el tránsito ciudadano. A la vez que resulta necesario que las obras continúen en las otras arterias previstas, se impone un llamamiento a los vecinos para que apropien de las bicisendas, las utilicen como corresponde y se incentive de este modo el uso de un medio de transporte que tendrá vías seguras, pero que además trae beneficios indiscutibles para la salud de las personas y el cuidado del ambiente.